Él es el hombre que por tercera semana consecutiva ha conquistado la taquilla estadounidense gracias a Deadpool. ¿Su superpoder? ¡No calla! “Soy como un meme sin fin. Crecí con tres hermanos mayores y mi labia era más rápida que mis puños”, cuenta acelerado tras su último estreno, señala el sitio El País.
“Luego, aprendí a moderarme pero con este gran condón rojo no hay quién me pare”, se atropella entre risas y verdades. El éxito de Deadpool y esa malla insultantemente roja que viste este antihéroe del cómic trasplantado a la pantalla ha cambiado a Reynolds.
Pero, con su nueva franquicia está a punto de cruzar la barrera de los 500 millones de euros en la taquilla mundial, y en casa le esperan su esposa, la también actriz Blake Lively, y su hija, James.
“Nunca me sentí mejor”, afirma satisfecho el actor. “A riesgo de sonar ridículo, lo mismo que muchos actores sueñan con su Hamlet, mi sueño era ser Deadpool”, apunta.