El magnate Donald Trump volverá a dominar el debate televisado de este jueves entre los aspirantes republicanos a la Presidencia de EE.UU., pero esta vez por su ausencia, debido a un enfrentamiento con la cadena Fox y una de sus presentadoras.
Será el último debate republicano antes de los caucus (asambleas populares) de Iowa del próximo 1 de febrero, que dan inicio al proceso de primarias de los partidos para elegir a sus candidatos a la Casa Blanca, y Trump ha vuelto a dar un golpe de efecto a la contienda con el anuncio de que no participará.
“Veamos cuánto dinero gana Fox sin mí en el debate”, desafió Trump, al denunciar el trato “injusto” y “sesgado” que, a su juicio, ha recibido de esa cadena y, en particular, de una de sus presentadoras: Megyn Kelly.
ENFRENTAMIENTO
Trump pidió a Fox que Kelly no fuera una de las moderadoras del debate, algo a lo que la cadena se negó. La televisora publicó un comunicado en el que afirman que “el ayatola (de Irán) y (Vladimir) Putin pretenden tratar injustamente a Trump durante sus reuniones en caso de que se convierta en presidente”.
“Conmigo están lidiando con alguien que es un poco distinto. No pueden jugar conmigo como lo hacen con los demás”, afirmó el magnate, quien organizará en Iowa una recolecta de fondos para los veteranos de guerra.
El enfrentamiento entre Kelly y Trump se remonta al primer debate televisado entre los aspirantes republicanos, celebrado en agosto pasado y en el que la presentadora hizo preguntas duras e incisivas al magnate, entre ellas una sobre sus declaraciones ofensivas hacia las mujeres.