Al menos dos insurgentes continúan en el interior de la base de las Fuerzas Aéreas indias atacada en el norte del país, al cumplirse 36 horas del inicio de la acción, en la que hasta el momento han muerto al menos once personas, informó este domingo 3 de enero una fuente oficial.
El jefe segundo del Gobierno del Punjab, provincia en la que tiene lugar el ataque, Sukhbir Singh Badal, informó en rueda de prensa que las fuerzas de seguridad están “enfrentando” a dos atacantes y recordó que otros cuatro fueron abatidos.
Agregó que la investigación sobre el ataque aún no ha comenzado ya que la operación para repeler la ofensiva “todavía está en marcha”, por lo que rechazó también proporcionar detalles sobre el desarrollo de la misma.
La acción comenzó sobre las 3.30, hora local (22.00 GMT) del sábado en el distrito de Pathankot, situado a pocos kilómetros de la frontera con Pakistán, y ha causado la muerte a al menos siete miembros de las fuerzas de seguridad y cuatro insurgentes.
Badal advirtió de la necesidad de incrementar las medidas de seguridad en la provincia con el despliegue de comandos especiales y el uso de “tecnología” como la utilizada en “otras fronteras internacionales”, puesto que esta es, dijo, “la segunda o tercera vez” que se produce un ataque en esta zona.
“Las Fuerzas de Seguridad de Fronteras (presentes) en la sección punjabí de la frontera no es mucha”, indicó, al agregar que espera que la zona sea considerada “sensible” tras el ataque a la base militar.
Las plataformas de vigilancia aérea “detectaron” a los atacantes en cuanto accedieron a la base, ya que las Fuerzas Aéreas estaban sobre aviso y habían tomado medidas para repeler una posible acción terrorista, aseguró ayer el Ministerio de Defensa en un comunicado.
Islamabad condenó el suceso en un comunicado y aseguró que sigue “comprometido” a colaborar con la India y otros países de la región para erradicar la amenaza terrorista.
El ataque se produce después de que el primer ministro indio, Narendra Modi, realizase la semana pasada la primera visita de un máximo mandatario indio a Pakistán en once años para reunirse con su homólogo, Nawaz Sharif, apenas dos semanas después de que ambos países acordasen iniciar un diálogo de paz.
A finales del pasado julio, un grupo de atacantes con uniforme militar se atrincheraron durante diez horas en una comisaría del Punyab, en una acción que causó la muerte a diez personas.
El Punjab es fronterizo con Cachemira, región disputada entre la India y Pakistán y su principal punto de enfrentamiento, por la que libraron dos guerras y varios conflictos menores desde la partición del subcontinente y la creación de ambos países en 1947.