Ni el fondo social para la obtención de una vivienda, ni el fondo para capacitación y desarrollo de capacidades técnicas entre los trabajadores de las maquilas se han concretado pese a estar plasmados en acuerdos firmados entre empresarios, sindicalistas y gobierno.
Según el Acuerdo Tripartito de Estabilidad Laboral y Productiva para las Zonas Francas —que fija el salario mínimo entre 2014 y 2017— se asumió el compromiso de los empleadores por constituir un fondo mediante la donación de los retazos de tela o conforme la conveniencia de las empresas y que estas ayuden a sus trabajadores a obtener una casa.
Este aspecto, según Pedro Ortega, secretario de asuntos laborales de la Confederación de Trabajadores de las Zonas Francas, no tiene ningún avance, al igual que la distribución de paquetes alimenticios que se harían a través de la Empresa Nicaragüense de Alimentos Básicos.
“Todo eso está estancado y la promesa es que al menos con las viviendas este año pueda haber avances y las empresas fijen un mecanismo real de apoyo a los empleados”, manifestó Ortega.
Dean García, director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y de Confección (Anitec), aseguró que ha sido todo un reto esa ejecución, pues se necesita más dinero para poder realizar las obras, y se requiere el apoyo gubernamental o de la empresa privada.
El problema es que no hemos podido conseguir los fondos y porque hay poca capacidad de pago por parte de los trabajadores y solo disponen de unos cincuenta dólares (al mes), entonces ¿qué vivienda te encontrás a ese precio?”, señaló García.
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URGE INSTITUTO TÉCNICO
El acuerdo tripartito también establece la promoción del talento humano mediante la capacitación con el Instituto Nacional Tecnológico (Inatec), al que las empresas aportan el dos por ciento del salario de cada trabajador.
Pero ese fondo, García considera que se ha convertido en una especie de impuesto para las empresas porque no hay un uso de los beneficios del mismo.
“El Inatec capacita en otras áreas y nosotros necesitamos técnicos especializados en electricidad, en supervisión de personal o control de calidad y tenemos que capacitarlos nosotros mismos. Planteamos que ese fondo se nos regresara y poder encargarnos de la capacitación, pero dijeron no y hasta ahí quedó el tema”, mencionó García.
Por su parte, Ortega cree que es importante que se busque la inversión para que exista un Instituto Técnico Textil que prepare a los trabajadores de las maquilas y que cuenten con los componentes necesarios para ser más competitivos.
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