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Rebaja eléctrica insignificante

Ciudadanos y representantes de diversos sectores sociales han calificado como insuficiente la rebaja del cuatro por ciento en la tarifa de electricidad anunciada por el Instituto Nicaragüense de Energía (INE). A su vez, economistas y técnicos independientes explicaron que esa minúscula rebaja será absorbida por el deslizamiento anual del córdoba con respecto al dólar estadounidense y quedará convertida en nada. O sea que es una burla a los usuarios.

Según declaró a LA PRENSA el señor Juan Carlos López, coordinador del Centro Jurídico Social de Ayuda al Consumidor, la reducción de la tarifa eléctrica debería ser al menos de 15 a 20 por ciento, de acuerdo con los precios actuales del petróleo. Una baja en el precio de la electricidad de esa magnitud sí aliviaría a los usuarios, sobre todo a los de las capas medias que pagan facturas desproporcionadas. Muchas personas se quejan, con razón, de que gran parte de sus sueldos se los lleva el pago de la factura eléctrica, quedándoles muy poco para atender las otras necesidades perentorias.

La empresa privada también es perjudicada por las elevadas tarifas eléctricas mensuales, pero aunque estima insuficiente la rebaja del cuatro por ciento en principio se ha mostrado satisfecha con ella, porque el INE se ha comprometido con el Cosep a que los precios de la energía serán revisados cada tres meses y después se aplicarán otras rebajas, siempre y cuando el precio del petróleo se mantenga debajo de 36 dólares el barril.

Los empresarios privados son más escuchados que los consumidores domiciliares de electricidad, porque se trata de los mayores consumidores y presionan para que las tarifas sean reducidas, de conformidad con la caída de los precios del petróleo que ha sido constante en los últimos años y siguen cayendo. La energía eléctrica es uno de los componentes principales de los costos de producción y operación de las empresas y las altas tarifas por el servicio afectan la capacidad competitiva empresarial con respecto a los demás países del área centroamericana, donde el precio de la electricidad es más moderado.

Sin embargo, el alto costo de la energía encarece los precios de todos los productos y bienes de consumo, castigando de manera adicional a la gran mayoría de los consumidores que dependen de un ingreso fijo.

Según declaró a los medios de comunicación social el presidente del Cosep, José Adán Aguerri, con el INE “se tomó la decisión (de) que el procedimiento de revisión sea trimestral y eso crea una expectativa positiva porque tenemos (los empresarios) la certeza que vamos a estar aplicando los ahorros que se vayan dando cada tres meses, y ese ahorro significa que podemos ver un incremento en la tarifa adicional al 14 por ciento que tendríamos acumulado hasta febrero de este año”.

Está bien eso, pero lo correcto y justo sería que la tarifa energética se redujera automáticamente, de conformidad con el precio de los combustibles, sin necesidad de tener que negociar y regatear con los gobernantes que controlan el negocio de la energía. Pero hablamos de rebajas razonables, no de un mísero cuatro por ciento que, como han explicado los economistas y técnicos independientes, se perderá con solo el deslizamiento de la moneda.

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