Miembros de la Cooperativa de Producción y Comercialización de Conchas de Alemania Federal (Copcaf), que habían establecido un criadero de conchas negras, un rancho para proteger el vivero y senderos-miradores en medio del manglar frente a la Isla de Paredones, municipio de El Realejo, clamaron ayer por apoyo institucional al sufrir del saqueo del recurso y la tala indiscriminada en la zona.
La destrucción es imparable. Solo los troncos quedan de las altas varas de hasta 20 metros que los depredadores venden a los carretoneros en 60 córdobas el cien. Un carretón carga hasta 1,000 rajas de leña, que estos comercializan en los barrios y las panaderías chinandeganas.
Marisol Roque, madre de familia, denunció el robo de las conchas en el vivero, la destrucción del rancho, las tablas del sendero, la malla y ahora la tala del manglar.
“Se están metiendo en el día y la noche, las conchas están muriendo por el sol, ahí hay varias familias integradas en la cooperativa desde el año 2007, se hizo sacrificio para conformarlo, pero no se puede desarrollar el proyecto”, clamó ayer la humilde mujer.
Por su parte Abraham Antonio Chacón Fonseca declaró que les han boleado en la unidad ambiental de El Realejo, ante la delegación del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), Inafor y la Procuraduría General de la República y ningún representante de esas instituciones ha dado repuesta. “No entendemos si dicen que se deben respetar los humedales”, dijo Chacón.
DEPREDACIÓN NO PARA
Mientras las familias protegen la concesión de seis hectáreas para cultivar las conchas y proteger el bosque de mangle, otros pescadores que no han apoyado el proyecto, se han dedicado desde hace un año a destruir la reserva que genera oxígeno y brinda refugio a gran variedad de fauna marina.
Terencio Pozo Caballero, presidente de la Cooperativa de Producción y Comercialización de Conchas de Alemania Federal (Copcaf), mostró ayer la destrucción del vivero, el corte de las varas de hasta 20 metros de largo para sacar leña y destrozos que efectúan de noche.
“Destruyeron los 25 rótulos con mensajes de protección al bosque y lo que identificaba al vivero. Esta zona era oscura del bosque manglar, pero por la tala ahora ni se acercan los peces en la marea”, dijo.
Los manglares sirven de hábitat para numerosas especies y proporcionan una protección natural contra vientos, olas, entre otros fenómenos de la naturaleza.
JIQUILILLO CON POCA PESCA
Pescadores de Jiquilillo, El Viejo, comunidad que sobrevive de la pesca, protestaron ayer porque aún no los dejan entrar al mar a pescar. Patricia Hernández, acopiadora, indicó que la pesca ha presentado inconvenientes por la escasez del producto.
Ayer exigió el apoyo del Distrito Naval del Pacífico (DNP) para que les entreguen los zarpes, inconveniente que refirió se presenta en la localidad aunque los vientos hayan amainado.
El marisco alcanza precios altos debido a la escasez. La libra de pargo se cotiza en 53 córdobas en la costa y en 70 córdobas la libra en los mercados.