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La colorista y monumental serie “Sombras” (Shadows 1978-79), de Andy Warhol, compuesta por 102 paneles serigrafiados de gran formato que reflejan la incursión del artista neoyorquino en el campo de la abstracción, se exhiben desde hoy en el Museo Guggenheim Bilbao. LA PRENSA/EFE/Luis Tejido

Las coloristas “Sombras” de Andy Warhol se muestran en el Guggenheim Bilbao

La obra, propiedad de la Fundación Dia Art, que la ha cedido para la ocasión, se expone por segunda vez en Europa y nunca antes se había exhibido completa en ese continente.

La colorista y monumental serie “Sombras” (Shadows 1978-79), de Andy Warhol, compuesta por 102 paneles serigrafiados de gran formato que reflejan la incursión del artista neoyorquino en el campo de la abstracción, se exhiben desde hoy en el Museo Guggenheim Bilbao (norte de España).

La obra, propiedad de la Fundación Dia Art, que la ha cedido para la ocasión, se expone por segunda vez en Europa y nunca antes se había exhibido completa en este continente dado que su extensión hace muy difícil presentarla en su conjunto, algo que en Estados Unidos no se hizo hasta 2012 con motivo de un espectáculo celebrado en el Museo Hirshhorn de Washington.

La colorista y monumental serie "Sombras" (Shadows 1978-79), de Andy Warhol, compuesta por 102 paneles serigrafiados de gran formato que reflejan la incursión del artista neoyorquino en el campo de la abstracción, se exhiben desde hoy en el Museo Guggenheim Bilbao. LA PRENSA/EFE/Luis Tejido
La colorista y monumental serie “Sombras” (Shadows 1978-79), de Andy Warhol, compuesta por 102 paneles serigrafiados de gran formato que reflejan la incursión del artista neoyorquino en el campo de la abstracción, se exhiben desde hoy en el Museo Guggenheim Bilbao. LA PRENSA/EFE/Luis Tejido

Dado su tamaño, para su exhibición completa se requieren 134,8 metros lineales de pared, por lo que la primera vez que se expuso en una galería del barrio neoyorquino del Soho en enero de 1979 sólo se pudieron exhibir 83 paneles y, de ellos, solo 67 al público.

El resto estaba en la parte privada de la galería, recordó la comisaria de la muestra, Lucía Agirre, en la presentación hoy a los medios de comunicación de la exposición, que mañana se abrirá al publico durante algo más de dos meses, hasta el 2 de octubre.

Las salas de grandes dimensiones diseñadas por el arquitecto Frank Gehry para el Guggenheim Bilbao han permitido que en este centro se pueda ver la obra completa, sin ningún muro ni obstáculo visual que haga perder la perspectiva del conjunto al espectador, destacó la comisaria de la muestra.

Agirre precisó que, si al contemplarla en su conjunto puede parecer una obra repetitiva y monótona, cuando se examina con detalle cada lienzo se puede observar que cada pieza es diferente a la anterior dada la técnica utilizada por el artista para su confección.

Esta consistió en imprimir primero una base monocromática en el lienzo y, posteriormente, con una mopa de las utilizadas en la limpieza de los suelos, cargada de pintura acrílica, realizar la aplicación del color en el que va cada sombra, negro para la imprimación de la sombra que simula ser el “negativo” de una fotografía, y de un color distinto, para el que hace las veces de “positivo” de la obra.

Sólo en dos de los 102 lienzos, Warhol sustituyó el negro por el gris para realizar la sombra “negativa” de sus composiciones.

En las composiciones “positiva” y “negativa” de las sombras que dan nombre a la obra dominan dos figuras, una alta y estrecha llamada “peak” (pico), y una más corta y rechoncha bautizada como “cap” (sombrero o tapa).

Agirre señaló que, 37 años después de ser realizada, sigue sin conocerse cual fue el objeto utilizado por Warhol para proyectar la sombra que luego reprodujo en cada lienzo y sigue siendo tema de discusión entre los especialistas en la obra del artista neoyorquino.

La comisaria recordó que el propio Warhol dijo una vez que estas figuras eran la sombra proyectada por un objeto que tenía en su famoso estudio, “The Factory” (La Factoría).

Agirre reconoció que la serie recibió en su estreno en 1979 buenas y malas críticas y, entre estas, se incluían las que la consideraban “insípida”, “pretenciosa” y una instalación “exagerada” (dada su dimensión), que se encontraba “entre las peores” que hizo Warhol en su carrera.

Las pinturas incluyen un total de 17 colores monocromáticos que van desde el verde lima, el rosa brillante y el azul medianoche hasta el berenjena, el chartreuse, el carmín rojo, el amarillo y el plata.

La comisaria de la muestra ha asegurado que la exposición va a “sorprender” al público que la contemple porque es una de las obras menos divulgada del artista neoyorquino, más conocido por sus coloristas obras de objetos e iconos de la cultura popular estadounidense.

Esta serie forma parte de las seis de estética más abstracta que produjo Andy Warhol al llegar al medio siglo de vida, que comienza con la titulada “Corrosión” u “Oxidación” y termina con “Yarns” (Hilos).

La obra se presenta en la misma disposición y orden que utilizaron los asistentes del artista Ronnie Cutrone y Stephen Mueller en 1979 para presentarla ante el publico neoyorquino y que es el que se ha utilizado en las posteriores exhibiciones de la obra, precisó Agirre.

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