14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Cartas al Director

La oposición venezolana ha ganado las elecciones parlamentarias de manera apabullante. Para algunos es el comienzo del final de “la era chavista” del socialismo del siglo XXI. Para otros, con el ejercicio de las elecciones para elegir a los administradores del gobierno, es la demostración del sistema democrático venezolano.

¿EL FINAL?

La oposición venezolana ha ganado las elecciones parlamentarias de manera apabullante. Para algunos es el comienzo del final de “la era chavista” del socialismo del siglo XXI. Para otros, con el ejercicio de las elecciones para elegir a los administradores del gobierno, es la demostración del sistema democrático venezolano.

Pero como enseña la historia y, por supuesto la teoría, las elecciones no definen ni implican el ejercicio de un sistema democrático. Son el requisito del sistema. Los ejemplos sobran.

Antes de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) informara los resultados, acompañado del alto mando militar en uniforme de campaña, el ministro de Defensa —general Vladimir Padrino López— compareció en televisión para pedir que el proceso siguiera “sin manchas, sin detalles, sin amenazas, sin disturbios en la calle, con cordura, con mucho equilibrio, en paz, respetando las reglas de juego, respetando las reglas de la democracia”. Dice el general, “hay que reconocerlo, nosotros felicitamos el comportamiento de todo el pueblo de Venezuela”.

¿Un aviso? ¿Para quién? Se supone que para los perdedores porque de seguro los ganadores festejarían.

A la Venezuela de hoy el petróleo como arma diplomática, económica y política sencillamente ha desaparecido. A la llegada de Hugo Chávez al poder los precios del petróleo rondaban los diez dólares el barril. En su mandato la subida de precios, hasta llegar en 2008 a 145 dólares el barril, le permitió disfrutar de un período de las “vacas gordas”. La política socialista llamada bolivariana, de la redistribución de la riqueza en programas de solidaridad y asistencia a la población, se hizo el símbolo y marca del “chavismo” junto a las expropiaciones y nacionalizaciones. Le llamaron: Socialismo Bolivariano del Siglo XXI.

Y nace Petrocaribe. El regalo del teniente coronel en busca del apoyo de los líderes regionales en su guerra contra el Imperio. Cuba disfrutaría de la solidaridad bolivariana de Chávez con el envío de cien mil barriles diarios.

A partir del 2014 comienza la estrepitosa caída de los precios lo que lleva a Nicolás Maduro a pedir una reunión de la Organización de Países Emisores de Petróleo (OPEC) para que se subiera el precio a ochenta dólares. Sin resultados positivos para Maduro.

La Venezuela de hoy disfruta de la más alta inflación del mundo, con previsiones de alcanzar el 160 por ciento a finales de este año. Con esos niveles las políticas sociales de la redistribución sencillamente no funcionan.

¡Llegaron las vacas flacas con el petróleo a menos de cuarenta dólares el barril! Y llegaron las elecciones parlamentarias.

Maduro lo explica de otra manera: “Hoy triunfó la guerra económica que hace la oposición y la empresa privada a su Gobierno para derrocarlo, causando la escasez de productos básicos o inflando sus precios desde hace un par de años”.

Dicen en Venezuela que no hay malos y buenos gobiernos sino bajos y altos precios del petróleo. ©FIRMAS PRESS

Violeta Yangüela. Periodista y escritora dominicana.

POR QUÉ LA MUD DEBE MANTENERSE UNIDA

Las pasadas elecciones en Venezuela para elegir diputados resultó una verdadera sorpresa, como lo mencionamos en un artículo anterior, la oposición representada en La Mesa de la Unidad (MUD) dio una verdadera paliza al oficialismo al obtener 112 escaños contra 55 del oficialismo.

Esto le da un músculo político muy fuerte a la oposición, pues podrán hacer leyes orientadas a mejorar y corregir el modelo fracasado del chavismo y negociar con el ejecutivo, si así al fin decide hacerlo.

Todo esto es muy bueno, reconforta y produce optimismo en todas aquellas personas que pensamos, que con el resultado de estas elecciones los venezolanos podrían enderezar el rumbo de su país y evitar que quede encallado en el tiempo tal y como le sucedió a Cuba.

Pero, ojo, “mosca” el diario español El País, advirtió hace unos días que: “Como ocurre siempre con las alianzas en el seno de una democracia, hay entre las fuerzas de oposición tendencias diversas, lo peor que podría ocurrirle a Venezuela en estos momentos es una querella interna en la MUD. Una oposición dividida sería un verdadero regalo de los dioses para el régimen chavista que, a consecuencia de la brutal derrota electoral que acaba de recibir, comienza a dar síntomas de divisiones y discordias internas”.

Por esto, es bueno recordarle a la MUD ahora y con tiempo, hechos históricos que ayudan a entender los sucesos de una forma clara y objetiva que ocurrieron en Nicaragua en años pasados para que no se cometan los mismos errores en Venezuela.

La historia electoral en Nicaragua desde 1985 nos permite visualizar lo que podría pasar en Venezuela, si por ejemplo la MUD se divide como fuerza política, en Nicaragua, Violeta Chamorro le ganó al sandinismo con una coalición de partidos que llamaron la Unión Nacional Opositora (UNO), su objetivo fue derrotar al FSLN en las elecciones generales.

La UNO aglutinó 14 partidos que abarcaron todo el espectro político, incluyendo al Partido Comunista de Nicaragua y ganaron las elecciones, la presidenta Chamorro gobernó del 25 de abril de 1990 al 10 de enero de 1997. Sin embargo, luego de esa administración, la oposición nicaragüense no logró mantenerse unida porque cada uno de los partidos que componían la UNO tomó su propio rumbo, situación que ha hecho imposible ganarle al sandinismo, de allí que los dirigentes de la MUD deberán mantenerse unidos hasta que lleguen a obtener la Presidencia y logren concretar un proyecto país donde las reglas del juego no se puedan cambiar fácilmente y la secta del chavismo se reduzca lo suficiente para que no logre el poder de nuevo.

Dicho todo lo anterior, nosotros pensamos que la advertencia hecha por el diario El País no es suficiente, los venezolanos deberán contemplar no solo el presente o el futuro inmediato, sino que deberán pensar en el futuro de mediano y largo plazo, los venezolanos no se merecen un gobierno más del chavismo, el venezolano deberá de llegar a comprender todo lo que sucedió durante estos años y deberá entender que este experimento sociopolítico llamado socialismo del siglo XXI fracasó. Ojalá todo esto se analice en las escuelas y colegios para que los jóvenes que son el futuro comprendan lo sucedido en esta historia negra de Venezuela.

Carlos Vílchez Navamuel.

¡HAY ESPERANZA!

Un año más, atravesando muy diversas circunstancias y avatares, llegó la Nochebuena, la Navidad. Celebramos estas fiestas, en su aspecto más folclórico, con luces multicolores, bolas de adorno, espumillón, etc. En una faceta algo más íntima, alrededor de una mesa con turrones, en compañía de familiares y amigos; son momentos en los que la ausencia de personas queridas se nota más. Y en sentido religioso, San Josemaría recomienda en tiempo de Navidad “contemplar las imágenes del Niño Jesús envuelto en pañales, sobre la paja de un pesebre. Y cuando todavía es Niño y no dice nada, verlo como doctor, como Maestro, porque hay que entender las lecciones que nos da” de pobreza, de humildad, de amor… Aquí y ahora, todavía podemos festejar el nacimiento de Jesucristo con armonía y paz. Pero en algunos países no pueden celebrar esta conmemoración.

El papa Francisco ha dicho: “Pienso en los mártires de nuestros días, los hombres, las mujeres, los niños que son perseguidos, odiados, expulsados de sus hogares, torturados, masacrados. Y esto no es una cosa del pasado: esto sucede hoy”. De otros atentados informan exhaustivamente los medios de comunicación, y se movilizan manifestaciones de protesta y solidaridad; en cambio, este genocidio, que en pleno siglo XXI se perpetra en varios países, enseguida queda cubierto por un manto de silencio informativo, como si se pretendiese evitar reacciones que pudieran molestar a los criminales. No obstante, a pesar de estos tiempos convulsos, festejamos la encarnación de Jesucristo, que ha determinado un antes y un después en la Historia de la humanidad: tenemos motivos para la esperanza.

José Murillo.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí