“Fue un asesinato frustrado. De eso no tenemos dudas. Pues no somos comerciantes, somos activistas demócratas. Íbamos a presentar los resultados de una encuesta de cómo la población quiere cambios en el Consejo Supremo Electoral y no quiere más a Roberto Rivas al frente de esa institución”, aseguró ayer Gabriela García, esposa del activista Carlos Bonilla, quien fue acuchillado por cinco desconocidos al salir de su vivienda.
Con rostro triste, pero con firmeza García, licenciada en Ciencias Políticas, asegura que los cinco individuos no eran delincuentes comunes sino “paramilitares dirigidos”.
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“¿De dónde van a venir cinco sujetos con el fin de acabar con la vida de una persona conocida por su lucha? Esto es de paramilitares y tenemos temor de este gobierno, pero nuestra lucha no se va a parar”, sostiene García.
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Bonilla, coordinador nacional del Movimiento Democrático Nicaragüense (MDN), cargaba el viernes los resultados de una encuesta que inició en octubre pasado sobre la percepción ciudadana en la gestión del Consejo Supremo Electoral (CSE) y de que se permita observación nacional e internacional en las elecciones de noviembre próximo.
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Sin embargo, el activista político no pudo llegar a su destino que era las afueras del Consejo Supremo Electoral, dado que al momento de abordar un taxi, aparecieron cinco individuos encapuchados con puñales y bayonetas y sin mediar palabra lo atacaron sin misericordia, propinándole dos estocadas en el abdomen y siete en su cabeza. También su esposa Gabriela fue atacada cuando trató de defender a su esposo.
García aseguró que desde hace tiempo sujetos desconocidos rondan su hogar, ubicado en la Colonia 10 de Junio. “Esto es político porque nuestra vida es de activismo político. Somos defensores de la democracia y desde hace tiempo nos persiguen, nos rondan la casa; en nuestras actividades hemos sido acechados, amenazados. La prueba es que estos cinco tipos que nos atacaron, no nos robaron. La intención era neutralizar y terminar con la vida de Carlos”, reitera.
García, quién también recibió una estocada en su cabeza por uno de los atacantes, aseguró que su esposo está fuera de peligro, aunque su estado es delicado aún. “Las puñaladas en el abdomen le afectaron el hígado y uno de sus pulmones que le provocó sangrado, pero él está mejor”, indicó.
VECINOS: “ES POLÍTICO”
“Para mí es una venganza política porque él es opositor”, asegura Luis Castillo, vecino de Bonilla en la Colonia 10 de Junio.
“Yo apoyo a Carlos Bonilla. Tengo como tres años de conocerlo y lo reconozco como un demócrata, porque lo que él hace no se puede llamar de otra forma; es un luchador democrático y su lucha no muchos la hacemos en este país”, expresó Castillo.
La señora Reyna Salgado dijo a LA PRENSA que conoce a Bonilla desde que era un niño y reveló también que este, producto de la guerra de la década de los 80, tuvo que emigrar a los Estados Unidos.
“Él ha luchado por la democracia, por nuestra democracia. Esto que le hicieron es venganza política, porque piensa diferente. Yo lo conozco como una persona responsable”, afirmó Salgado.
La ciudadana explicó que lo que le sucedió a Carlos Bonilla es un mensaje para aquellas personas que no piensan como el gobierno.
“Esto es político. Imagínese que no les robaron. Si supuestamente este es un gobierno demócrata porque está pasando esto, por eso yo insisto que a él lo quisieron matar porque lo que hace no le gusta al gobierno. Es político”, insistió la ciudadana y vecina de Bonilla.
Carlos Bonilla regresó a Nicaragua hace seis años, procedente de Estados Unidos, donde residió por más de 20 años.
Desde su llegada al país, se integró a la actividad política, impulsando protestas en demanda de elecciones transparentes y con observación nacional e internacional.
Hace más de un año fundó el Movimiento Democrático Nicaragüense (MDN) conformado por jóvenes demócratas, con quienes han mantenido una actividad permanente para que se cambien a todos los magistrados del Poder Electoral, se depure el Padrón y se cedule a todos los ciudadanos sin sesgos políticos y partidarios.
LA PRENSA realizó ayer un recorrido por la residencia de Carlos Bonilla y en las afueras de la casa estaba un hombre y una mujer con miradas hostiles. Él vestía con camiseta con propaganda del partido de gobierno. Pero la mujer de pronto la emprendió contra el equipo de LA PRENSA con palabras soeces, pidiéndonos que nos retiráramos, amenazando con llamar a la Policía. Sectores políticos, religiosos y diplomáticos han condenado el ataque contra Carlos Bonilla.
“La acción, la forma insistente en que lo hieren, la intención era matarlo. La acción misma de los hechos estaba dirigida a matarlo. La acción en sí fue violenta, la acción criminal era para matarlo, es más ni les robaron”, aseguró Gonzalo Carrión, director del Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh, quien visitó ayer las instalaciones del hospital donde permanece Carlos Bonilla.