A simple vista todo parece indicar que los efectos del cambio climático benefician a la industria de los agroquímicos. La sequía y el exceso de lluvia propician condiciones en los cultivos que elevan sus requerimientos. Sin embargo, es todo lo contrario, ya que el sector depende mucho del crédito y se desarrolla en un mercado sobreofertado, en el que las empresas no aspiran a crecer, simplemente se conforman con mantenerse.
Así lo afirma el ingeniero agrónomo Martín Martínez Baldovinos, quien durante 19 años ha centrado sus esfuerzos en mantener a flote la empresa Insecticidas San Cristóbal (ISC), con sede en Chinandega y fundada hace 39 años por varios empresarios locales.
Desde la gerencia general de ISC Martínez se ha convencido de que el uso y manejo de los agroquímicos debe convertirse en materia de estudio de las escuelas rurales. Considera que enseñar a los niños las prácticas correctas es el único camino para cambiar la cultura de mal manejo de estos productos, que a pesar de ser considerados por muchos como “armas letales” él asegura que en realidad solo se vuelven peligrosos cuando no son manejados adecuadamente.
El cumplimiento a la perfección de sus responsabilidades empresariales, las que combina con sus deberes de esposo y padre de tres hijos, lo hicieron merecedor de un reconocimiento por parte de la Asociación Nicaragüense de Formuladores y Distribuidores de Agroquímicos (Anifoda) durante la celebración del Día del Empresario Nicaragüense, en septiembre pasado.
“En realidad no sé por qué me dieron este reconocimiento. Lo que puedo decir es que he tratado de que la empresa se mantenga estable para los 75 colaboradores y para lograr que nosotros, que estamos en medio de los proveedores y clientes, podamos mantener esa relación. A eso hay que sumarle el esfuerzo para mantenernos dentro del entorno económico, legal y social que el país demanda”, asegura Martínez a la vez que reitera que no es fácil sobrevivir en este mercado.
En medio de tanta competencia ¿cuáles son los productos que más comercializa Insecticidas San Cristóbal
Principalmente fertilizantes, porque Nicaragua está sobreofertado de agroquímicos, hay demasiada oferta para lo que se consume, entonces el mercado no crece, pero la oferta crece.
Tomando en cuenta la sobreoferta, ¿cuál es el futuro de este sector?
En el corto y mediano plazo tratar de mantenernos, porque estamos en una industria con mucha competencia. Además, que demanda mucho crédito, exponemos mucho crédito en todos los niveles, desde el chiquitito hasta el más grande demandan crédito. Entonces eso te lo hace más riesgoso, alta oferta y dependiente de crédito, te hace que seas sujeto a chantaje. Si no das el crédito a un cliente, te dice el otro sí me lo da. Si le pedís que te traiga su partida de nacimiento, su cédula, te dice ‘por qué, si su competencia no me pide nada’. Por eso tenemos que vivir capacitando a nuestros vendedores en crédito y cobranza para hacer más efectiva la recuperación.
¿La competencia es entre empresas locales o con extranjeras?
Hay bastantes empresas extranjeras. Pero por qué, porque Nicaragua es la panacea para los extranjeros. Aquí un extranjero del área centroamericana o de fuera del área centroamericana en un mes está operando. Pero una empresa nicaragüense que quiera ir a abrir a Costa Rica es imposible y ya no digamos a Guatemala.
Pero representantes del sector privado insisten en que se deben agilizar los trámites para atraer más inversión. ¿Por qué en este sector se puede entrar tan fácil?
No te sabría decir. Pero si se hace un análisis de la industria de agroquímicos te das cuenta que las empresas más grandes son extranjeras, han venido a comprar empresas nicaragüenses y otras se han establecido sin ningún problema.
Una ventaja adicional que tienen estas empresas extranjeras es que se abastecen en el área centroamericana, donde quienes más formulan son los guatemaltecos y los costarricenses, entonces esos productos entran sin problema, porque vienen con el Fauca (Formulario Aduanero Único Centroamericano), entonces no hay que pedir exoneración ni nada por el estilo. En cambio las empresas locales traemos los productos de China y tenemos que pedir exoneraciones y hacer miles de trámites.
En cuanto a la elaboración de los productos ¿cómo ha evolucionado esta industria?
Los productos los podemos clasificar en: protectores de cultivos, nutrientes y los que son para el control de plagas. Al igual que cualquier otra industria esta avanza y las grandes compañías, las transnacionales, no se cansan de investigar y año con año salen al mercado nuevas tecnologías, nuevos productos, nuevas moléculas para resolver diferentes problemas en diferentes cultivos. Entonces hay productos que hace veinte años eran lo mejorcito y hoy en día no se mencionan.
Y los efectos del cambio climático, ¿elevan el consumo de estos productos?
Sí, contribuyen a incrementar el uso porque si los cultivos tienen exceso de humedad están sujetos a mayor proliferación de hongos y enfermedades que deben atenderse. También cuando se tiene una sequía como la que hubo el año pasado los cultivos están más expuestos a la presencia de insectos. Eso sucedió el año pasado y se demandó y vendió más insecticida por la sequía.
Si las variaciones climáticas elevan los requerimientos de agroquímicos ¿por qué no lo ve como un beneficio?
Porque dependemos del cliente. Si el cliente está bien, yo estoy bien y volvemos a lo mismo, esta es una industria que depende mucho del crédito. Aunque mejoren las ventas nuestro usuario te dice cómo querés que te pague con esta sequía, o en el otro caso, cómo querés que te pague con tanta lluvia que me va a generar pérdidas. Además, es cierto que mejoran las ventas pero en ciertos nichos de mercado, no en todo. Por ejemplo, el año pasado se vendió más insecticida porque la sequía facilita la propagación de insectos y plagas. Pero se vendió menos herbicida porque al no haber lluvia no hay maleza.
Entonces para nosotros lo mejor es que todo vaya bien, que la naturaleza vaya de lo más normal porque no hace sentido otorgar un crédito en condiciones extremas, tenemos que pensarlo muy bien. Entonces convivir con el cambio climático es complicado. Diferente sería si no diéramos crédito y todo el mundo pagara al contado, entonces nos convendría y estaríamos felices.
Y esta corriente que busca sustituir los agroquímicos por productos orgánicos ¿cuánto ha afectado?
En realidad los agroquímicos son mal vistos desde el punto de vista que se les quiera ver. Un agroquímico es igual que un vehículo, si se maneja mal puede ocasionar un daño y eso no significa que sea nocivo. El mal manejo ha hecho posible que los vean mal, pero qué pasa, es un problema de cultura y de educación.
Entonces, si vamos a aplicar un insumo y en el campo hay mucho viento y el producto se nos viene para la cara, lo andamos aplicando mal; y si además no andamos guantes, ni mascarilla, ni anteojo, ni sombrero, ni botas, ni la ropa adecuada, entonces ese producto que andás aplicando se convierte en un arma. Entonces lo del mito de los verdes (orgánicos) , en el no uso o sí uso de agroquímicos, está todavía tiernito. Porque la verdad es que en el mundo no estamos preparados todavía para producir verde. Hay algunos nichos de mercado en el primer mundo donde se pagan muy bien los productos orgánicos, pero si aquí quisiéramos hacer una producción totalmente orgánica es imposible. Producir sin usar agroquímicos sería un desastre.
¿Puede cambiar este patrón cultural de mal manejo de los agroquímicos?
Considero que hace falta que todos los involucrados pongamos un poco de nuestra parte. Por ejemplo, en las escuelas rurales, por lo menos a los alumnos de cuarto, quinto y sexto grado les deberían inculcar a los chavalos el buen uso de los agroquímicos. Decirles que si ven a su papá en el campo sin guantes, fumando o bebiendo mientras manipula algún agroquímico, que le digan que eso es malo. Que desde niños aprendan que las botellas de estos productos no se deben poner cerca de los alimentos. Eso propiciaría un mejor uso de estos productos.
Nosotros como industria, siempre hemos estado anuentes a dar asesoría y capacitación. También los miembros de Anifoda patrocinamos el programa Campo Limpio, que persigue limpiar el campo de envases contaminados. Ese programa tiene unos ocho o diez años de existir. No ha sido de gran impacto, pero ahí vamos. Porque insisto, este es un problema de cultura, porque incluso hay gente que vende el envase y otros te dicen qué gano con llevarlo al centro de acopio para que lo destruyan. No entienden que la ganancia es evitar que alguien tome ese envase y le dé un mal uso.
Incluso, con los mismos envases prolifera en el país el plagio de productos, porque al desocupar los envases alguien los compra, los lava, le vuelven a pegar la etiqueta y le ponen agua, jabón y un poco de alcohol para que huela mal y van a estafar a la gente.
Otro de los apoyos que damos es vender equipos de protección. La mayoría de comercializadores nos hemos aburrido de vender guantes, mascarillas y overoles prácticamente al costo, y la gente no tiene la cultura de usarlo o no quiere gastar. Lo único que saben decir es que al trabajador no le gusta usar el equipo de protección. Pero la realidad es que hay que obligarlos, porque nosotros como industria estamos obligados a que nuestro personal cumpla. Porque si a nosotros como empresa nos cae cualquier visita, llámese Mitrab (Ministerio del Trabajo), Minsa (Ministerio de Salud) o Mag (Ministerio Agropecuario) y encuentra que mi personal no anda el equipo de protección, yo como empresa sí soy sujeto a multa, pero mi cliente no, a mi cliente no hay quién lo multe.
La industria está cambiando, se va adecuando a las necesidades que van surgiendo y una en la que ha puesto sus ojos es buscar moléculas no tan nocivas como las de antes… A nivel mundial se está enfocando en desarrollar moléculas que no sean tan nocivas, menos tóxicas”.
Martín Martínez Baldovinos, gerente
general de Insecticidas San Cristóbal