Cuando hablamos de tumores “primarios” es un término que alude al hecho de que han surgido del órgano afectado, y son “secundarios” los que provienen de otros órganos por vía de metástasis.
En la estadística de los Estados Unidos se considera que se dan de 11 a 19 casos por cada 100,000 habitantes y si aplicáramos estos datos significaría para nuestro país más de mil casos anuales.
Los tumores cerebrales primarios (TCP ) de tipo sólidos son más frecuentes en niños, la segunda causa de muerte en menores de 15 años y tercera causa de muerte en menores de 30 años.
En adultos podemos ver meningiomas, glioblastoma, adenoma hipofisario, astrocitoma, schwanoma vestibular, oligodendroglioma y linfoma, entre otros.
Factores que favorecen estos tumores: radiaciones en el cráneo, defensas bajas y uso de teléfonos celulares por más de diez años, habiéndose asociado a este último factor schwanoma vestibular y gliomas.
El dolor de cabeza es síntoma más común y llega a afectar hasta el 70 por ciento de los pacientes.
Síntomas agudos se detectan crisis epilépticas, hemorragia cerebral o edema en zonas definidas del cerebro.
En el cinco por ciento de una primera convulsión se detecta un TCP.
Como síntomas focales del TCP puede disminuirse la fuerza de la mitad del cuerpo, se pierde la sensibilidad, el equilibrio al estar de pie o caminar, se dan trastornos visuales y pérdida de la memoria.
Cuando la presión intracerebral se eleva por el efecto del tumor se altera el estado mental, hay cefaleas, náuseas, vómitos, somnolencia y la inflamación del fondo del ojo (papiledema).
Mientras más temprano se realice el diagnóstico más oportunidades de salvar la vida y función cerebral. Por ejemplo, el meningioma es un tumor benigno que después de ser extirpado el paciente llevará vida normal.
Acuda a su médico internista frente a cualquier cefalea sospechosa.
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