El río Acome, que cruza el centro de la ciudad de Chinandega, es víctima de la contaminación, los desechos y la tala de árboles. Y el problema aumenta porque pocos tratan de rescatarlo.
Porfirio Vallecillo cuenta que desde que arribó a la zona baja del puente La Libertad, tras el huracán Mitch en octubre de 1998 se dedicó a plantar árboles de variadas especies que 17 años después le brindan sombra, frutos y en especial, protección al río.
“Todos estos árboles, cedro real y caoba, han crecido en esta parte, además hay árboles de mango, aguacate, laurel, eucalipto y genízaro”, dijo Vallecillo, originario del poblado fronterizo de Somotillo.
“En esta parte he sembrado plátanos para la comida”, refiere Vallecillo, acompañado de su hija Alicia, quien le ha apoyado en las labores de reforestación.
Una de las grandes emociones de este ambientalista es amanecer con un viento helado por la leve mecida de las ramas de la arboleda y escuchar a las aves al amanecer.
“En la mañana da gusto, pájaros carpinteros, cierto güis, loras y pericos, hasta el corretear de ardillas se puede divisar. Antes de que reforestara hacía mucho calor, pero los árboles nos han venido a salvar”, sostuvo Vallecillo.
El profesor Julio Zavala ha contado muchas vivencias del legendario río chinandegano, como las de mujeres que lavaban afanosas sobre las piedras enfiladas a orillas de los ojos de agua.
RÍO CHIQUITO DESVIADO
Por otra parte, en el municipio El Viejo, se reportó que el río Chiquito, que circula en un cauce que aún guarda mucha vegetación al norte de la carretera Chinandega-El Viejo, fue desviado hacia el noroeste de la colonia El Naranjo, para irrigar cañaverales.
El río Chiquito, igual que el Acinco, El Atoya y Sasama, en el municipio de El Viejo, han perdido gran parte del caudal por la deforestación. “Es lamentable que han bajado su caudal”, lamentó Efraín Quiñones.
RECOMIENDA SEMBRAR ÁRBOLES
Don Porfirio Vallecillo no se cansa de plantar árboles y darles seguimiento diario a pesar de sostenerse con su bastón.
“Recomiendo que siembren árboles en el invierno; estos árboles que han crecido aquí los he comprado en los viveros. En una ocasión pedí autorización para cortar un árbol de lehecuagos porque causaba daños a otro árbol, pero para eso tenía plantado ya cuarenta árboles más”, refirió Vallecillo.
Mientras eso ocurre con este ambientalista, gran cantidad de los desechos en el basurero municipal cae en las riberas del afluente que sigue la ruta oeste.