Es una pieza imprescindible de nuestro hogar y la tendencia nos devuelve a una realidad en la que la comodidad no está reñida con el diseño.
Sofás para toda la familia, a prueba de niños, conviven con otros de estilo retro, con los mejores y más funcionales sofás-camas y con modelos especialmente adaptados para pocos metros.
La firma Westwing propone que antes de adquirir una pieza como esta, que no se cambia cada año, y a la que se pide durabilidad y comodidad, es conveniente hacerse un par de preguntas: ¿para qué queremos el sofá? y ¿cuáles son nuestras necesidades? Y a ellas habría que añadir otra, ¿dónde vamos a ubicarlo?
CREADOR DE AMBIENTES
Los sofás como grandes creadores de ambientes son un elemento para separar con ellos la sala de estar del comedor o del dormitorio, si está todo integrado.
Dos sofás, uno frente a otro, es lo ideal en caso de salones grandes, para así permitir una amigable charla con amigos. Para ver la televisión y dejarse caer en el sopor de una agradable siesta, nada como un rinconero que nos permita estirar las piernas sin quitar espacio al resto de la familia.
Los partidarios de sofás amplios y grandes huyen espantados ante propuestas de dos plazas, pero no debemos olvidar que esta opción es ideal como complemento e incluso básica en algunos comedores y salas de estar, a lo que también se puede añadir una butaca o un reposapiés, lo suficientemente alto, como para que sirva de asiento en caso de que aumenten en casa el número de invitados.
Los sofás de estilo nórdico se adaptan a cualquier lugar y aúnan diseño, belleza y comodidad. Líneas rectas y amplios asientos son sus características principales.
El marrón chocolate, el gris o el mostaza son las tonalidades que ganan en efervescencia entre sus textiles, sin embargo, Nani Marquina, apuesta por las composiciones en patchword, informales, alegres y divertidas.
Los de cuero requieren poca atención, pero son desaconsejables si convivimos con animales domésticos.