La mujer nicaragüense suele ser de gusto reservado, de accesorios moderados, casi nada de maquillaje y extremadamente casual; otras variaciones de este genérico la caracteriza en todo lo opuesto a lo anterior, de gustos excesivos y profusos. Yo recomiendo siempre por prescindir de mucho, pero sin llegar a nada.
Aléjese de los vestidos abundantes de beadings, pedrería y muchos paillettes, en esta época son muy bien recibidos, lucen, se ven bien, pero también aburren y en lo personal considero que se mimetizan demasiado con el entorno, el look “vestido de escenario” puede caer muchas veces en lo “tacky” y en la falta de visión cosmopolita. A menos que se haga con el mejor de los gustos.
Pero no es que no puedan usarse, solo se recomienda neutralizar su carisma luminoso con el simple contraste de sólidos en las piezas que le complementen, maquillajes en tonos naturales, de texturas cremosas muy humectadas y con ligeros toques dorados (el maquillaje in del momento), con el cabello desprolijo sin estar desarreglado y por favor con stilettos o el siempre elegante pointed toe shoe.
No exagere con los escotes, accesorios, las transparencias y deje descansar un poco el encaje y los guipures, demos rienda suelta a la clásica pureza de la forma, la calidad de las telas, el organicismo del diseño y el principio del ornamento puntual. Ahora se va más por el brillo geométrico, lineal, abundante de diseño y de riqueza textil, más que colocaciones angelicales y románticas, se apunta más por el estilo arquitectónico, representando texturas y volúmenes.
Aunque las tendencias pasan y se olvidan, el estilo personal perdura y permanece latente en la memoria de quien lo percibe, es una experiencia sensorial como el perfume (apueste por notas cítricas, flores claras, pachulí y vainilla), reservemos un lugar especial en el corazón del clóset para los rojos y dorados, celebremos junto al azul rey, ciruelas, terracotas, naranjas, nude, rosas vieja y el clásico e infaltable negro; pero, ¿por qué no una Nochebuena blanca con ligeros acentos en bronce?
Vamos por una blanca Navidad. ¡Felices Fiestas!
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