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Se abren paso con hortalizas entre la escasez de agua

La mayor parte de las zonas rurales, de los nueve municipios del departamento de Madriz, tales como Totogalpa, Yalagüina, Palacagüina, Somoto, Las Sabanas y San José de Cusmapa, son poco aptas para la siembra de hortalizas y legumbres por estar ubicadas en el Corredor Seco de Nicaragua.

La mayor parte de las zonas rurales, de los nueve municipios del departamento de Madriz, tales como Totogalpa, Yalagüina, Palacagüina, Somoto, Las Sabanas y San José de Cusmapa, son poco aptas para la siembra de hortalizas y legumbres por estar ubicadas en el Corredor Seco, donde los productores apenas logran cultivar granos básicos (maíz, frijol y sorgo), criar ganado de doble propósito (carne y leche) y extraer madera de pino, debido a la escasez de fuentes hídricas.

Pero a pesar de esas dificultades un grupo de 186 productores de la zona emprendió hace cuatro años el reto de cultivar tomates, cebollas, repollos, chiltomas y chile jalapeño, entre otras variedades de productos no tradicionales, muchas de las cuales ya logran comercializar en el mercado nacional y en países como El Salvador y Honduras.

Franklin Cárcamo Soriano, productor de tomates y chiltomas en el municipio de Somoto, explicó que en la actualidad siembra con el sistema de megatúneles, en el que invierte unos 30,000 dólares, con el cual obtiene mejor rendimiento en cada cosecha. “Con la siembra a campo abierto invierto entre 13,000 y 14,000 dólares por manzana, pero apenas saco unas 600 a 1,000 cajas de tomates, mientras que con el sistema de túneles la producción es de unas 3,000 cajas por manzana”, señaló.

Indicó que en parte se debe a que con los megatúneles las plantaciones de tomates, cebollas, chiltomas y chiles, entre otros productos, se ven protegidos de las plagas y los plantíos se ven menos afectados por el cambio climático.

Edelberto Maradiaga, también productor de hortalizas, explicó que en Madriz hace cuatro años unos 186 pequeños y medianos horticultores emprendieron la tarea de producir en esta zona, que ha sido considerada la cenicienta en cuanto a esos cultivos, “sabemos que los riesgos son muchos porque el ingreso (ganancia) por manzana depende en parte a los precios que hay que negociar hasta en un 30 por ciento de la producción de sobre medida con los comerciantes mayoristas, y esto nos causa más pérdidas”, apuntó.

“En el caso de las chiltomas, para que sea rentable su siembra, tiene que andar el precio por cajilla o malla entre 12 y 14 dólares, pero a veces la hemos vendido hasta en 1.80 dólares”, expuso Edelberto Maradiaga, Miembro de la Comisión Nacional de Horticultores de APEN (Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua).

La siembra de tomates, cebollas y chiltomas es una buena alternativa para nuestra comunidad, porque así tenemos cerca el trabajo y podemos llevar el sustento diario para nuestra familia. Yo logro ganar hasta 1,200 córdobas a la semana”.
Leyda Moncada Gutiérrez, joven campesina de la comunidad El Naranjo.

En los plantíos de tomates la mayor fuente de mano de obra la representan las mujeres. LA PRENSA/ W. ARAGÓN
FUENTES DE EMPLEO

Esos 186 productores de hortalizas y legumbres poseen un promedio de entre 4 y 6 manzanas de tierras, cada uno, destinadas al cultivo de productos no tradicionales; generan juntos alrededor de unos 4,464 empleos permanentes, mientras que en cada ciclo productivo (tres veces al año) contratan alrededor de unos 22,320 jornaleros temporales, la mayoría mujeres, para la sacada de la cosecha de tomates, cebollas, chiltomas repollo y chiles jalapeños.

Una de las zonas beneficiadas, con la siembra de hortalizas y legumbres, es la comunidad El Naranjo, en el municipio de Somoto, en Madriz, donde muchas mujeres trabajan temporalmente en la sacada de la cosecha. “La siembra de hortalizas y legumbres ha sido una alternativa de trabajo para nosotras que tenemos que garantizar el sustento diario de la familia en nuestros hogares”, dijo Santos Ofelia Cruz Jiménez, habitante de esa localidad somoteña.

Por su parte Piedad del Carmen Jiménez Cruz, también de El Naranjo, dijo que la siembra de hortalizas les garantiza trabajo temporal en esa zona pobre de ese municipio. “Aquí casi no se halla trabajo y por lo menos cuando vamos a los cortes de esos productos tenemos garantizado el empleo por varias semanas cada tres meses y con eso compramos la comida, la ropa y el calzado de los chigüines y hasta la medicina”, añadió.

En la siembra de tomates, cebollas y chiltomas trabajamos con sistemas de riego por goteo, para disminuir el consumo de agua de las fuentes hídricas, hacemos poco uso de agroquímicos, para evitar la contaminación del suelo”.
Franklin Cárcamo Soriano, productor de hortalizas en Madriz.

SIGUEN PERDIENDO ANTE COMERCIANTES

Uno de los mayores problemas, que enfrentan los productores de hortalizas y legumbres, es que no se cumplió con los acuerdos de comercialización de estos productos en kilogramos y que después de algunos acuerdos alcanzados con comerciantes mayoristas se sigue ofertando el producto por volúmenes de cajillas que les dejan pérdidas.

“Habíamos acordado con comerciantes mayoristas, con el apoyo del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific) y la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), que a partir de noviembre del 2015 se vendiera por kilogramos. Por ejemplo el tomate lo daríamos en cajas de 23 kilogramos, que significaría unas 55 libras, y en el caso de las chiltomas sería un peso de 15 kilogramos, pero se sigue comercializando por cajilla que contiene más de 72 libras”, señaló Edelberto Maradiaga.

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