El aterrizaje de Julio Raudez en la cumbre del beisbol nacional ha animado un homenaje a nuestras nostalgias y hemos hecho desfilar por la mente a carabineros que han dejado huellas con sus faenas brillantes desde la colina.
Antes de Raudez y sus 170 victorias, estaba Asdrudes Flores, cuyos 169 triunfos, eran la referencia del tirador exitoso a nivel local. Y antes de Flores, Julio Espinoza (155) y Martín Bojorge (153) y Barney Baltodano (151).
Ahora es el momento de Raudez, quien además forja su destacada carrera desde el montículo, ha sido también un atleta que se ha cuidado. Y como está saludable y la pasión está intacta, pretende llegar a 200 victorias.
Pero Raudez ya las tiene. A las 170 en los “Pomares”, hay que agregarle 27 en las Menores con los Gigantes y 43 en la Liga Profesional de nuestro país. Eso le da 240 triunfos, una cifra respetable en cualquier beisbol.
Sé que hay gente que no le gusta revolver estadísticas de un torneo y otro, pero al final esos triunfos pertenecen a Raudez. Lo demás son divisiones que nos inventamos para hacer más atractivo un acontecimiento.
En este contexto, lo máximo en Nicaragua es Denis Martínez. El también granadino acumuló 311 victorias en su paso por el beisbol. Ganó 245 en las Mayores, 51 en las Menores y 15 con los Tiburones en 1972 y 1973.
De modo que no existe la menor discusión respecto a la presencia de Denis como referencia de los lanzadores nacionales. Está en la cima y darle alcance parece una tarea sin opciones de éxito.
Así que mientras celebramos el salto de Julio a la cima conviene reiterar que Denis es realmente el patrón por el que se mide el futuro.