El Diario LA PRENSA cumplirá mañana sus noventa años. Nació el 2 de marzo de 1926 y ha sido testigo fiel de las luchas y tragedias de esta nuestra Nicaragua. Ligada íntimamente a la historia de nuestro país, LA PRENSA ha mantenido siempre una lucha permanente en defensa de los valores democráticos y cristianos que le imprimieron sus fundadores.
LA PRENSA ha sido la primera que ha sufrido con los estados de sitio, los golpes militares, los cuartelazos, que proliferaron sobre todo en la primera mitad del siglo XX. Cierres, multas, ataques de turbas, palizas a sus periodistas han sido el pan nuestro de cada día en el heroico Diario que continúa, noventa años después, siempre al servicio de la verdad y la justicia.
Afortunadamente LA PRENSA ha estado siempre ligada en alguna forma con la radiodifusión. No puedo dejar de recordar que en los años cincuenta, mi compañero en Radio Mundial, Francisco Ruiz Zapata y el suscrito, fundamos uno de los primeros radioperiódicos de la tarde; se llamaba precisamente La Prensa en el Aire y la idea era leer como primicia noticiosa los titulares y las noticias de primera plana del Diario LA PRENSA, que ese tiempo estaba situado a unas dos cuadras hacia arriba de Radio Mundial.
Para desarrollar la idea fuimos a hablar con el doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal quien había regresado de Méjico al terminar su carrera de abogado y estaba a cargo de LA PRENSA, era
como un director ejecutivo o algo así. El caso fue que al doctor Chamorro le gustó la idea y personalmente nos esperaba a las cuatro y media para entregarnos, todavía húmeda, la primera plana de LA PRENSA que entonces se imprimía en forma rudimentaria con tipos de imprenta. La Prensa en el Aire fue el primer noticiero de la tarde en Radio Mundial y tiempo después el propio doctor Chamorro leía sus editoriales todos los días en este noticiero.
Por supuesto que con cada estado de sitio el doctor Chamorro era de los primeros en ir a la cárcel. En abril de 1954, cuando el movimiento que encabezaban varios conservadores, Pedro Joaquín fue hecho prisionero siendo inocente. Igualmente en 1956, cuando Somoza García intentó reelegirse y encontró las balas de Rigoberto López Pérez, igualmente Pedro Joaquín fue hecho prisionero sin culpa alguna, torturado atrozmente tal como queda descrito en su libro Estirpe Sangrienta. En esas etapas amargas de nuestra historia sufría Pedro Joaquín y sufría doña Violeta y también sus pequeños hijos, un precio enorme por lograr que Nicaragua volviera a ser República. En estos aciagos momentos también caía preso el otro gigante intelectual de LA PRENSA, el poeta y escritor Pablo Antonio Cuadra, así como el periodista Horacio Ruiz y otros más.
Cuando Pedro Joaquín y Pablo Antonio eran encarcelados y algunas veces confinados a regiones lejanas en ese tiempo como Río San Juan, se hacía cargo del periódico doña Margarita Cardenal de Chamorro, dama de mucha garra que siempre sabía enfrentar con valentía este tipo de problemas.
En la parte intelectual colaboraban, entre los que recuerdo, el doctor Emilio Álvarez Montalván, el novelista don Adolfo Calero Orozco y otros intelectuales que mantuvieron en todo momento los principios de lucha democrática del periódico símbolo de Nicaragua.
LA PRENSA sufrió grandemente el terremoto de 1972, el que logró superar trasladándose a un sitio más amplio que es precisamente el que hoy ocupa en la Carretera Norte. También sufrió el terremoto político de 1979, el que también logró superar a pesar del torbellino supuestamente revolucionario que provocó una división entre los hermanos Chamorro Cardenal.
Antes de todo esto, el 10 de enero de 78 balas asesinas crucificaron a Pedro Joaquín en los escombros de Managua. El director mártir dio la vida en lucha por la libertad de Nicaragua. LA PRENSA sigue siendo nuestra república de papel.
El autor es gerente de Radio Corporación y excandidato a la Presidencia de la República en 2011.