Un combatiente de 20 años del grupo Estado Islámico mató a tiros a su madre ante numerosos testigos en una plaza pública en la ciudad siria de Raqqa tras enterarse que ella no era una auténtica creyente, informaron activistas el viernes.
Este brutal asesinato público es el más reciente entre los cometidos por el grupo en los últimos dos años en la capital de facto de su proclamado califato.
Las ejecuciones —que se inscriben en las numerosas que ha perpetrado el EI en Irak y Siria para apoderarse de grandes franjas de territorio desde el verano de 2014— tienen como propósito propagar el terror e intimidar a los oponentes.
Muchos de esos asesinatos están grabados y los videos son difundidos después en las redes sociales.
En 2014, una mujer fue lapidada después de que el EI la acusara de adulterio. El año pasado, el grupo encerró a un piloto militar jordano en una jaula de metal en la que lo quemó vivo, al parecer también en Raqqa.
El grupo Estado Islámico también ha difundido imágenes de decapitaciones de extranjeros que ha capturado, periodistas y trabajadores de organizaciones humanitarias, entre ellos estadounidenses y británicos y de otras nacionalidades.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo con sede en Gran Bretaña que da seguimiento al conflicto sirio, el combatiente del EI, Ali Sakr, de 20 años, mató el jueves a su madre en una plaza pública en Raqqa.
El observatorio dijo que la mujer, Lina Qassem, de cuarenta y tantos años, era originalmente de la región costera de Siria, había vivido más de 20 años en la localidad de Tabqa, en el norte.
El grupo dijo que ella intentaba convencer a su hijo de que dejara al grupo extremista y huyeran juntos de Raqqa, pero el joven la denunció ante el EI.
Abu Mohammed, un miembro de un grupo activista conocido como “Raqqa es asesinado silenciosamente” que reporta sobre las actividades del grupo Estado Islámico, también informó del asesinato de la mujer en su cuenta de Twitter.
El observatorio señaló que la ejecución tuvo lugar cerca de la oficina local del correo, donde trabajaba Qassem.
En tanto, choques en Irak entre combatientes del grupo Estado Islámico y una fuerza conjunta turco-iraquí cerca de un campo de adiestramiento en las afueras de la ciudad norteña de Mosul dejaron al menos 18 extremistas muertos, afirmaron el viernes el presidente turco y un exgobernador iraquí.
Bagdad ha exigido el retiro de las fuerzas turcas y sostiene que su presencia viola el derecho internacional. Ankara retiró parte de sus efectivos pero no todos.