Al ritmo de los chischiles del Toro Huaco y de los tambores del cabildo real de San Sebastián, fue despedido don José Miguel Flores Romero, el famoso “Chepito mascarita”, tal como si se tratase de una actividad de las fiestas patronales del municipio de Diriamba.
Durante el recorrido fúnebre, se vio mucho colorido por los trajes de los diferentes bailes autóctonos de esta ciudad. El toro Huaco era quien encabezaba el desfile y le seguían el Güegüense, Las Inditas, Las Húngaras y El viejo y la vieja.
Las bombas y cohetes nunca dejaron de sonar, hasta que se sepultó al músico y tradicionalista diriambino.
Antes de que se realizara el recorrido fúnebre, en el salón del concejo municipal se le reconoció a este personaje sus logros y fue declarado como hijo dilecto.
En la Basílica menor de San Sebastián, se ofició una misa para recordar a este humilde hombre que dejó un legado cultural. La tristeza de muchos diriambinos en sus rostros fue bastante notoria, ya que don José deja un vacío en muchos corazones de quienes lo admiraban por su habilidad con el pito y tambor.
Además se le recuerda como un excelente artesano, por la originalidad en la elaboración de las máscaras de los bailes representativos de esta zona. El deseo de don José antes de su partida, era que el baile del Toro Huaco lo acompañara hasta su última morada.