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Zona de Strikes: Julio Ráudez no se detiene

La primera imagen que tengo de Julio Ráudez no es al ejecutar un lanzamiento. Lo recuerdo bajando aprisa de la colina y persiguiendo con tenacidad un roletazo en ruta hacia la tercera base.

La primera imagen que tengo de Julio Ráudez no es al ejecutar un lanzamiento. Lo recuerdo bajando aprisa de la colina y persiguiendo con tenacidad un roletazo en ruta hacia la tercera base.

Era 1994 y Julio intentaba establecerse en el staff de los Pinoleros. Desde aquel momento, no ha subido mucho de peso. Todavía es angosto y atlético. Lo que sí le han aumentado son sus victorias.

Ráudez elevó un poco más la barra por la que se medirá a las futuras generaciones de lanzadores ayer en Bluefields, al llegar a 170 triunfos, la nueva marca para el beisbol nacional de Primera División.

Ayer, mientras sujetaba al explosivo ataque costeño 2×0, el carabinero de Granada no se acercó a las 90 millas y tampoco su curva se desplomó al aproximarse al home, pero cada disparo fue obediente.

Ráudez se hizo experto en sliders, pero sobre todo, en el manejo de la zona de strikes. Aprendió a prepararse para jornadas largas y se instruyó para dosificar sus recursos.

De otra forma, no se vería tan campante desde el box, mientras agranda su lista de víctimas. Además, amenaza con llegar a 200 triunfos, una posibilidad objetivamente realista.

A 22 años de su debut, Ráudez no persigue las rolas con la misma intensidad de antes, pero lo hace con igual pasión y sobre todo, con más sabiduría, mientras se asoma a la historia.

Deportes Edgard Rodríguez Julio Raudez zona de strikes archivo

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