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LA PRENSA/ TOMADA DE THINKSTOCK

Los peligros de no cuidar la dieta

El alto consumo de azúcar y otros carbohidratos puede ser mortal. Los altos niveles de azúcar en la sangre no solo causan diabetes sino también obesidad y degenera en distintas enfermedades crónicas

Hay que moderar el consumo de azúcar, dulces y bebidas carbonatadas, así como todo alimento que una vez dentro del cuerpo se convierta en glucosa y eleve los niveles de azúcar en la sangre, es la recomendación que hacen la Organización Mundial de la Salud (OMS) e investigadores y médicos especializados en diabetes, metabolismo y obesidad.

Algunos alimentos, agrupados dentro del macronutriente conocido como carbohidratos, están compuestos por miles de moléculas de azúcar, especialmente los almidones, y una vez dentro del cuerpo rápidamente se convierten en glucosa. Algunos de esos alimentos son los procesados sobre la base de harina, como el pan y la pizza. Pero también están el arroz, el maíz, los cereales, la papa, la lactosa de la leche, los tubérculos, entre muchos otros.

Recientemente la OMS informó que la ingesta de azúcares por persona recomendada por ese organismo mundial “debería de reducirse a menos del 10 por ciento de la ingesta calórica total. Una reducción por debajo del cinco por ciento de la ingesta calórica total produciría beneficios adicionales para la salud”. La nutricionista Martha Justina González indicó que esas recomendaciones de la OMS están basadas sobre múltiples investigaciones que muestran los peligros de excederse en el consumo de azúcar, como galletas, refrescos, jugos, gaseosas, jugos, golosinas, helados y muchos otros alimentos cuyo principal ingrediente es el azúcar.

Un investigador puertorriqueño, Frank Suárez, en sus libros el Poder del Metabolismo y Diabetes sin Problemas, explica que el cuerpo convierte en energía el azúcar ingerida, lo cual es vital para la vida, pero cuando recibe una cantidad exagerada utiliza una cierta cantidad de azúcar para convertirla en energía y el resto, que es la mayoría, la va almacenando en forma de grasa en el cuerpo. Luego, la persona comienza a engordar y a sufrir enfermedades crónicas, especialmente la diabetes.

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OBESOS Y DIABÉTICOS EN AUMENTO

Los médicos diabetólogos y endocrinólogos sienten que el aumento de personas con sobrepeso y obesidad, así como diabéticos, es un tema que se les escapa de las manos. No saben qué hacer.

En Nicaragua, por ejemplo, según cifras oficiales hay un 30 por ciento de personas con sobrepeso y un 12 por ciento con obesidad. Es decir, casi la mitad de los nicaragüenses está teniendo problemas de gordura. Y el número de diabéticos en el país ronda el medio millón de personas, según indicó en noviembre pasado el presidente de la Federación Nicaragüense para la Diabetes (FND), Enrique Medina. Otro dato: estadísticas mundiales revelan que el 85 por ciento de las personas diabéticas también sufren sobrepeso u obesidad.

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“La epidemia de obesidad es uno de los principales desafíos en endocrinología. El aumento significativo de la incidencia y prevalencia de obesidad y de sobrepeso en los últimos años, además del incremento considerable en la incidencia de enfermedades cardiovasculares (trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, ataques cardíacos, las enfermedades cerebrovasculares, el aumento de la tensión arterial, las vasculopatías periféricas, entre otras) ha venido a cambiar la forma de evaluar al paciente con exceso de peso”, dice el médico endocrinólogo Marlon Bolaños, presidente de la Fundación Pro Ayuda a Enfermos Crónicos (Funpec).

Lea también: La diabetes: una enfermedad dulce pero amarga

TODO EMPIEZA CON LA COMIDA

En Nicaragua, antes que la diabetes o cualquier otra enfermedad crónica, el padecimiento más común es el síndrome metabólico, advierte el diabetólogo Carlos Cárdenas.

Los síntomas del síndrome metabólico son alta presión arterial, alto nivel de azúcar en la sangre, elevados niveles de colesterol malo y bajo nivel de colesterol bueno, altos niveles de triglicéridos o grasa en la sangre y exceso de grasa abdominal (cintura mayor a 88 centímetros en las mujeres y mayor de 102 en los varones”, explica la nutricionista Martha Justina González.

El síndrome metabólico se produce principalmente por consumir alimentos altos en grasas y especialmente por una “dieta alta en azúcares y almidones”, explica el investigador Frank Suárez, en su libro Diabetes sin Problemas. Todo empieza con la comida. “Observe que es la dieta el factor causante de la secuencia mortal, tal y como si fuera una ristra de fichas de dominós que se van empujando unas a las otras”, dice Suárez en su libro, alegando que el consumo alto de grasas y azúcares lleva a engordar, y el engordar causa problemas que poco a poco van llevando a las enfermedades crónicas, a la pérdida de órganos, amputaciones y, finalmente, a la muerte.

El diabetólogo Carlos Cárdenas remarca que el consumo de alimentos que propician el síndrome metabólico “ha existido toda la vida pero ahora existe más porque hay más acceso a las comidas rápidas, a cualquier hora” y también existe “una reducción de las actividades físicas”.

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Las comidas rápidas, conocidas también como comidas chatarras, “son alimentos que satisfacen la sensación de hambre y el gusto por comer (pero) sin aportar las sustancias nutritivas que requiere el cuerpo para su crecimiento, desarrollo y mantenimiento saludable. Más bien se caracterizan por contener alto porcentaje de grasas, harinas blancas, azúcares refinados y por esta razón se consideran altos en calorías vacías, bajos en fibras y además son altos en sodio y algunos aditivos como glutamato monosódico (GMS), colorantes y saborizantes artificiales”, explica la nutricionista Martha Justina González.

“Las empresas siempre van a producir lo que tienen que vender”, dice Cárdenas, quien considera que le corresponde a cada persona educarse sobre la alimentación y aplaudió que haya iniciativa para que ya no se vendan “chiverías” en las escuelas. “En los colegios están tomando conciencia, no es en todos los colegios. Lo ideal es la educación alimenticia en los niños y que nadie tuviese que prohibirles nada, sino que ellos sean conscientes qué (alimentos) no deben comer. Ya obesa la persona lleva el camino definido. Difícil cambiar de rumbo”, dice Cárdenas.

Los médicos sufren con los pacientes a quienes aconsejan que cuiden su salud pero continúan consumiendo grandes cantidades de grasa y azúcares. El diabetólogo Carlos Cárdenas recuerda que los carbohidratos, especialmente el azúcar, son adictivos y por eso a los pacientes les cuesta dejar de consumir ese tipo de alimentos. “Por eso hay adicción a la comida chatarra, los niños principalmente”, dice Cárdenas, quien comenta que en México, donde se presentan grandes porcentajes de la población con diabetes y obesidad, se consumen 100 litros de gaseosa por persona al año.

“En Nicaragua, aunque no hay estudios muy completos, no nos estamos quedando muy atrás”, dice Cárdenas.
El investigador Frank Suárez comenta que la lactosa, el azúcar de la leche, es tan adictiva que los traficantes de heroína mezclan esa droga con lactosa y los consumidores quedan más adictos aún.

NO SE TRATA DE NO CONSUMIR AZÚCAR

El diabetólogo Hugo Villarreal recuerda que los carbohidratos son alimentos muy importantes porque, por ejemplo el azúcar, son esenciales para producir energía y hacer funcionar el cuerpo. “Hasta para mover un párpado”, dice.
Los carbohidratos están presentes en al menos el 60 por ciento de los alimentos que consume el ser humano. El otro 40 por ciento son proteínas y grasas.

En realidad, no se trata de no consumir carbohidratos, especialmente el azúcar, sino de moderar la ingesta de estos alimentos. Los especialistas se contraponen ya que algunos están a favor del consumo de carbohidratos y otros en contra.

En la revista Diabetes Voice, de la Federación Internacional de la Diabetes (FID), la experta Franziska Spritzler indica que “la mayoría de los clínicos no considera la restricción de carbohidratos hoy día como una opción aceptable a largo plazo para el control de la diabetes” porque “entre los argumentos en contra de la restricción del consumo de carbohidratos se encuentran los siguientes: las dietas con un bajo contenido en carbohidratos son bajas en fibra y varios micronutrientes; las dietas altas en grasas, especialmente saturadas, aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca; y comer menos de 130 gramos de carbohidratos al día no es saludable debido a que no cubre las necesidades de glucosa del sistema nervioso central”.

Sin embargo, indica Spritzler y quien sí está a favor de la reducción del consumo de carbohidratos, hay que revisar esas afirmaciones porque “todas las necesidades de fibra y micronutrientes se pueden cubrir mediante una dieta bien formulada baja en carbohidratos sin añadir suplementos”.

El investigador puertorriqueño Fran Suárez, en su libro Diabetes sin Problemas, explica que esas contradicciones entre los expertos sobre el consumo de carbohidratos no deben ser un problema para las personas, ya que un obeso puede ir experimentando en dejar de comer ciertos alimentos y ver si se le hace más fácil bajar de peso. Por ejemplo, puede dejar de tomar gaseosas, arroz y pan y observar si eso le ayuda a bajar de peso. Y luego puede ir probando con otros alimentos.

En el caso de los diabéticos es más fácil, pues ellos cuentan con una herramienta muy útil: el glucómetro. Con ese aparato, que sirve para medir los niveles de azúcar en la sangre, el diabético puede ir observando qué alimentos son los que más le suben el nivel de azúcar en la sangre y cuál no. El glucómetro no le va a mentir, dice Suárez.

COMER SANO

Vegetales sin almidón, frutas en su forma natural no en jugo, cereales integrales como avena, pan integral frijoles, carnes bajas en grasa como pescado, pechuga de pollo sin piel, lomo de cerdo, poca cantidad de aceite de soya, de maíz o de olivo, semillas como semilla de marañón, maní, nueces, almendras. Queso y yogur bajos en grasa, huevos, son algunos de los alimentos que las personas pueden consumir sin riesgo de que le aumenten el nivel de azúcar en la sangre a altos niveles o que le engorden con rápidez, explicó la nutricionista Martha Justina González, de la clínica Nutrición Vida Saludable.

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COMENTARIOS

  1. Hace 8 años

    A las personas les encanta lamer y morder paletas, bombones, caramelos. Les fascina los pasteles, panes azucarados, gaseosas, líquidos con colorantes y sabores artificiales que imitan a los sabores naturales. Todos estos productos los comen y beben en cantidades desordenadas y abundantes. Pero no comen frutas ni verduras y aborrecen las legumbres porque son horribles. Sin embargo el estado de ánimo de estas personas es meláncolico y perezoso, ademas de que tienen un caracter violento y áspero. Cambiar la conducta alimenticia es la mejor decisión de vida.

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