Cada día más de 210,000 personas padecen un episodio de enfermedad transmitida por alimentos en las Américas. De ellos, casi la mitad son niños menores de 5 años, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
A través de un comunicado, el organismo internacional indicó que durante las celebraciones de fin de año el riesgo de padecerlas puede aumentar debido a la inadecuada manipulación y refrigeración de las comidas que se preparan con anticipación y en cantidad.
“Las claves para preparar los alimentos en forma segura, inocua y saludable son: mantener la higiene, separar los alimentos crudos de los cocidos, cocer totalmente los alimentos, mantener los alimentos a temperaturas seguras y utilizar agua e ingredientes crudos seguros”.
“Seguir estas cinco claves ofrece a los consumidores la garantía de que están manipulando los alimentos en forma segura, evitando que los microbios los contaminen o se multipliquen”, sostuvo Enrique Pérez, asesor principal en Enfermedades Transmitidas por los Alimentos y Zoonosis de la OPS, a través del comunicado de prensa.
Además añadió que “son simples, son prácticas y cualquiera puede aplicarlas en sus casas o en los establecimientos de comidas”.
El organismo regulador de la salud en la región considera que los alimentos contaminados por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas causan más de doscientas enfermedades, desde diarreas hasta cáncer.
“En las Américas se estima que anualmente 35 millones de niños menores de 5 años se enferman. Además de los niños, las embarazadas, los inmunosuprimidos y los adultos mayores son los más vulnerables a este tipo de enfermedades”, señala el documento oficial.
A tomar en cuenta
Los síntomas de una enfermedad transmitida por alimentos incluyen dolor abdominal, diarrea, náuseas, escalofríos, fiebre y dolor de cabeza. En algunos casos la enfermedad puede ser fatal.
Generalmente los síntomas aparecen entre las primera 4 o 48 horas después de que una persona haya estado en contacto con el agente responsable de la enfermedad, como la salmonella o la escherichia coli.