14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Uriel Pineda Quinteros

La “estrategia de comunicación” del régimen

La sequía trajo como consecuencia escasez de alimentos en algunas comunidades del norte del país, entre ellas Santa María en Nueva Segovia. A su vez, esta situación generó la solidaridad de compatriotas del sur, quienes se organizaron y enviaron alimentos, pero para sorpresa de todos el régimen obstaculizó, hasta donde pudo, la entrega de la ayuda humanitaria. Lo ocurrido es una muestra de autoritarismo e insensibilidad extrema y solo se explica desde la estrategia de comunicación del régimen.

En términos generales la comunicación política tiene una función dual, por una parte está relacionada con las estrategias y técnicas que ayudan a promover la imagen de un candidato en la opinión pública con la finalidad de captar el apoyo del mayor número de electores. En segundo lugar, se vincula con la difusión institucional, es decir, la manera en que el gobernante promueve sus iniciativas y posturas respecto de asuntos de interés público.

El problema es que el régimen debe asegurar ambos objetivos, lo que puede resultar inconveniente. En el enjambre sísmico que hubo en el 2014, fue notorio el llamado a la calma y las constantes intervenciones públicas de la primera dama, hecho reconocido hasta por los adversarios más viscerales del régimen. En el momento no comprendí el porqué del alarmismo, sino hasta conocer mejor la experiencia mexicana en el terremoto de 1985, donde la catástrofe superó al gobierno y la solidaridad del pueblo mexicano fue quien asumió las tareas humanitarias.

Tengamos presente que el actual régimen tiene un corte corporativista y pretende administrar o controlar toda expresión de organización, Ortega no puede darse el lujo que el mal manejo de una crisis o la débil presencia estatal dé lugar a la organización espontánea de la población para hacer frente a una problemática, de ahí su pretensión inicial de la canalización de la ayuda a la comunidad de Santa María, él necesita vestirse aunque sea con sombrero ajeno.

De forma oficial, el régimen ha minimizado los efectos de la sequía, llevar ayuda humanitaria a las zonas más afectadas sería contradictorio con su discurso y puede alentar una demanda mayor a la que no podrían hacerle frente. Una alternativa a esto podría ser apelar a la solidaridad internacional, pero esto es impensable, porque se dejarían en entredicho los logros en materia seguridad alimentaria que presumen.

La seguridad alimentaria es la disponibilidad y estabilidad del suministro de alimentos culturalmente aceptable, para todas las personas, con el fin de garantizar su adecuada nutrición. La seguridad alimentaria es un derecho humano, en consecuencia, es una obligación del Estado garantizarlo, pero el régimen no garantizó este derecho para los pobladores más pobres de dicha comunidad y además obstaculizó la solidaridad de los nicaragüenses para ayudar en la crisis.

En igual sentido, la pretensión del régimen de administrar o controlar las expresiones de organización es incompatible con los principios de una sociedad democrática. De conformidad a la Convención Americana de Derechos Humanos, la libertad de asociación comprende el derecho de las personas de asociarse libremente con fines ideológicos, religiosos, políticos, económicos, laborales, sociales, culturales, deportivos o de cualquiera otra índole. Adicionalmente, establece que la restricción a este derecho se base en un trinomio: estar en ley; que sea necesario y que busque un fin legítimo.

La estrategia de comunicación del régimen tiene objetivos mayúsculos, como promover la imagen de Ortega por sus perpetuas aspiraciones presidenciales, exaltar logros que en muchos casos no existen y ocultar crisis. Como sea, es difícil llevar a cabo esta titánica labor sin violar derechos humanos como los expuestos, además, esta misma estrategia es la causante del menoscabo a la libertad de expresión en Nicaragua.

El autor es maestro en Derechos Humanos

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí