El abogado de Ricardo Mayorga, Carlos Mario Peña, ha anunciado que su púgil regresa al cuadrilátero el 13 de mayo en El Paso, Texas, Estados Unidos, contra el mexicano Yori Boy Campas. ¿En qué piensa Mayorga? ¿Morir boxeando? ¿Creer que puede realizar un trabajo cuando físicamente ya venció su fecha de caducidad del cuerpo y habilidades? O simplemente todo se resume a un solo factor: sin dinero por su pasado sinuoso, la escasez lo obliga al sacrificio.
Al “Matador” no le preocupa salirse de su estado de jubilación, del asilo boxístico de donde debería estar. Todo lo que un día poseía ahora son cenizas sin rastro ni sombra. La pegada que era su bomba nuclear está diluía en un pozo de angustias, en su última pelea frente al también veterano Shane Mosley, Mayorga mostró coraje, pero de qué sirve el coraje cuando se pelea desnudo, solamente le tocó poner una y otra vez sus mejillas hasta que terminó su “viacrucis” por nocaut.
Después de eso se pensó que sería todo, más tarde surgió la posibilidad con el promotor de Búfalo Boxing que hiciera su retiro en una velada en su patria ante la gente que lo vio en su etapa de esplendor, como un reflejo del nicaragüense chabacano, sin miedo a insultar, a decir lo que pensaba sin pensar lo que decía, a pelear con temeridad y retar a la cúspide del momento, pero Mayorga tomó una nueva oportunidad ante otro púgil que los nietos le exigen tiempo y la mecedora pide a gritos ser ocupada.
¿Por qué seguir? todo indica que las consecuencias de creerse eterno en el boxeo actualmente pasa factura a Mayorga, que desearía volver a tener bolsas deseadas como el millón de dólares el cual ganó frente a Oscar De La Hoya; no obstante no haría más despilfarro, pero el tiempo no tiene retroceso y el lamento lo agobia. Más allá del boxeo, “El Matador” no tiene otra cosa más que hacer, esperemos que encuentre una escapatoria antes de llegar a un ring con bastón.