Con la partida de un extraordinario jurista mexicano, Bernardo Sepúlveda Amor, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) quedó recientemente desprovista de jueces hispanoamericanos.
Don Bernardo fue el canciller mexicano que lideró el Grupo de Contadora durante los ochenta y propuso fórmulas de entendimiento para que los nicaragüenses pudiéramos vivir en paz.
Su partida debilita aún más la posición de los grandes aportes jurídicos latinoamericanos al Derecho Internacional. A guisa de ejemplo, al contar con pocos juristas latinoamericanos, el principio del “uti possidetis iuris”, base y sustento de las delimitaciones territoriales latinoamericanas posteriores a la Colonia, se ha visto reducido por la CIJ a meros aportes al derecho municipal con poca repercusión en el Derecho Internacional.
Hay un acuerdo no escrito de que los jueces de la Corte serán nombrados de forma que haya: cinco jueces para Occidente, tres africanos (un árabe, un francófono de derecho positivo, y uno de derecho consuetudinario anglofónico), dos para Estados de Europa del Este y dos para América Latina y el Caribe. Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (Francia, Rusia, China, el Reino Unido y los Estados Unidos) tienen asiento para un juez de la Corte, ocupando de esta manera tres de los asientos del Oeste, uno de los asientos de Asia y uno de los asientos de Europa del Este. La excepción fue China, que no contó con un juez de la Corte desde 1967 hasta 1985, ya que no presentó un candidato.
En 2018 al terminar el período del juez brasileño Antonio Augusto Cançado Trindade, se abre la posibilidad de que Centroamérica obtenga, por segunda vez, un asiento en el mayor tribunal de justicia del Sistema de las Naciones Unidas.
Nominar al doctor Mauricio Herdocia Sacasa sería una oportunidad para Nicaragua de aunar esfuerzos en política exterior, como se hizo con éxito en el pasado reciente en la defensa jurídica del territorio.
Mauricio es el único centroamericano que pertenece al grupo de élite de abogados que han participado en la Comisión de Naciones Unidas que se encarga de codificar el derecho consuetudinario internacional y ha sido además, agente de Nicaragua ante la CIJ.
El doctor Sepúlveda y los actuales jueces de la CIJ Peter Tomka (Eslovaquia), Giorgio Gaja (Italia), y Mohammed Bennouna (Marruecos) fueron miembros contemporáneos con Mauricio en la Comisión. Otros jueces de la CIJ actuales o pasados recientes como Abdul Karoma (Sierra Leona), Hiwasashi Owada (Japón), Patrick Lipton Robinson (Jamaica) y Abdulqawi Ahmed Yusuf (Somalia) también han sido miembros de la Comisión.
Mauricio es, ex ante, un excolega de muchos de los jueces de la CIJ y representante legítimo del modelo jurídico del sistema interamericano.
De hecho el equipo jurídico de Nicaragua en La Haya, ha incluido miembros de la Comisión como los doctores: Ian Brownlie (q.e.p.d.), Inglaterra); Alain Pellet (Francia); Stephen McCaffrey EE. UU.; y Víctor Rodríguez Cedeño de Venezuela.
El doctor Alejandro Montiel Argüello, mi colega canciller de grata memoria y muchas luces, ha sido el único nicaragüense, además de Mauricio, en ser honrado con su elección como miembro del Comité Jurídico Interamericano de la OEA. Mauricio fue el primer centroamericano en ser electo presidente del Comité y honrado con la Presidencia de su Centenario celebrado universalmente y al cual yo mismo concurrí.
A nivel regional, además de haber sido secretario general del Sistema de la Integración Centroamericana de cuyo instrumento principal (Protocolo de Tegucigalpa) fue negociador, Mauricio ha servido en innumerables comités y comisiones oficiosas y oficiales relacionadas con la integración centroamericana y es, sin duda, el mejor exponente de Nicaragua en la disciplina del Derecho Internacional, tanto público como privado.
Es hora que volvamos a juntarnos como proyecto nacional patriótico, para lograr que la Comisión Nacional de Arbitraje de Nicaragua presente oportunamente ante la ONU la candidatura de Mauricio para llenar la vacante en la Corte que se presentará en 2018. En esto de las candidaturas internacionales, ¡pa´ luego es tarde!
El autor fue ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua.