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Colin Thubron, leyenda viva de la literatura de viajes a sus 76 años, ha declarado que para escribir sobre un país resulta fundamental “sentir su cultura” y hablar la lengua local. LA PRENSA/EFE/Moncho Torres

El escritor de viajes Colin Thubron dice que hay que “sentir la cultura” de los lugares

El británico Colin Thubron, leyenda viva de la literatura de viajes, considera a sus 76 años que para escribir sobre un país resulta fundamental “sentir su cultura” y hablar la lengua local, por lo que ve ya imposible cumplir con la asignatura pendiente de hacer un libro sobre la India.

El británico Colin Thubron, leyenda viva de la literatura de viajes, considera a sus 76 años que para escribir sobre un país resulta fundamental “sentir su cultura” y hablar la lengua local, por lo que ve ya imposible cumplir con la asignatura pendiente de hacer un libro sobre la India.

“Creo que la India es un país tan complejo, casi un continente, que si quisiera escribir sobre la India debería primero aprender hindi, algo que debí hacer hace 40 años”, indicó en una entrevista en Jaipur el escritor británico, al recordar que su padre estuvo destinado como oficial del Ejército en este país.

Así que en vez de aprender hindi, el literato se embarcó primero por el mundo árabe con su destreza del francés, y luego estudió ruso y mandarín, lo que le permitió adentrarse en las entrañas de la antigua Unión Soviética y de China.

De esas andanzas surgieron algunos libros ya clásicos en la literatura de viajes sobre Oriente Medio como Entre árabes, La Asia siberiana, En Siberia o la antigua URSS y las exrepúblicas soviéticas con títulos como Entre rusos, El corazón perdido de Asia o Tras el muro, sobre China.

Tras finalizar su última novela, Thubron, elegido por el diario The Times como uno de los 50 mejores escritores británicos de posguerra, está preparando un viaje al río Amur, que forma la mayor frontera natural entre Rusia y China.

Cuando echa la mirada atrás y repasa esos países que sirvieron de marco para los 15 libros de viajes que ha redactado en el último medio siglo, Thubron se sorprende al ver cómo esos relatos que en un principio parecían narraciones contemporáneas se han convertido en un documento histórico de un mundo que ya no existe.

“Mi primer libro fue sobre Damasco (1967), y ya te puedes imaginar” dice el autor al reconocer que suele pensar en la gente que conoció allí. “No sé qué habrá sido de ellos”, afirmó.

En su último libro, Hacia una montaña en el Tíbet (2011), el trotamundos británico narra su viaje con 70 años al Kailash, una montaña sagrada para hindúes y budistas en el Himalaya Tibetano, en la que Thubron realizó una especie de “peregrinación interior” tras la muerte de su madre, el último de sus familiares con vida.

Ya cerca del final de su obra, recuerda que la comenzó “por una fascinación con el mundo y con el lenguaje”.

“Leía poesía de joven y lo primero fue el amor por la belleza de las palabras. Luego llegó el viajar y escribir sobre ello”, concluyó Thubron, que posee fragmentos en sus libros que, por su ritmo y sonoridad, asemejan poemas en prosa.

Cultura Colin Thubron cronista de viajes archivo

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