Jaime José Arellano Arana nació en la capital de México, en 1960, y hoy está felizmente casado y con hijos. Si pudiera pedir un deseo, volvería a ser flaco, pero admite que su deseo culposo es comer.
¿Por qué le dicen “Pingüino”?
Me lo pusieron en el colegio (Centro América), el padre Zubizarreta, por mi nariz.
¿Rolling Stones o los Beatles?
¡Ah, los Beatles! No llego a los extremos de ser beatlelómano, pero me gustan más sus canciones.
¿Una película que lo haya asustado mucho?
Soy aficionado al cine pero no soy de ver películas de miedo. Por casualidad vi Actividad Paranormal con mi hijo y mi hija. Oíme, bróder, hasta el momento no la olvido…
¿Le hubiera gustado actuar en alguna película?
Sí, en una de vaqueros. En El Bueno, El Malo y El Feo.
¿Y cuál sería usted?
¡El Bueno!
Si un genio le concediera un deseo, ¿qué pediría?
Volver a ser flaco (ríe).
¿Algún gusto culposo?
¡Comer!
¿Dónde es mejor una cita, en el cine o en el teatro?
Para mí en el cine, para mi esposa en el teatro.
¿Y entonces cómo hace?
Mirá, hay un dicho que dice: “Esposa feliz, matrimonio feliz”.
¿Qué es lo peor que le puede pasar en la televisión?
Ideay, ya me ha pasado ¡que me cierren el programa! ¡Ya me ha pasado dos veces!
¿Qué es lo más asqueroso que ha comido?
Comida cruda. Unos gusanos semicrudos semicocinados horribles que me dieron en Taiwán.
¿Qué materia detestaba en el colegio?
Física y Biología.
¿Educación Física o Ciencias Físicas?
No, Educación Física no. Cuando yo iba al colegio, a pesar de este cuerpo que me ves ahorita, yo era un atleta. Yo fui uno de los mejores jugadores de beisbol y de futbol que hubo en los tiempos colegiales aquí en Nicaragua.
¿Qué preferiría hacer, bungee jumping o salto en paracaídas?
Ninguna de las dos cosas. Le tengo pánico a las alturas, me marean. Y conste que mi esposa y mis hijos ya hicieron ambas cosas.
¿A qué presentador de televisión admira más?
Como tributo a él uso los tirantes: Larry King. Ha sido uno de los entrevistadores más profesionales, más claros que he visto.
