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Fernando Bárcenas

Obando, ¿prócer del orteguismo?

Posiblemente, Ortega compense la probable salida de Roberto Rivas del Consejo Supremo Electoral (CSE), nombrando al cardenal Miguel Obando “prócer de la paz”. Ambas cosas, sin embargo, la figura de Obando en vestimenta de prócer, y un régimen absolutista en búsqueda de una dualidad contradictoria (próceres-reaccionarios afines a su ideología opresiva) resultan aberrantes. Pero, hacen sentido, no obstante, dentro del creciente caos de demagogia y cinismo que caracteriza al orteguismo. A nadie, sin embargo, con un poco de dignidad personal y de visión histórica, le agradaría desempeñar el rol de prócer del orteguismo. Solamente, a quien campee en las entrañas del régimen anacrónico, que pervierte los valores para racionalizar el despotismo.

La propia dignidad, si se cultiva en situaciones difíciles, nos permite salir airosos de la auditoría interior que cada tanto uno hace dentro de su propia alma. El proceso inquisitivo, existencial, cuando resulta de una progresista visión filosófica de la realidad (que se corresponde con los avances de la ciencia), está más allá del bien y del mal, y le da sentido a la vida e, incluso, como diría Holderlin, con su carga de fatalidad, al no despreciar ninguno de los enigmas de la vida, le da sentido, también, al infortunio y a la muerte. Un sentido sociológico, que trasciende la individualidad, ya que la libertad individual no existe fuera de la sociedad.

Entonces, contra lo absurdo y contra la miseria política de una satrapía, emana la rebelión como simple condición humana consciente. Es el instinto colectivo, que al rebelarse prevalece ya sobre el crimen político que se ha vuelto legal, y cuya premeditación lógica presupone la degradación de la sociedad, por falta de principios. Camus sostenía que con la rebelión se adquiere conciencia del ser colectivo. Esa experiencia, dice Camus, saca al hombre de su soledad, y del sufrimiento absurdo. Obando, de manera visible, bendice la legalidad orteguista usurpadora de derechos, y abraza, así, la degradación estéril, con la indiferencia de la metafísica religiosa que sirve de pilar ideológico al cursi modelo orteguista.

No obstante, la historia revela inexorablemente el verdadero rostro de los personajes que ahora deforman la realidad, para desenfocar el juicio sobre los obscenos privilegios del poder absoluto. De modo, que todo el aparataje distorsionante adquiere, con el tiempo, su verdadera dimensión de extravagancia ridícula. La coreografía caprichosa de las arboledas de latón, levantadas desde el centro de Managua, a orillas del lago Xolotlán, para enfilar sus ramas retorcidas hacia todas las salidas de la capital, congestionando obsesivamente el paisaje con una herrumbre multicolor, visualmente estúpida, hace parte de la escenografía trastornada de un régimen absurdo, que también construye —a contrapelo de la razón— próceres-reaccionarios, selectos entre sus cómplices ideológicos.

Esta chocarrería supersticiosa, cargada desde el vértice del poder con un temeroso simbolismo esotérico, le da a esta dictadura populista un aire de farsa pueril, que no tenía el somocismo en su brutalidad militar a plena luz. La tragedia de entonces se justificaba a sí misma apelando al heroísmo rebelde. Ahora, se repite como tragicomedia, y apela al servilismo envilecido.

Un prócer es, en sentido contrario, un rebelde, que con un ariete entre los brazos derriba las murallas ideológicas del poder reaccionario que se opone al paso de la historia. Básicamente, actúa en la etapa progresiva de reafirmación de la nacionalidad incipiente, sobre las bases objetivas de un sistema capitalista en ciernes.

La ideología clerical de Obando no tiene un ápice de contenido progresista. Ni su actuación, a lo largo de los últimos cincuenta años, guarda relación alguna con un programa de conquistas democráticas, de carácter social. Menos aún, en los últimos quince años, que ha actuado desvergonzadamente al lado del absolutismo y de la corrupción de Ortega.

En la época moderna, además, no hay próceres. No porque no haya sociedades reaccionarias, estancadas en el subdesarrollo, como la nuestra, que deban ser superadas formalmente, sino, porque estratégicamente no hay ya soluciones nacionales. En esta crisis recesiva insostenible para el sistema capitalista, se requiere una racionalidad científica que adelante las fuerzas productivas planificadamente a nivel mundial, en función del ser humano y en armonía con la naturaleza.
Obando, creyéndose prócer del mundo sobrenatural, se aviene a figurar como prócer, también, del absurdo mundo orteguista.

El autor es ingeniero eléctrico

COMENTARIOS

  1. JJREY
    Hace 8 años

    En verdad, el fsln puede y tiene la capacidad de nombrar próceres, héroes, revolucionarios,padre de la patria, en fin todo lo que ellos quieran, nadie los puede detener porque tienen el poder completo, solamente esperemos que las cosas cambien y que no nos sigan imponiendo lo que ellos se le antoje, solamente esperemos cuando el consejo supremo electoral cambie o cuando cambie la asamblea nacional y porque no decir el mismo Gobierno, mal gobernado por el mismo Ortega.
    No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista, el ya es un Dictador de 36 años y que es lo que quiere morir en el poder, como un dictador mas?. Esa año de elecciones podría haber cambios que pongan todos su barba en remojo, que los vientos que están azotando es por cambios que vienen.

  2. Jesus Osberto Camacho
    Hace 8 años

    Para ser un ingeniero electrico, escribe excelentemente, como lo haría un politico inteligente, que ya no hay. Al ultimo lo mataron el 10 de enero de 1978.

  3. nuan
    Hace 8 años

    Cuando Obando era usado como punta de lanza en contra del FSLN la oligaquia lo adoraba, apardecia en la Prensa Y la Corporacion. Hoy que todo ha cambiado lo odian y querian a usar a Polito Brenes, pero Polito olio la rata y se alejo. Hoy estan solo con el Obispo Mata pero Mata es como un mortorio que huele muymal…asi es que ya Obando no es amado, ni Polito tampoco.

  4. Salvador
    Hace 8 años

    Se dice que se irrespeta al cardenal al hablar según algunos mal de él, no será mayor el irrespeto de este señor al pueblo católico de Nicaragua al apañar -no se sabe el motivo real- al desgobierno de la fam ortega-murillo, habría ver que piensa el Papa Francisco de esta relación casi matrimonial. Hay que preguntarse quien merece el trato de prócer, quien ha vivido con todos los lujos que ha querido o la madre nicaragüense que vio morir a sus hijos para defender a quienes hoy salpican de sangre indígena nuestra tierra.

  5. Carlos(cm)
    Hace 8 años

    Lo dije mas simple y menos elegantemente a como lo expone el Ing. Barcenas, q este anacronismo del nombramiento d procer era espurio, y del cual obando bravo no hay razon alguna para sentirse honrado y orgulloso. Pero este lapidario articulo es la mas clara razon por la cual obando bravo no debe ser nombrado procer, satisface solo al grupo de alta mafia en el poder.

  6. Blacio Torre
    Hace 8 años

    Prócer es un título que Obando no merece. En un país con una mayoría de ciudadanos relativamente pendientes de la actuación del gobierno y con un cierto nivel de conocimiento sobre derechos, deberes y visión de nación; esto no pasaría. El gobierno actúa como si se le ha entregado un cheque en blanco. No hay justificación para nombrar prócer a Obando. Su nombramiento es una decisión basada en el cálculo político y en el uso arbitrario del poder.

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