En el libro del maestro y periodista Silvio Mora Mora ¡Que todos se levanten!, dedicado a todos los maestros, en la página 41, de manera breve, expresa que el proyecto Escuela Ocurrente, es una entidad educativa de bien público, impulsada por el papa Francisco, que vincula la tecnología, el arte y el deporte, para fomentar la integración social y cultural del encuentro. Tiene como visión transformar el mundo en una sociedad integrada y en paz, y su misión es mejorar la educación y lograr la integración de las comunidades.
El anuncio de la red mundial de Escuelas Ocurrentes se hizo en agosto de 2013, en coincidencia con la audiencia de las selecciones de futbol Argentina e Italia, liderada por sus capitanes Leonel Messi y Granluigi Buffon, respectivamente, que jugaron en honor al papa en el Estadio Olímpico de Roma. El símbolo del proyecto es el olivo, que simboliza la paz y cuyo aceite se ha usado para ungir a papas, reyes, santos y cristianos. El olivo representa la paz en todas las religiones y culturas.
La grave crisis mundial justifica el serio planteamiento de la Escuela Ocurrente con visión del presente y del futuro. Para el filósofo Alejandro Serrano Caldera, los actos salvajes de terrorismo están provocando horror e indignación en la conciencia universal. Se añaden las luchas por la posesión y poder de las drogas, el dominio de barrios, los crímenes y abusos con niñas y niños, los miedos y los sobornos de autoridades. Actos que no tienen precedentes, tanto por la continuidad como por la crueldad y la publicidad morbosa de sus ejecutores. La producción de armas y su venta legal e ilegal a los países y grupos rebeldes. Las injusticias y la muerte. Todo eso parece como características siniestras del siglo XXI, que estamos entrando en un callejón sin salida, que nos lleva a un agotamiento, a una desesperación por nuestros hijos menores, los adolescentes y jóvenes. El poder de las transnacionales y las cúpulas de poder son insensibles e inhumanos.
El papa Francisco cree que debemos recuperar los principios humanos y espirituales de un pacto educativo en el mundo. Si queremos recuperar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes debemos replantear los valores y prioridades en nuestras vidas personales. La humanidad está en las nieblas de la mundanidad que no deja ver otras realidades y verdades del portal espiritual. Vivimos en un tiempo humano angustiado y apresurado de cara a una lucha de poderes, de ideologías, de mercados internacionales, de globalización, de ganancias millonarias, a la productividad, a las guerras, la pobreza y el desgarro inhumano. Solos no podemos solucionar nada, necesitamos de la otra cara de la moneda, la fuerza espiritual que ofrece a quienes entran dones, bendiciones, frutos. Donde vamos a escuchar y ver cosas sobrenaturales que jamás creíamos que fuesen ciertas. Un nuevo mundo de principios sencillos pero poderosos, de fenómenos, cambios y energías espirituales que dan alegría de vivir, fortaleza para luchar y sentido a nuestra existencia vacía. Son los valores que ocurren, que acontecen, que suceden, que están aquí y en nosotros.
La Escuela Ocurrente es la escuela de todos los tiempos y lugares. Son los ejes transversales ocultos de las culturas y de los siglos. Cuyos componentes principales son: el amor y la paz, el perdón y la reconciliación, la justicia divina y el bien común, la honestidad y la misericordia, la humildad y el compromiso con el necesitado, la generosidad y la comprensión a los demás. Es aprender a vivir por fe, con verdades eternas que están encima de la robotización, la cibernética, la tecnología de punta y la física cuántica que cambian con el tiempo.
Los alumnos de la Escuela Ocurrente no necesariamente tienen religión, ni exigencias de edades, sexo, raza ni lugares. Mi amigo el distinguido profesor Julián Corrales Munguía, al prologar el libro de Silvio, hace referencia a otros docentes que vivieron principios de manera ejemplar: en Carlos Fonseca Amador destacó su fe, ardor, confianza y sobre todo en la honestidad, quien afirmaba que el revolucionario no puede ser deshonesto. ¡Cuántas veces me he preguntado por el destino o estado actual de nuestra revolución si el amigo estuviera vivo! anotaba Julián. Del doctor Juan Bautista Arríen dijo: “Arríen, maestro de cada centímetro de su cuerpo, alma y espíritu. Transpira santidad magisterial en todos sus poros. Jesuita en todo momento de su existencia, como el padre Fernando Cardenal Martínez, ministro siempre. De mi compañero normalista Ricardo Morales Avilés, quien murió en la lucha por la libertad en favor del bien de todos nosotros; y de otros educadores que llegaron a ser como seres en un nivel superior y que debemos emular en cada municipio.
La profecía sobre Nicaragua. En la década del noventa algunos predicadores extranjeros me hacían preguntas sobre Nicaragua, yo lo anoto como me lo contaron: “Después de las guerras regionales y puntales de ciudades, rápidas pero terribles y desastrosas; el mundo queda como absorto y desamparado, entonces de algunos pocos países saldrán jóvenes pobres a predicar el mensaje de Dios, Nicaragua es uno de esos pocos y no lo harán los pastores, pastoras, ni sacerdotes. El Espíritu Santo los escogerá y les pondrá en su boca las palabras adecuadas al nuevo momento histórico de la humanidad. Es turno de los laicos”.
En Cuba el papa dijo: “Servir a personas no a ideologías”. Y el sabio Mahatma Gandhi dijo: “Lo más atroz de las cosas malas de la gente es el silencio de la gente buena”.
El autor es ex Asesor Dirección General MED.
