“Sigue siendo un conspirador”, asegura el jurista Gabriel Álvarez
El presidente inconstitucional Daniel Ortega nunca evolucionó políticamente, se quedó atrapado en el conflicto bélico y su gobierno ha sido de confrontación y de violaciones sistemáticas a los derechos humanos y constitucionales.
Ese es un análisis del jurista Gabriel Álvarez Argüello, al valorar la gestión de Ortega.
“Ortega no es un estadista, no tiene una visión estratégica; no sabe unir al país, no dicta políticas públicas que dejen las bases de un desarrollo sostenible. Es un guerrillero y conspirador que ejerce el gobierno y el poder a favor de los suyos y en contra de los que él considera sus enemigos”, asegura el experto en Derecho Constitucional.
A juicio de Álvarez, la imagen de inconstitucionalidad, de atropello a los derechos humanos de forma sistemática y selectiva por parte de Daniel Ortega, daña al país ante la comunidad internacional, al tomarse en cuenta que los mismos nicaragüenses no pueden solucionar sus problemas civilizadamente.
“Sus violaciones a los derechos y a la Constitución han sido sistemáticas y obedecen a una concepción dictatorial del poder y Nicaragua queda como invivible, que no podemos resolver los problemas de forma civilizada”, señala el jurista y docente universitario.
INTERVENCIÓN DE TERCEROS
Según Álvarez Argüello, el conflicto de desorden constitucional, creado por Ortega, ya es difícil resolverlo entre los nicaragüenses.
“De modo que se está gestando otra vez un conflicto, en donde los otros países van a tener que ayudar a resolverlos, porque nosotros no podemos, porque la situación de los nicaragüenses es más precaria, más grave de lo que parecía”, sostiene Álvarez Argüello.
Ortega ejerce el poder en Nicaragua desde el 2007.
Desmontar a Ortega
Gabriel Álvarez asegura que Daniel Ortega, desde que inició su mandato en el poder, sembró la semilla de la confrontación a base de chantajes.
“Ortega lo que hace es crear confrontación, entonces él da chantaje o te da caramelos o te da prebendas, pero no tiene una concepción y una visión democrática de desarrollo o incluso progresista de izquierda”, señala.
Para Álvarez, la opción es desmontar el proyecto de confrontación de Ortega.
“Si no logramos los nicaragüenses desmontar el proyecto del comandante Ortega, esa semilla de la confrontación dará sus frutos”, aseguró el experto, una voz crítica de los desmanes de Ortega en el poder.