Asistió a clases de inglés, participó en dos reuniones de trabajo y almorzó tranquilo en un día largo, mientras Jorge Hurtado, de 26 años, uno de los rostros más conocidos en la televisión nacional, dio una entrevista a LA PRENSA, respondiendo las preguntas que caían en su buzón de mensajes en Twitter, la red social en que siempre está localizable.
Narrar la realidad en 140 caracteres es un reto para Hurtado y para los jóvenes inscritos en Twitter. “Aprendí a escribir de forma precisa. Decir lo que es sin ningún adorno en la idea. Ser sarcástico, directo y preciso con mis palabras. Así como los pensamientos son cortos, hacerlos públicos en 140 también es un reto”.
Con una de las conexiones a internet más bajas en América Latina, el alcance de las redes sociales es innegable en Managua, según los especialistas, que señalan que la mayoría de usuarios de Facebook crece hasta un millón 500 mil personas sumando a quienes usan teléfonos móviles y aprovechan promociones de las compañías telefónicas, o tienen libre acceso en ciertos lugares que frecuentan.
La libertad en las redes sociales es uno de los parámetros para medir la libertad de expresión diez años después que Daniel Ortega ganó las elecciones en 2006. Para la periodista Mildred Largaespada, las redes son un respiro, “cada vez que te conectás, trascendés fronteras y llegás lejos”.
En sus cuentas personales, Hurtado se permite críticas a la función pública. En junio de 2013, su vehículo fue robado en medio de los actos de represión, atribuidos a las fuerzas de choque formadas por simpatizantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) contra jóvenes y abuelos demandantes de una pensión mínima del Estado, quienes se encontraban en los alrededores del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
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“Alguien puso: ‘Bien cómodo es criticar desde tu compu y no hacer nada’. Fue lo que me convenció de qué si bien el despertar de conciencia comienza desde estos espacios de debate, nada sucederá sin la acción. No podía seguir diciendo que apoyaba la causa sin siquiera haber ido a comprobarlo en persona”, relató el presentador de televisión sobre el único caso en Nicaragua que, tras la movilización social y la campaña en las redes #OcupaINSS, logró que el ejecutivo aceptara pagar la pensión mínima a los ancianos.
EL USUARIO DE TWITTER
Las denuncias contra el gobierno de Daniel Ortega (desde 2007 en el poder) también se han dado en otros casos como la movilización campesina contra el proyecto del Canal Interoceánico, evento ampliamente cubierto a través de las redes sociales.
El consultor en comunicación y marketing digital, Rodrigo Peñalba, considera que las redes sociales son la nueva plaza pública con ligeras variantes, en el sentido que antes los usuarios de Facebook mostraban información más privada y ahora esos datos transitan por voluntad de sus propietarios en otras redes como Whatsapp.
Peñalba dice que existen además diferencias entre los usuarios de Facebook y Twitter, que deben tomarse en cuenta, en el sentido que entre los tuiteros predominan usuarios con influencia y así se ven personajes que ofrecen declaraciones en la red, que luego son retomadas por otros.
Tal es el caso del obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez; el periodista Carlos Fernando Chamorro, director de Esta Semana y Confidencial, o la embajadora de Estados Unidos, Laura F. Dogu.
Disfrutando mucho mis visitas a periodistas, esencial para comprender cada vez más la coyuntura nicaragüense pic.twitter.com/nHSvndWbGd
— Laura Dogu (@USEmbDogu) 29 de enero de 2016
“No son gentes que pasan pegados en el teléfono, pero lo utilizan para dar declaraciones. José Adán Aguerri pone una actividad del Consejo Superior de la Empresa Privada y luego comenta algo, y a veces interactúa. Hay usuarios que lo ocupan para sentar agenda”, explicó Peñalba.
Para este experto, las redes son la nueva plaza pública, pero son las movilizaciones en las calles las que posibilitan los cambios reales. Las redes sociales son vistas, sin embargo, como un campo de batalla para el gobierno de Ortega, quien en septiembre de 2009 dijo que los medios son “cajas de resonancia” de sus enemigos, por lo que deben contrarrestarlos.
LA JUVENTUD SANDINISTA
Él es Denis David. Por supuesto que es un nombre ficticio. Es muy joven, un veinteañero de los que se pueden encontrar en las universidades del país, donde las instrucciones presidenciales se cumplen a rajatabla.
El muchacho forma parte de la Juventud Sandinista, una de las agrupaciones con las que el FSLN busca ampliar su abanico de simpatizantes, pero lo más importante: una de las fuentes vitales que ocupa a jóvenes para contrarrestar en las redes el discurso de “la derecha”.
Denis David se acomoda frente a una banca y dice que las estructuras sandinistas que trabajan con ellos son cuatro: el movimiento cultural Leonel Rugama, el movimiento de deportes Alexis Argüello, la Juventud Sandinista (de la que forma parte) y finalmente la Promotoría Solidaria a cargo de las actividades de la niñez y también de los adultos mayores.
Según su testimonio, el hijo de una diputada sandinista coordina las actividades con los jóvenes a nivel nacional. Se reúnen en pequeños grupos en una oficina de la Juventud Sandinista (JS), que está ubicada en las oficinas del Ministerio de la Juventud, a metros de la Avenida Universitaria en Managua.
Cada Movimiento juvenil tiene su propio coordinador, y cada uno de estos jefes trabaja con otros pequeños coordinadores que son quienes les comunican las órdenes a los chavalos.
“No todos son sandinistas, los que están allí. Pero si querés trabajar tenés que vender tu libertad de expresión para poder, te repito, trabajar. Si sos de la oposición solo encontrarás trabajo en LA PRENSA, pero allí no pueden darle trabajo a todos”, explica.
El menú de instrucciones que reciben les llega de diversas maneras: correos electrónicos, llamadas telefónicas de sus coordinadores, que hoy deben asistir a tal actividad partidaria, que mañana deben conectarse y apuntalar un hashtag determinado.
Denis David recuerda que la máxima es “si repetís algo de manera constante, eso queda”, así que se valen de sus propias cuentas, pero también de perfiles falsos. Él recuerda cuando se manejó el tema del proyecto del Canal Interoceánico, en que hay una fuerte oposición de la ciudadanía rural. “Yo hice cuarenta repeticiones de yo apoyo el canal solo en Twitter, y yo soy de los más lentos”.
El joven cuenta que les suelen enviar agendas diarias, a veces semanales. Lo atractivo para ellos es que les ofrecen capacitaciones, la oportunidad de ver publicados sus trabajos en los medios ligados a la familia presidencial, y, quizás, si les va bien, conseguirse un trabajo en ese círculo de máxima fidelidad partidaria.
Uno de los hashtags, al que le pusieron entusiasmo, fue cuando el presidente inconstitucional Daniel Ortega cumplió 70 años el año pasado (#Daniel70yAdelante,) y han destacado otros como #Aminomeengañaladerecha para aminorar la campaña #OcupaINSS.
LA PRENSA llamó al despacho de Bosco Castillo, ministro de la Juventud y miembro destacado de la Juventud Sandinista, pero dijeron que no se encontraba en sus oficinas.
Desde que Ortega ganó las elecciones en el año 2006, los medios de comunicación tradicionales, críticos e independientes, han sido sometidos a una intensa presión y asedio, a tal extremo que muy pocos medios independientes quedan ejerciendo su labor, según explicaron expertos a LA PRENSA.
RADIOGRAFÍA DE NICARAGUA EN LAS REDES SOCIALES
Según el estatal instituto regulador de Telecomunicaciones Telcor, Nicaragua tenía 207, 275 conexiones a internet en 2013.
La densidad reportada es de 3.4 personas por cada conexión para totalizar 704,735.
Un millón 700 mil personas se encuentran conectadas a Facebook en Nicaragua, según la página Owloo. Es el más bajo en Centroamérica.
El Salvador y Costa Rica tienen dos millones 900 mil cada uno, Honduras dos millones 400 mil y Guatemala cuatro millones 900 mil usuarios.
12,897 seguidores en Twitter tiene la Red de Comunicadores Sandinistas; Juventud Presidente tiene 24,809.
OPINIONES SOBRE LAS REDES SOCIALES EN EL NUEVO CONTEXTO NICARAGÜENSE
“Tenemos un sistema muy elitista en lo social, político, económico. Antes estas élites tenían ocupados los espacios de expresión. Ahora con las redes sociales, todas y todos podemos expresarnos”.
Mildred Largaespada, periodista.
“Las redes facilitan la recepción de denuncias de violaciones de derechos humanos. Son una alternativa ante la censura, autocensura y la concentración de medios de parte de la familia Ortega Murillo”.
Adelayda Sánchez Mercado, del Cenidh.
“Constituyen herramientas fundamentales de comunicación. Son medios alternativos para el ejercicio de la libertad de expresión ante la hegemonía de los medios oficialistas y la censura”.
Juanita Jiménez, del Movimiento Autónomo de Mujeres.
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