Qué lástima, que pena, y que decepción, que un procedimiento total y absolutamente democrático y muy distinto a la dedocracia tradicional de Nicaragua, promovido por Hagamos Democracia, y que por primera vez se realizaba en Nicaragua, como son unas elecciones primarias, en este caso interpartidarias; y que independientemente del número de ciudadanos que acudieran a emitir su voto por los candidatos de su preferencia, se realizara y terminara con los mismos vicios, mañas y manipulaciones del Consejo Supremo Electoral (CSE) de la nación.
El sábado recién pasado Moisés Hassan, candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC), se retiró de dichas primarias denunciando las alteraciones y modificaciones sufridas en el padrón electoral. Semanas atrás, también otras organizaciones independientes denunciaron la política excluyente del comité electoral, al negarles su participación en la casilla de los independientes, argumentándoles a unos que ya no había espacio, y a otros que solicitaron por escrito su participación no les respondieron.
La responsabilidad de las anomalías denunciadas y el triste y frustrante resultado es de la total responsabilidad de Hagamos Democracia y sus directivos. Sin embargo, existen en ella algunas personas honestas y creíbles, que fueron arrastradas lamentablemente por esta censurable y condenable acción. Esta organización, que supuestamente tenía como objetivo y labor promover la democracia, dejó de tener credibilidad y legitimidad, porque con acciones como la denunciada aplastaron el esfuerzo democrático de unas primarias.
Dicho lo anterior, esta organización llamada Hagamos Democracia, ya no tiene ninguna razón de existir, al convertirse en practicantes de las mismas aberraciones que ellos mismos le han señalado al CSE, y demandado elecciones nacionales limpias y transparentes.
Cuando se tiene una oportunidad como la tuvo Hagamos Democracia, oportunidad que le hubiera dado una gran autoridad moral para exigir y seguir reclamando al CSE elecciones libres y transparentes, hay que predicar y demandar con el ejemplo.
Tuvo Hagamos Democracia su oportunidad para demostrar y hacer honor a su nombre, pero en la primera ocasión de enseñar algo diferente, fallaron estrepitosamente. De haberlo hecho bien, es posible que en alguna medida hubieran podido contribuir a la unidad de por lo menos algunas organizaciones y sectores de nuestra vida política nacional.
Este desastre de primarias tiene algunas iniciativas y acciones predecibles, como es el interés de alguien o algunos interesados que se preocupan mucho más por la seguridad de alcanzar algún puesto de elección popular a cualquier costo, que su interés por la democracia, para más adelante realizar alianzas o componendas con otras organizaciones o partidos.
Por acciones como la denunciada por Moisés Hassan, y otras organizaciones independientes, es que un gran sector de nuestra población ha dejado de creer en los partidos políticos y por supuesto en los políticos, sin embargo, es necesario también expresarle al pueblo, que a diferencia de los “políticos” que consideran que en la política todo es permisible, existen, aunque pocos todavía en el país, personas con credibilidad, honestas y verdaderos demócratas que consideran que la política es un instrumento al servicio del bien común y que se debe estar en función de la gente y del país, y no la gente en función de los políticos y sus intereses.
El autor es médico.
