En los días 25 y 26 de febrero recién pasado se realizó en San José de Costa Rica, una reunión de líderes y expertos políticos iberoamericanos auspiciada por la Fundación Fórum 2000 y la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano.
Fórum 2000 es un organismo internacional no gubernamental fundado por el expresidente checoslovaco Vàclav Havel (quien condujo la transición del comunismo a la democracia en su país), el Premio Nobel de la Paz húngaro-rumano Elie Wiesel, y el filántropo japonés Yohei Sasakawa. Esta Fundación se dedica a promover los valores de la democracia y el respeto de los derechos humanos, el desarrollo de la sociedad civil y la tolerancia religiosa, cultural y étnica, en todas partes del mundo. En tanto que la Fundación Arias es un organismo no gubernamental costarricense que persigue iguales objetivos.
El foro de la semana pasada en Costa Rica fue sobre Gobernabilidad Democrática y Participación Ciudadana en América Latina y al final emitió un comunicado en el cual se toma en cuenta la situación de Nicaragua.
Firmado entre otras personalidades políticas de Iberoamérica por el expresidente de España, Felipe González; el expresidente de Costa Rica, Oscar Arias Sánchez; el expresidente de Bolivia, Jorge Quiroga; la exgobernadora de Puerto Rico, Sila Calderón; el excanciller de México, Jorge Castañeda, y el exsecretario de la Presidencia de Chile, John Biehl del Río, el comunicado señala entre otros puntos que: “La naturaleza antidemocrática y de vocación totalitaria de algunos gobiernos de la región, entre los que se destacan los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, se ha hecho inocultable y no puede continuar siendo ignorada por los gobiernos democráticos de América Latina y el mundo… en los tres países es necesario revertir el autoritarismo asegurando la independencia de los poderes públicos y relegitimando y fortaleciendo las instituciones democráticas nacionales donde todavía existen. Solo así podrán restablecerse los sistemas de pesos y contrapesos democráticos indispensables para la gobernabilidad democrática”.
Esto es lo que hemos venido denunciando y reclamando desde que Daniel Ortega retomó el poder en 2007 y comenzó a socavar las instituciones democráticas y a imponer su régimen absolutista. Y lo han denunciado también diversas organizaciones de la sociedad civil y los partidos democráticos que tienen filiación o relaciones con asociaciones internacionales de partidos políticos.
Sin embargo Nicaragua ha estado por mucho tiempo fuera del radar de los gobiernos y organismos internacionales que tienen obligación de velar por la libertad y la democracia en cualquier parte del mundo, porque son valores universales consagrados en tratados y acuerdos internacionales de obligatorio cumplimiento.
Los nicaragüenses son culpables por la pérdida de la institucionalidad democrática en el país y restablecerla es también su responsabilidad. Pero la comunidad internacional debe cumplir la parte que le corresponde y en este sentido el mensaje del foro de Costa Rica parece demostrar que Nicaragua está volviendo a ser recordada.