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Enrique Sáenz

Costa Rica: rosas y espinas

Si el gobierno de Ortega cultivara relaciones armoniosas y de respeto con nuestro vecino del sur, donde residen y trabajan de manera regular o irregular centenares de miles de nicaragüenses, pues seguramente nos habríamos ahorrado costos, vergüenzas y también implicaciones dañinas para el futuro. Además, todos ganaríamos.

Para comenzar, tenemos los gastos legales incurridos con ocasión del reciente juicio. Después, está por verse qué
consecuencias acarreará el fallo al momento de la futura demarcación de límites marinos, con litigio en curso. Enseguida está un impacto no visible por hoy: se les dejó debidamente artillados para una demanda si un proyecto de canal fuera en serio. Finalmente está la indemnización que deberá cancelarse a Costa Rica en el plazo de doce meses. ¿Quiénes pagarán los platos rotos?

Las plañideras del régimen sollozan patéticamente
“victoria”, los timoratos o acomodaticios hablan de fallo equilibrado, pero lo que está a la vista no necesita anteojos. Todos los demás, moros y cristianos, vemos a plena luz la contundente derrota a la política exterior del orteguismo.

Obviamente Ortega y su régimen, más tarde o más temprano, deberán rendir cuentas y cargar responsabilidades por su incompetencia e insensatez. Ya Pastora contó cómo se ideó el disparate. Pero más allá de lamentarnos sobre la leche derramada estamos obligados a ver hacia adelante y promover una nueva atmósfera, un nuevo marco y una nueva agenda de relaciones con Costa Rica.

El espacio es ancho. Repasemos algunos puntos:

• Las relaciones comerciales bilaterales en el año que estamos concluyendo ascenderán aproximadamente a 600 millones de dólares. Detrás de las cifras hay centenares de empresas, productores, exportadores, importadores, comerciantes, transportistas, de todo tamaño, aquí y allá, que se benefician de este comercio. Representa empleo, ingresos, actividad económica. ¿Pueden ampliarse las relaciones comerciales? Claro que pueden ampliarse.

• El turismo es un sector promisorio, que podría beneficiarnos sobre todo a nosotros, si consideramos, por un lado, nuestras bellezas naturales y potencial todavía virgen y, por otro, la experiencia, capacidades y nexos internacionales de Costa Rica. Rutas y destinos compartidos. Negocios compartidos. Otra vez, ingresos, empleo, actividad
económica.

• Las inversiones son un tercer campo. Hay emprendimientos de nicaragüenses allá y de costarricenses aquí. Un ambiente de colaboración y seguridad alentaría los flujos de inversiones. No nos engañemos. Ellos van muy adelante que nosotros. Tienen capital, lecciones aprendidas y tecnologías que podrían fertilizar nuestras ventajas comparativas.

• Los acuerdos de libre comercio con otros países y regiones ofrecen espacio a la articulación de esfuerzos para explotar oportunidades: normas de origen, complementariedades productivas y diversas formas de cooperación comercial y empresarial.

• La protección medioambiental. Compartimos territorios expuestos a la misma vulnerabilidad, principalmente a causa del cambio climático. Incluso podríamos beneficiarnos de la experiencia tica en la venta de servicios de carbono.

• Las remesas. Llegarán a US$250 millones este año. Es evidente que una parte de la economía tica descansa en el humilde pero imprescindible trabajo de los nicas. Y una parte de la economía nica descansa en esos dolaritos que llegan por distintos medios, incluyendo veredas. Para Nicaragua también representan un formidable colchón social. Ordenar y regularizar la fuerza laboral redundaría en beneficio de ambos países.

• Hay otros asuntos: Costa Rica exporta hacia los países centroamericanos más de US$2,000 millones anuales. Casi la totalidad de las mercancías transitan por carreteras nicaragüenses. A la par, una parte de las exportaciones de Nicaragua y de sus importaciones se realiza por Puerto Limón. La nueva ruta por la carretera Acoyapa-San Carlos abrirá un polo de desarrollo que es una promesa de horizontes insospechados.

• El narcotráfico, el crimen transnacional, la trata de personas y la seguridad ciudadana, son asuntos inesquivables.

• Por supuesto, primero está la gente. Estamos hablando de más de medio millón de nicas en Costa Rica. No es un río, es un mar de gente que tiene familia allá y familia aquí. Hijos allá e hijos aquí. Sacrificios allá, querencias aquí.

Sin duda es un tema de dimensiones trascendentales. No solamente están los derechos humanos y los derechos laborales. Hay aspectos culturales, de identidad y sociales profundos. Profundos e irreversibles. La marca nica en la sociedad tica es ya indeleble, y seguirá expandiéndose y ahondándose. Y en Nicaragua la herida de la migración es para siempre, aunque cesara el flujo. Una marea de ticos-nicas crece en aquel suelo y permean a ambas sociedades.

Bueno, está el río San Juan, perenne fuente de conflictos, a veces reales a veces pretexto patriotero para manipuladores, de lado y lado. La historia nos enseña que no podemos descuidar un minuto, ni un centímetro, nuestra soberanía territorial. Los afanes ticos han sido insaciables. Pero también podemos pensar a lo grande.

¿Quién nos niega que en un futuro, tal vez lejano, podamos transformar el río y sus riberas en eje de unión y desarrollo en vez de división y conflicto?
Podemos elaborar sobre cuestiones románticas, como nuestro pasado común, nuestra guerra nacional, nuestros héroes como partidos, y de la vieja patria centroamericana. Por hoy esas nostalgias pueden enredarnos. Partamos de realidades e intereses. Con visión e inteligencia puede desarrollarse una agenda, amplia, diversa, fértil, de provecho mutuo.

Si los politiqueros y gobiernos no la ven, o no quieren, a los sectores más sensatos de ambas sociedades correspondería asumir el reto. Académicos, centros de investigación, intelectuales, empresarios, medios de comunicación y sociedad civil, deberíamos dar un paso adelante. Y marchar. No es un camino fácil: acariciar las rosas exige lidiar con las espinas.

El autor es diputado MRS en la Bancada del PLI

Opinión Costa Rica Enrique Saenz Nicaragua Opinion archivo

COMENTARIOS

  1. José
    Hace 8 años

    Las relaciones entre ambos países deben de ser cordiales somos vecinos parientes y amigos . Solo por intereses de políticos de turno se trata de generar tensiones para ocultar sus verdaderos problemas internos . Respeto para los hermanos nicaragüenses , aquí se les quiere y ustedes igual para con los ticos . Juntos podemos más que separados .

  2. Guillermo Sancho
    Hace 8 años

    Da gusto oir tanta sensatez.Hay palabras necias de ambos lados pero, como tico, les aseguro que también nosotros veríamos con buenos ojos un salto de Nicaragua hacia la prosperidad y el progreso en todos los campos. Eso sólo puede lograrse con un nuevo pensamiento, dirigido a la búsqueda y aprovechamiento de las oportunidades que ambos tenemos. Dejemos la confrontación, que el fallo de la corte sea más bien el inicio de algo mucho mejor. Feliz año a todos.

  3. Mauricio
    Hace 8 años

    Hay mucha desinformación en el pueblo nicaragüense por lka manipulación del gobierno , en este juicio nunca estuvo en disputa la soberanía del río San Juan la cual siempre le ha pertenecido a Nicaragua , lo que estuvo en dusputa fue la soberanía de Costa Rica ya que Pastora ingreso a Isla portillos que es territorio tico y causó grandes daños ambientales

  4. alejandro terán
    Hace 8 años

    Lo que se tiene no se gana, el país ya era y es soberano. El enfoque del autor del artículo es magistral, pero claro no todos lo entenderemos así. Quién acusó por invasión, desacato a las medidas dictadas por la corte fue Costa Rica y la acusación del gobierno de Nicaragua por daños ambientales por la construcción de la carretera paralela al río San Juan, no prosperó, en cambio a Costa Rica le dieron la razón y solamente una amonestación por el procedimiento. ¿entonces?

  5. Carlos Gonzalez
    Hace 8 años

    Estoy 100% de acuerdo con el comentario del Sr. Saenz. Pero también no se dan cuenta que el dictador Somoza, perdón quise decir el otro dictador Daniel Ortega lo que busca es el odio entre Ticos y Ni caso y el división ósmosis como hizo el otro dictador de Venezuela para mantenerse en el poder…

  6. xzz xxbb
    Hace 8 años

    Aplaudo el comentario de este diputado nicaraguense. Excelente contenido y analisis; preciso y con mucha cordura. Lastima que no es presidente del hermano pais nica.

  7. Pablo Enrique Solis
    Hace 8 años

    Lástima que ha pasado mucho tiempo para que haya una reorientación del pensamiento de la intelectualidad nica, de asuntos comunes. Tenía que haberse dado el veredicto reciente para entrar en razón y convencerse por criterio propio de que estaban en craso error…los tratados ahí están… los mapas ahí están… la historia ahí está; por más que la vena nacionalista lo impulse a uno como persona a no discernir adecuadamente, debe privar la sensatez y el sentido común. Quedan expuestas las malas intenciones de algunos políticos, por más que se pretenda ocultar, manipular, poniendo en práctica tácticas superadas en sociedades de avanzada. La educación cívica y no la instrucción militar es la que finalmente hace a los pueblos más sabios, no más poderosos. FELICES NAVIDADES.

  8. Juan
    Hace 8 años

    Saenz se que si ganamos o perdimos. La verdad que nada es gratis en esta vida y Nicaragua gano el mejor fallo de ser la soberana del Rio San Juan, y supongo que el se quejo de eso.

    1. Manuel Alvarado
      Hace 8 años

      Saludos Hermanos, desde la escuela tenemos claro que el río San Juan es de Nicaragua. Nunca ningún maestro ha dicho lo contrario o se nos ha enseñado diferente, no hay un solo documento que muestre a Costa Rica reclamando algo que no es suyo. Poder usarlo es lo que se necesita y pronto ya no se necesitará más. Vivamos en paz todos dejemos a los políticos y sus guerras y Vivamos como hermanos. Bienvenidos a Costa Rica todos.

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