Todo indica que la construcción en el 2016, mejorará el buen desempeño del 2015, aumentando el crecimiento interanual de 12 por ciento de este año (que fue de 20.3 por ciento en “área efectivamente construida”, según el Informe de Construcción Privada del III trimestre del 2015, publicado por el Banco Central de Nicaragua), para superar el 15 por ciento, convirtiéndose en uno de los “motores” de la economía nacional, en beneficio de las familias del país.
Los factores económicos-políticos claves para este buen desempeño, son principalmente: 1. La “actitud proactiva” del liderazgo del sector privado, manteniendo el optimismo y la reinversión en “mejora continua”; 2. El bajo precio del petróleo para adquirir a menor costo acero, cemento y otros materiales básicos, y así disponer de más recursos; 3. La responsable “gestión macroeconómica” del país; 4. La continuidad de la relación gobierno-empresarios, que con el diálogo oportuno logra: superar dificultades objetivas, y mantener la relación de confianza entre estos dos sectores estratégicos de la economía; 5. El incremento del 7 por ciento del Plan de Inversión Pública (PIP) (superior a US$ 600 millones), con aumentos en el presupuesto para infraestructura: Agua y Saneamiento (Enacal), Carreteras (MTI y Fomav), Distribución Eléctrica (Enatrel), Obras Menores como calles, parques, obras pluviales y andenes (Alcaldías), Educación y Salud (MED y Minsa) y Viviendas (Invur); y 6. La inversión privada en edificios, viviendas, centros comerciales, instalaciones turísticas y parques industriales, atraída por la percepción de: “seguridad ciudadana” y “buen clima inversionista” del país.
Las fortalezas de las empresas de la Cámara Nicaragüense de la Construcción, que conforman el “núcleo” de la construcción nacional, para estos buenos resultados, son: 1. Profesionalismo, con obras de calidad, ejecutadas en tiempo, a los precios contratados; 2. Capacidad, aumentada con: los planes de “mejora continua” y la relación proactiva con universidades; adquiriendo nuevas técnicas y propiciando mejores prácticas; y 3. Disposición de diálogo, con sectores concernidos, para solucionar controversias.
Entre las obras importantes que se realizarán están: Las millonarias obras de Agua y Saneamiento que Enacal, contratando empresas privadas realizará en todo el país; las carreteras (como Bluefields-Nueva Guinea) y puentes (corredor a Bilwi) del sector vial; las edificaciones del Estadio Nacional, los hospitales Occidental, de Chinandega y de Bilwi, así como la sede de ANIA; y la hidroeléctrica Tumarín, que será “detonante” del sector.
Pero, estos buenos resultados pueden afectarse, por lo que hay que cuidarlos, sobre todo por el gobierno, quien deberá resolver los siguientes desafíos: 1. Fortalecer la gerencia y mejorar las finanzas de Enacal, responsable del mayor peso de la inversión pública, (cerca de US$ 200 millones con apoyo de la cooperación internacional); 2. “Sincerar” los precios de los combustibles y la energía eléctrica, según el precio internacional del petróleo, para no disminuir la competitividad; 3. Resolver las tensiones, en el Atlántico Norte por la falta del “saneamiento” de los territorios indígenas, y en el Sur por los reclamos campesinos debidos al megaproyecto del Gran Canal; 4. Atender las demandas sobre el “proceso electoral”, para evitar que su mal manejo deteriore más la “certidumbre política” y la “seguridad jurídica” desalentando a los inversionistas; y 5. Corregir el sectarismo partidario oficial, que causa mediocridad, ineficiencia y corrupción.
Atendiendo estos desafíos, con eficacia y responsabilidad, no solo cuidaremos la pujanza del sector construcción, sino que se crearán condiciones para que nuestra economía crezca arriba del 8 por ciento; necesidad señalada sistemáticamente por Cosep, UDC y hasta el Secretario de la Presidencia para Políticas Públicas. Y todo, para beneficiar a las familias nicaragüenses.
El autor es ingeniero. Miembro de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos ANIA.