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Gráfica facilitada por la NASA y científicos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) que muestra las ondas gravitacionales formadas por dos neutrones binarios. LA PRENSA/EFE

La ciencia abre nueva ventana al Universo

Comunidad científica mundial coincide en que la detección de ondas gravitacionales revolucionará la Astronomía, la Física y la ciencia en general

La Física, la Astronomía y la ciencia en general abrió el jueves una nueva ventana al universo con el anuncio de uno de esos hitos científicos que se esperan durante décadas: la primera detección directa de las ondas gravitacionales que predijo Albert Einstein hace cien años en su Teoría de la Relatividad General.

En una multitudinaria conferencia de prensa en Washington los científicos del observatorio estadounidense de interferometría láser (LIGO) pusieron fin a meses de rumores y gran expectación entre la comunidad investigadora ante un hallazgo que abre la puerta a redescubrir el universo, esta vez, sin necesidad de la luz.

El hito de LIGO es doble: se trata de la primera detección directa de ondas gravitacionales y de la primera observación de la fusión de un sistema binario de agujeros negros.

Vista aérea del interferómetro láser,  de unos cuatro kilómetros de largo del observatorio estadounidense (LIGO) en Livingston, Louisiana.   LA PRENSA/EFE

AGUJEROS NEGROS

Los físicos han concluido que las ondas gravitacionales detectadas se produjeron durante la fracción final de un segundo de la fusión de dos agujeros negros en uno más masivo. Esa colisión de dos agujeros negros había sido predicha, pero nunca observada.

El choque ocurrió a una distancia de más de mil millones de años luz, de manera que los detectores de LIGO han observado un evento que ocurrió en un tiempo y una galaxia muy lejanos.

“Hemos tardado meses en ver que realmente eran las ondas gravitacionales. Pero lo que es verdaderamente emocionante es lo que viene después, abrimos una nueva ventana al universo”, anunció entusiasmado David Reitze, director ejecutivo del laboratorio LIGO. Mientras, el físico Stephen Hawking afirmó a la BBC que “la capacidad de detectarlas tiene el potencial de revolucionar la Astronomía”.

“Podemos esperar ver agujeros negros a lo largo de la historia del universo. Podríamos incluso ver los vestigios del universo primordial, durante el Big Bang” gracias a las ondas gravitacionales, subrayó el físico teórico de 74 años, experto en el campo de los agujeros negros.

EN SEPTIEMBRE PASADO

Las ondas fueron detectadas el pasado 14 de septiembre por los dos detectores de LIGO, uno localizado en Livingston (Louisiana) y otro en Hanford (Washington), a unos tres mil kilómetros de distancia.

El Comité de Detección de LIGO, un equipo de científicos experimentados, pasó más de cuatro meses escrutando el descubrimiento para confirmar que la señal provenía del cielo y no una fuente en la Tierra o de una falla instrumental.

El análisis de los datos permitió determinar que esos dos agujeros negros se fusionaron hace unos 1,300 millones de años. Cada uno de ellos era entre 29 y 36 veces más masivos que el Sol, con un diámetro de solo 150 kilómetros.

El hallazgo fue posible gracias al aumento de la sensibilidad de los instrumentos en 2015, en comparación con la primera generación de detectores LIGO.

LEGADO DE EINSTEIN

“Nuestra observación de las ondas gravitacionales cumple con un ambicioso objetivo establecido hace cinco décadas para detectar de manera directa este fenómeno y entender mejor el universo”, explicó Reitze. “Además, completamos el legado de Einstein en el centenario de su Teoría de la Relatividad General”, añadió.

Einstein descubrió en su Teoría de la Relatividad General que los objetos que se mueven en el universo producen ondulaciones en el espacio-tiempo y que estas se propagan por el espacio. Predecía así las ondas gravitacionales, aunque demostrar de manera directa su existencia era el último reto pendiente de la Relatividad.

Durante décadas los astrónomos han acumulado evidencias claras de que las ondas gravitacionales pueden existir y en el año 2000 ya se disponía de un conjunto completo de interferómetros: TAMA300 en Japón, GEO600 en Alemania, LIGO en Estados Unidos y Virgo en Italia.MAPA KOBE

MEJORAN LIGO

LIGO, compuesto por esos dos enormes interferómetros láser —de unos cuatro kilómetros de largo—, es el mayor observatorio de ondas gravitacionales y uno de los experimentos de la Física más sofisticados del mundo.

El laboratorio usa las propiedades físicas de la luz y el espacio para detectar las ondas gravitacionales, un concepto propuesto por primera vez en los años sesenta y setenta.

Hasta ahora los científicos han dependido de diferentes formas de luz (ondas electromagnéticas) para observar el universo. Las ondas gravitacionales transportan información acerca del movimiento de los objetos en el universo y se espera que permitan observar la historia del cosmos hasta instantes remotos.

El gran descubrimiento encierra la promesa de lo desconocido: poder mirar al universo con un nuevo par de ojos que no dependen de la luz.

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