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Viaje premonitorio a Little Corn Island

Durante los días patrios del 2014 realicé con mi esposa un viaje a Little Corn Island y al regresar escribí en una carta privada que con fecha 17 de septiembre fue transmitida a las máximas autoridades de la Dirección General de Transporte Acuático (DGTA), el Intur, la Fuerza Naval y al alcalde de Corn Island.

Durante los días patrios del 2014 realicé con mi esposa un viaje a Little Corn Island y al regresar escribí en una carta privada que con fecha 17 de septiembre fue transmitida a las máximas autoridades de la Dirección General de Transporte Acuático (DGTA), el Intur, la Fuerza Naval y al alcalde de Corn Island.

Dicha carta era una alerta roja, narraba en ella con ánimo preventivo y con lujo de detalles, una verdadera aventura que nos tocó vivir durante la travesía de ida, pero más de regreso en una panga sobrecargada, sin salvavidas para todos, (entre ellos yo) y bajo condiciones climáticas adversas.

Me sentí obligado a hacerlo, porque con mi larga experiencia náutica y siendo presidente de la Comisión de Turismo, me resultaba obligatoria la responsabilidad moral de “encender la sirena” para evitar una posible tragedia. Pocas veces había sentido miedo de perecer ahogado como el 15 de septiembre del 2014, cuando regresábamos de Little Corn Island.

Reconozco y aplaudo que se adoptaron entonces medidas inmediatas, como evitar que las pangas salieran sobrecargadas mas allá de su capacidad de pasajeros y sin los respectivos salvavidas para todos los tripulantes, también la DGTA prohibió que las pangas de pasajeros fueran con carga, lo que era usual.

El 24 de septiembre siguiente publiqué mi columna titulada Días Patrios en el Paraíso donde relataba la experiencia y la extraordinaria belleza de Little Corn Island, aprovechando la ocasión para destacar la problemática del transporte y los riesgos que se estaban incurriendo, en estos dos párrafos que resultaron premonitorios:

“El cruce de 14 kilómetros que separan las dos islas, es hecho en pangas de pasajeros grandes, que a menudo navegan sobrecargadas, sin observar las medidas de seguridad náutica más elementales y en condiciones climatológicas adversas”.

“Este creo yo que es el principal problema que se debe atender con celeridad, antes que se produzca un accidente de lamentables consecuencias, que enlutaría, no solo a muchas familias nicaragüenses y extranjeras, sino a toda la pujante industria turística de las dos paradisíacas islas caribeñas”.

Lamentablemente la tragedia se produjo el pasado sábado 23, con un saldo de 13 turistas costarricenses ahogados. Según el contralmirante Marvin Corrales, jefe de la Fuerza Naval, el hecho se produjo debido a que el capitán Hilario Blandón Chavarría zarpó con 32 pasajeros y un tripulante en su panga “Reina del Caribe”, a contrapelo de la prohibición de la Fuerza Naval, de que nadie zarpara desde el viernes 22 debido a los fuertes vientos de 25 a 30 nudos por hora que prevalecían en la zona.

Cabe la pregunta, si en efecto había una prohibición de zarpe, ¿cómo es posible que una panga con 34 personas haya zarpado a las 9:00 de la mañana del sábado del Muelle Municipal de Corn Island, sin que la Naval se haya dado cuenta, ni se lo haya impedido?

Cuando yo salgo a navegar en mi lancha, La Bachi, ya sea en San Juan del Sur, San Jorge u Ometepe, siempre hay un oficial de la Fuerza Naval en el muelle que llega a verificar el zarpe y es hasta que lo ha tenido a la vista, que da el visto bueno. Ese simple procedimiento hubiera evitado la tragedia, porque según la información que tengo, la panga no salió de un lugar clandestino, sino del propio Muelle Municipal.

Cierro con dos párrafos de mi carta a las autoridades sobre mi viaje de regreso de Little Corn Island, que describe lo que deben de haber sentido los náufragos de la “Reina del Caribe” el sábado pasado:

“Los salvavidas no dieron para al menos 8 personas, entre ellas, yo. Zarpamos nuevamente sobrecargados, pero esta vez, con viento, escasa visibilidad y bajo un torrencial aguacero tropical. Por ningún lado pude ver una bomba de achicar eléctrica que sacara, al menos parte, del agua que caía del cielo y la que comenzó a entrar cuando comenzamos a navegar las 7 millas que separan las dos islas, con olas de 4 a 6 pies”.

“En dos o tres oportunidades, la panga, que ahora traía la ola parcialmente de costado, se ladeaba permaneciendo por largos y angustiosos segundos muy inclinada tanto a babor, como a estribor, hasta que el capitán finalmente lograba sacarla de esa peligrosa actitud y se enderezaba. No se veía nada y no había, o al menos no vimos a bordo, un radio de comunicación marino VHF que es fundamental para lanzar un SOS”.

El autor es diputado de la Bancada Alianza PLI y presidente de la Comisión de Turismo.

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COMENTARIOS

  1. Rodolfo centeno
    Hace 8 años

    Daniel, el jefe del ejército, la jefa de la policía, etcétera están más empeñados en desplegar tropas y antimotines en la frontera de Peñas Blancas para impedir el paso na los cubanos, que dicho sean de paso ya empezaron a viajar en aviones, y antimotines los miércoles de protestas que demandan elecciones justas y transparentes. Ademas este gobiernos con costo medio atiende managua y allí les preocupa poner mas arbolatas que realmente desarrollarla, , menos que atienda, invierta y desarrolle una zona del caribe que esta a casi 800 kilómetros de Managua. El país es muy lindo, lidisimos recursos naturales pero sin inversión, sin interés del gobierno no hay desarrollo.ahi nomas en León, en las Pepitas y Poneloya no hay servicios higiénicos ni baños públicos, empezando eso.

  2. gallopinto
    Hace 8 años

    cito “Me sentí obligado a hacerlo, porque con mi larga experiencia náutica larga experiencia nautica” en el lago de nicaragua===???? que modesto

  3. Gator56
    Hace 8 años

    Es lamentable esta tragedia que ha enlutado al pueblo de Costa Rica y ha puesto en evidencia el terror con que viajan todos los dias cientos de personas en condiciones precarias y extremadamente peligrosas.Esta tragedia no tenia que haber pasado si se hubieran implementado las normas necesarias para una travesia segura,en este pais hay un desprecio por la vida humana de parte de las autoridades y los transportistas,que debe parar y es algo que nosotros podemos cambiar presionando al gobierno y a los transportistas para que se implementen las medidas y equipo necesario comenzando por lanchas grandes nuevas,salvavidas y radios de calidad,si los transportistas no pueden con esto que le den oportunidad a inversionistas con la capacidad para hacerlo,y la naval contactar todo el tiempo a estas lanchas de transporte y lanchas de rescate listas.yo creo que toda esta situacion con el transporte en general es tan importante como las demandas politicas y tal vez mas facil de solucionarse.

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