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El albergue de cubanos abierto en el Liceo Nocturno de la Cruz luce casi vacío en todas sus áreas. LA PRENSA/J. BRAVO

Acuerdo regional de salida de cubanos provocó una “estampida” de ellos con ayuda de coyotes

Este es el pensamiento de cubanos que, enojados por la lentitud del proceso de salida de los próximos grupos y el modo de selección de los colectivos familiares para los primeros viajes de febrero, cuentan cómo a diario salen del Cantón fronterizo de La Cruz

Sin quererlo, el plan conjunto acordado por Costa Rica, El Salvador, Guatemala y México para una salida gradual de miles de cubanos varados en Costa Rica, ha lanzado masivamente a los mismos migrantes a buscar el sueño americano con ayuda del ‘coyotaje’, el mal que la región ha pretendido evitar.

Este es el pensamiento de cubanos que, enojados por la lentitud del proceso de salida de los próximos grupos y el modo de selección de los colectivos familiares para los primeros viajes de febrero,  cuentan cómo a diario salen del Cantón fronterizo de La Cruz, grupos de entre 20 y 30 migrantes que se aventuran con ayuda de coyotes a cruzar territorio de Nicaragua.

“De todos los albergues salen diario los cubanos, porque la dirección migratoria tiene un relajo aquí (…). El proyecto migratorio de salida lenta ha incitado al uso de los coyotes. Ellos (los países del acuerdo) han hablado de que hay que eliminar los coyotes y les están dando vida a los coyotes”, reaccionó molesto Carlos Ramos, cubano originario de Santiago.

Albergado en la parte trasera de la iglesia evangélica Shekinah, en la salida de La Cruz hacia Peñas Blancas, frontera con Nicaragua, Ramos es uno de tantos cubanos de este lugar con caras tristes y hasta molestas, marchitas por el sol ante la falta de salones de estar, sumidos en una desesperación desde que se enteraron que la salida de miles de migrantes será lenta y duraría en promedio 5 meses.

Aquí entre grupos familiares con niños o personas solas, llegaron a convivir en total unos 120 desde mediados de noviembre, el mes inicial de la crisis con el cierre para ellos de la frontera de Nicaragua.

Ahora si acaso la cifra puede rondar unos 80, según el cálculo hecho por los cubanos consultados. “Algunos se fueron a vivir en casas particulares que los acogieron y la mayoría se ha ido con coyotes, más estos días que diario salen personas”, cuenta Fidel Olivas Bello,  originario de La Habana, mientras toma sombra una tarde de martes en el patio de la Iglesia Shekinah.

“Ahorita estamos aquí, temprano estuvimos más allá (al frente), nos movemos para acá a conversar de lo mismo. Es una rutina cansada que nos tiene desesperados desde hace casi tres meses. No sabemos nada sobre qué puede pasar pronto con nosotros. Con coyotes no vamos porque esperamos salir pronto por medio del plan piloto, además que mi edad y lo caro del viaje por Nicaragua no me permiten iniciar esa aventura”, se queja Olivas.

Un día después al 20 de enero, día en que los países antes mencionados, más Belice y representantes de la Organización Internacional para las Migraciones, acordaron 7 salidas con grupos de 180 personas cada uno durante el mes de febrero, y no los 2 y 3 vuelos diarios como esperaba Costa Rica, la desesperanza se asentó más en los albergues, esta vez con una alta dosis de enojo.

Los cubanos habían retomado cierta calma desde la tarde del 12 de enero, cuando en medio de momentos emotivos con sonrisas y lágrimas, nostalgia y algarabía; los primeros 180 que ya están en Estados Unidos partieron con éxito en un viaje pilotó que los llevó vía aérea desde Costa Rica hacia El Salvador, y de ahí en autobús hacia México.

Los miles que quedaron, en medio de la desconfianza porque sobre la salida de ellos se ha dicho de todo y al final siguen varados, con la esperanza de que a finales de enero partirían de manera ordenada y rápida, y los casi 8 mil que oficialmente Costa Rica registra, estarían en México o Estados Unidos en cuestión de días.

Así lo esperaban ellos y así lo deseaban las autoridades costarricenses en intervenciones públicas en medios de comunicación; lo cual incluso paró casi por completo durante la salida de ellos con ayuda de coyotes para cruzar Nicaragua, el escollo difícil de atravesar.

Las autoridades costarricenses saben que muchos cubanos han cruzado Nicaragua, no solo estos días, sino desde que inició la crisis en noviembre. Tan es así, que los jerarcas al frente de la crisis no aciertan siempre en el dato de los migrantes en los albergues.

De casi 8 mil que ingresaron con visas de tránsito entre el 14 de noviembre y el 18 de diciembre, probablemente existen la mitad en los albergues.

“ACUERDO REGIONAL DESATÓ UNA ESTAMPIDA DE CUBANOS”

“(Con el acuerdo de 2 vuelos semanales) desataron una vez más la estampida de cubanos en manos de coyotes, al punto de que aquí en nuestro albergue entran los traficantes y se llevan a nuestros hermanos. Todos han decidido entregarse a un futuro incierto antes de seguir en manos de su gobierno. Como me dijo un jefe de este albergue: ‘si se van (con coyotes) mejor’”,  lamentó Esdrey Roula Olivera, un beligerante cubano ubicado en el albergue del Liceo Nocturno de La Cruz, en una carta pública dirigida al gobierno de Costa Rica.

Este centro educativo, que llegó a tener hasta 660 cubanos al inicios de la crisis en noviembre, hoy tiene menos de la mitad, pero unos 120 de ellos son del grupo original que el 15 de noviembre Nicaragua devolvió de su territorio con su Ejército y el resto han llegado desde otros albergues.

De aquí salieron 90 cubanos el 12 de enero en el primer viaje regional. Unos tantos más se fueron a vivir con familias del pueblo que los han acogido y la mayor parte ha cruzado Nicaragua con ayuda de coyotes, un secreto a voces que reconocen hasta los  trabajadores voluntarios ticos en este lugar.

El ambiente es casi desolador dentro del Liceo, comparado al bullicio que existía a mediados de enero. En el salón multiuso, el mismo lugar de donde salieron imágenes que retrataban la cruda realidad de ellos, lleno de personas tiradas sobre sus colchonetas en un ambiente deprimente con enseres personales al aire libre, ya no es el mismo.

De unas 140 personas que llegaron a vivir al aire libre en la canha, habrá unas 70, y ya no se observan jóvenes jugando baloncesto o mesas repletas de cubanos en completa algarabía jugando dominó.

El vacío es más que evidente y recorre todo el colegio en sus aulas y pasillos, antes cargados de personas caminando, conversando en grupos o lamentándose por sus condiciones.

Los cubanos que se encuentran entre un pasillo y otro se cuentan con los dedos de la mano, salvo cerca del área de cocina, donde aún hay quienes juegan dominó o al momento de retirar la comida que se aglomeran en una pequeña fila, muy minúscula comparada en tiempos de alta concentración de ellos.

La soledad, de acuerdo con el cubano Manuel Labrada, es la muestra fiel de que casi todos se han aventurado a cruzar por Nicaragua, el escollo más difícil de recorrer que no está al alcance de todos por su alto costo y el riesgo de perder el dinero pagado al coyote y hasta la muerte.

Sí, la muerte, porque el rumor fuerte en redes sociales y en todos los albergues, es que un joven cubano epiléptico fue abandonado a su suerte por los coyotes en la montaña nicaragüense, hasta que falleció.

Ello aunado a las historias que se comentan sobre asaltos, estafas, pleitos que se resuelven a machetazos o balazos y la crueldad de algunos coyotes que una vez iniciado el periplo, entregan a los migrantes a las autoridades de Nicaragua.

EL ALTO COSTO DE ATRAVESAR NICARAGUA

LA PRENSA conoció que el costo promedio que cobran los coyotes solo por cruzar Nicaragua es de 800 dólares. Los mismos traficantes de personas se acercan a los albergues a proponerles cruzar Nicaragua de modo irregular evadiendo controles policiales y del ejército, atravesando ríos y montañas, transitando en camiones de contenedores sin ventilación que hasta provocan desmayos.

“Hay quienes te cobran hasta 1,500 dólares por cruzarte hasta México, algunos son estafas, otros no. Es un riesgo porque muchos son devueltos desde Nicaragua y pierde su dinero”, explica Labrada.

El contrato verbal para el cruce lo hace un coyote desde Liberia, ciudad cercana a La Cruz, con sus contactos en los albergues. El coyote ofrece transitar solo dos horas por montaña entre la frontera de Nicaragua y Costa Rica, para luego conducirlos en furgonetas tipo Van.

Como son varios vehículos transitando por Nicaragua con migrantes, según el ofrecimiento, el primero abre camino en carretera y el conductor avisa a los de atrás si hay o no retenes en el camino.

Así transitan hasta la frontera con Honduras. Si el plan falla, no hay devolución de dinero, pero sí el coyote ofrece hacer un nuevo intento para cruzarlos por Nicaragua. Al menos ese fue el trato que el coyote liberiano les ofreció a los cubanos del Liceo Nocturno un día de la semana anterior.

TRAVESÍA DE TERROR

Pero el plan salió mal y las dificultades del camino atentaron con la vida del grupo. Un día de la semana anterior partió de La Cruz un grupo de 22 cubanos, quienes juntos pagaron billete tras billete casi 18 mil dólares al coyote, según el relato de los migrantes que se han quedado en el albergue y otros que ya están en territorio hondureños, y piden confidencialidad.

Partieron de madrugada desde el albergue. Llegaron a la zona montañosa en la frontera de Peñas Blancas pero desde ahí se enteraron que todo iba mal. La guardia de turno del Ejército de Nicaragua no les permitía el paso y debieron esperar durante casi todo el día, escondidos en la selva, al relevo que sí les permite el paso.

“Como todos, asumimos que algunos guardias del Ejército son sobornados para que permitan el paso”, especula un cubano que se quedó en Costa Rica.

Una vez que cruzaron a Nicaragua, siguieron caminando por montaña sin alimentarse durante unos dos días. Apenas chupaban caramelos y tomaban un poco de agua. Un día comieron una pequeña rebanada de pan.

“Ahí nos metimos al monte, caminamos horas, el camino era escabroso y difícil, llegamos a un lugar para esperar que fuera la tarde para poder continuar, porque había ejercito en la zona, seguimos por el monte, cruzamos ríos con el agua hasta el pecho, con cocodrilos y fango”, cuenta una cubana que partió con el grupo y hoy se encuentra en Honduras, dispuesta a seguir la ruta hacia Estados Unidos.

Durante el trayecto, los cubanos fueron asaltados en la montaña. Los migrantes desconocen si fueron bandoleros que se dedican a ello o es parte del plan del coyote para quitarles todo el dinero. Lo cierto es que la mayoría se quedó sin nada.

Una que vez atravesaron la selva, salieron después de la ciudad de Rivas, en el interior de Nicaragua, donde un camión de contenedor cerrado, apenas con un boquete del tamaño parecido un ladrillo de pared para el ingreso del aire, que los trasladaría hacia Managua, donde serían escondidos en una casa para partir a la frontera con Honduras a la madrugada siguiente.

Pero como el plan no estaba saliendo según lo previsto, el camión cerrado se dañó. “Ahí le cogió la desesperación a la gente, se empezaron a desmayar, entonces el guía (coyote) nos llevo para la cuneta escondidos en un monte. Llegamos ahí en la tarde y nos recogieron en la noche en unas camionetas (las van). A nosotros (su esposo y ella) nos toco en la cama (superficie) acostados sin movernos, en la madrugada llegamos casi a la frontera”, cuenta la joven cubana que hoy se encuentra en Honduras.

“Ahí (en la frontera entre Nicaragua y Honduras) de nuevo al monte, a mitad del camino me dio fatiga y por poco me caigo desmayada, me comí 2 caramelos rápido y (rocié) agua en mi cara,  cogieron mi mochila y un muchacho me ayudó a seguir. Después de caminar cruzamos a Honduras, cruzamos corriendo, del otro al otro lado, ya lo habíamos logrado”, recuerda la joven cubana.

“Caminamos otros 10 minutos y nos recogió la policía de aquí (de Honduras) y nos trajo a los hostales, nos dieron comida, agua, y nos bañamos después de dos días. Nunca en mi vida me había sentido con tanta peste, fue un cuento de terror, que no se lo deseo a nadie, hubo un momento que quise que nos agarrara el ejército (de Nicaragua) para que nos regresara a Costa Rica, y pensaba en la familia que si me pasaba algo no iban a soportar, y saque fuerzas de donde no había”, cuenta.

“Nos sentimos muy contentos de haber podido atravesar Nicaragua, fue duro, las cosas te las pintan de un color y al final no tienen ni color, le cuento”, añade.

Para este reportaje, se intentó obtener una reacción de las autoridades migratorias de Costa Rica, pero la gestión de entrevista a la directora de Migración, Kathya Rodríguez, no había sido devuelta al cierre.

Según cuentas los cubanos, la mayoría del pago al coyote de Liberia queda en su poder. En Nicaragua, la persona que los atraviesa por la montaña solo cobra 100 dólares por personas.

El resto queda en poder del coyote principal, el transporte y uno que otro soborno a las autoridades nicaragüenses, aseguran.

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COMENTARIOS

  1. Juan Bautista Reyes
    Hace 8 años

    Esta es una acusacion bien grave que el comandante del egercito deberia de imbestigar rapidamente como es que soldados del egercito sean sobornados es una verguensa que repercute en todo el mundo ojala sea una mentira porque inclusive se le puede pedir al govierno de honduras la repatracion de los cubanos para que testifiquen y estos soldados sean jusgados y encarcelados porque los mas importante de un pais es la defensa de su territorio,y esa es obligacion del egercito y si ellos se venden, es traicion a la patria,en usa se paga con la muerte

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