Siete películas de la franquicia del niño mago permitieron que Emma Watson creciera en medio de las cámaras y el éxito mundial, sin embargo esto no fue siempre bueno para la actriz, quien confesó que la situación marcó su adolescencia y que pasó mucho tiempo tratando de fingir ser diferente, solo para distraer de ella la atención de los medios de comunicación.
“Me pasé mucho tiempo tratando de convencer a todo el mundo de que era muy aburrida porque necesitaba privacidad y tiempo para averiguar quién era”, explicó. “Solía paralizarme, en la alfombra roja por ejemplo, simplemente para poder superar el momento”.
Ya dejado atrás su papel de Hermione, la inseparable y leal amiga de Harry Potter y luego de haber alcanzado éxito en otros proyectos, Watson dice que al fin se reconoce a sí misma y se ve a sus 25 años como una mujer segura de quién es, lo que le gusta y lo que quiere.
“Ahora tengo cosas que quiero decir, y quiero ser yo misma. No quiero que haya una gran diferencia entre mi persona pública y la privada. Es definitivamente el camino más complicado, pero sin duda es el más gratificante”. La actriz es embajadora de buena voluntad de la ONU para las mujeres y es una destacada activista feminista.