A partir de hoy representantes del sector ganadero definirán las acciones que ejecutarán en contra de la industria a la que acusan de imponer precios “injustos” por el ganado y de no tener voluntad de dialogar con el sector no descartan ejecutar acciones de protesta que tengan incidencia en las carreteras.
La semana pasada representantes de los ganaderos entregaron una carta en las oficinas de la Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne), en la que ponían como fecha tope este 1 de marzo, para que la industria mejorara el precio.
Actualmente paga entre ochenta y 95 córdobas por kilo, en canal caliente, y los productores reclaman entre 95 y 105 córdobas. Los productores también piden un diálogo con la industria para juntos buscar opciones a la caída del precio que enfrenta la carne en el mercado internacional y a la merma de los pedidos del mercado venezolano.
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Otra carta fue entregada en el Ministerio Agropecuario (Mag) solicitando su intervención como mediador de dicho diálogo.
“Hasta este momento no hay ninguna respuesta, sin embargo, vamos a esperar la decisión de los productores para decidir cuál es el siguiente paso y aunque no me quiero adelantar a los hechos hay algunas acciones que se pueden tomar. Incluso hay algunas decisiones ya tomadas y podría ser algún tipo de incidencia en las carreteras, pero vamos a esperar que los productores decidan”, sostuvo Salvador Castillo, presiente de la Federación de Asociaciones Ganadera de Nicaragua (Faganic).
LA PRENSA ha intentado conocer la versión de Canicarne desde hace varios días, pero sus directivos no han contestado las consultas vía correo electrónico, mensajes de texto y llamadas.
Desde hace varias semanas, asociaciones aglutinadas en Faganic, han amenazado con impulsar tranques en las carreteras para impedir el abastecimiento de las plantas procesadoras, tal como ocurrió en el 2012.
Sin embargo, la Cámara Nicaragüense del Sector Lácteo (Canislac) dice estar tratando de incidir con los productores para “que esperen un poco”, pues considera que los más afectados con una paro serían los productores lácteos ya que la leche no puede retenerse en las fincas en espera de mejores precios, como se puede hacer con el ganado destinado para el sacrificio.
“No es que no apoyemos sino que no estamos de acuerdo en que esa sea la última opción, porque cuando hubo paro y esas vainas porque eso no deja nada bueno, no solo afecta al sector sino a toda la economía nacional. Creo que antes tenemos que agotar la vía del diálogo mientras se llega a un arreglo”, advirtió Willmer Fernández, presidente de Canislac.
Esa organización también considera fundamental seguir insistiendo para que el Mag o el Mific (Ministerio de Fomento, Industria y Comercio) sirvan como garante para el diálogo.
RETENDRÍA SOLO GANADO
Walter Lima, dirigente ganadero de la zona conocida como el cuadrilátero lechero y dirigente del paro, realizado en 2012, reconoce que ante la crisis que enfrenta el sector lácteo con la caída de los envíos al mercado venezolano —que este año se mantienen en cero— habría que garantizar que los tranques de las carreteras no obstaculicen el traslado de la leche hacia las plantas industriales y artesanales.
“Habría que ser cautelosos para que los tranques de las carreteras garanticen la retención únicamente para el ganado que va hacia los mataderos, sin causar afectación a la leche. Pero al final tenemos que esperar el consenso con todo el sector”, admitió Lima.