El analista político y ex embajador de Nicaragua en Estados Unidos, Carlos Tünnermann Bernheim, considera que en un futuro el Gobierno de Nicaragua no tendrá autoridad moral para pedir buen trato para los migrantes nicaragüenses si en Nicaragua lo que se hizo fue reprimir y negar ayuda a los migrantes cubanos.
“Yo creo que estamos quedando muy mal, y digo quedamos porque a la larga se dice: Nicaragua no formó parte de los acuerdos que los otros países tomaron. Ni siquiera mandó un representante a la cumbre técnica que iba a tratar el problema, con lo cual demuestra que es una actitud intransigente de parte de las autoridades de Nicaragua”, dijo Tünnermann.
INCÓMODOS CON LEY DE AJUSTE CUBANO
El analista manifestó que la crisis de los migrantes cubanos ha tenido una enorme repercusión internacional, porque ha sido una noticia difundida en las redes sociales y en los canales de noticias internacionales, donde “el país que ha quedo haciendo el papel del malo de la película es Nicaragua”.
Tünnermann también criticó al gobierno de Ortega por pedir la derogación de la Ley estadounidense que permite la emigración legal de los cubanos a Estados Unidos.
“Cuando hay una crisis humanitaria y uno quiere brindar una ayuda, uno no la puede estar condicionando a lo que haga otro país. Es decir, esto de condicionar si los Estados Unidos cambia la Ley del Ajuste cubano o si la extienden a los centroamericanos eso es una excusa”, dijo Tünnermann.
El exdiplomático recordó que Nicaragua es un país que exporta emigrantes principalmente a Costa Rica, Estados Unidos y España, “así que no nos gustaría que tratarán así a los emigrantes nicaraguenses”, en alusión al uso de la fuerza militar que el gobierno hizo para hacer retroceder a lo migrantes a la frontera de Costa Rica.
“Si algún día maltratan a migrantes nicaragüenses, ¿con qué autoridad moral podremos reclamar si aquí hemos actuado de manera deshumanizada?”, agregó Tünnermann.
ORGANISMOS SE PRONUNCIAN SOBRE ACTUACIÓN OFICIAL
Los organismos de derechos humanos coincidieron en que el papel del gobierno de Nicaragua en el drama de los cubanos dejó mal parado al país.
Gonzalo Carrión, director jurídico del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), dijo que la administración de Daniel Ortega hizo “un papelón”.
“Somos un país de migrantes y no hemos obrado consecuentes con los cubanos. Nicaragua quedó en el ridículo, un papel penoso. ¿Con quién quedó bien Nicaragua? ¿con Estados Unidos o Cuba? Si algo van a recordar los cubanos es que fue el país donde le echaron los antimotines”, dijo Carrión.
El activista en derechos humanos agregó que al Gobierno, “que se dice es cristiano y socialista”, ni siquiera le importó el llamado que hizo el Papa Francisco a resolver un caso que para él es un tema de derechos humanos.
CUEVAS: INSENSIBLE Y ARROGANTE
Por su parte, Pablo Cuevas, asesor jurídico de la Comisión Permanente de los Derechos Humanos (CPDH), calificó de “insensible” la actuación de Ortega en este tema y recordó que por lo menos un millón de nicaragüenses han dejado el país buscando un mejor horizonte.
“Se ha vuelto un gobierno insensible, inhumano, irrespetuoso de los derechos humanos y estamos hablando de arrogancia en este caso”, opinó Cuevas.
El representante de la CPDH insistió que no hay familia en Nicaragua que no tenga a alguien trabajando en el extranjero para mejorar su situación, y recordó que en nada de eso pensó el Ejecutivo a la hora de actuar contra los cubanos.