Los pobladores del barrio Cristo Rey, segunda etapa, en el municipio de Dolores, Carazo, dicen que desde hace seis años tienen problemas con el abastecimiento del agua, que con suerte les llega cada tres días, aunque en diciembre ha llegado con más frecuencia.
Solamente en esta temporada de Navidad es que la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) aparentemente se preocupó para que a estos ciudadanos no les faltara el agua, que solo llega por tres horas y en horario no definido.
Según algunos afectados, como a eso de las 4:00 p.m., es que comúnmente tienen agua y que como a las 7:00 p.m., ya no cuentan con el servicio.
Muchos en los patios de sus casas han tenido que hacer hoyos para enterrar los tubos de los grifos y así lograr un poco de agua, que llega con poca fuerza.
Una de ellas ha sido doña Juana Vado, quien tiene un negocio de cosas de horno. Necesita de abundante agua para lavar el maíz, manteles, trapos y los sartenes que utiliza, pero ante la falta de ese valioso recurso se ve obligada a pedirle a los vecinos y a veces a comprarla.
“El agua, cuando logramos tenerla, viene por poquito, por horas, nosotros no podemos decir este día vamos a lavar porque nos quedamos sin nada”, dijo Vado.
Ella paga 86 córdobas por el servicio de agua, pero debido a que otros están morosos es afectada. “Aquí el problema ha sido Enacal que la gente esté morosa porque el agua no viene diario, entonces ¿cómo van a estar pagando recibos con algo que no están consumiendo?”, se preguntó.
En la primera etapa del mismo barrio los habitantes aseguraron tener siempre agua y que no les suspenden el servicio.
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Tres barriles de agua son los que doña Juana recoge, hornea todos los días y dice que lo que recolecta de agua no le alcanza para hacer muchas cosas. “Solo me da para el gasto de la comida y el baño, porque si me pongo a lavar es mentira, no me alcanza”, expresó.
PIDEN SOLUCIONES A ENACAL
Asimismo refirió que en un momento que cambiaron las tuberías permanecieron hasta seis meses sin agua y que se veían obligados a ir hasta la estación del Benemérito Cuerpo de Bomberos en Jinotepe para abastecerse.
“Yo le pido a las autoridades de Enacal que se pongan la mano en la conciencia, que hagan algo por nosotros, porque ya tenemos años de estar pereciendo el agua”, señaló Vado.
Otra de las afectadas ha sido doña Jovita Romero, quien necesita agua para su pequeño negocio de tortillas. Cuando no consigue deja de hacer sus tortillas, aunque a veces por la misma necesidad tiene que ir a pedir al vecindario.
En su casa viven siete personas, cuatro adultos y tres niños, para poder bañarse tienen que hacerlo a veces con una pana para quedar medio limpios.
“Yo le digo a los de Enacal que vengan a componer esto de viaje, que no nos falle el agua”, dijo Romero.
Son como 150 familias, aproximadamente, las que viven en el Cristo Rey, segunda etapa, y ante la falta de agua ya muchos están pensando en vender sus casas e irse hacia otros lugares, donde se pueda contar con el servicio.