La aprobación de un préstamo para hacer la línea de transmisión eléctrica para conectar la hidroeléctrica Tumarín, Copalar Bajo, El Carmen y Boboké, sin que estos proyectos estén hechos, ha despertado la inquietud entre los diputados opositores, quienes consideran que posiblemente se está creando la infraestructura para darle campo a otros generadores, como Albanisa.
El pasado 17 de febrero el diputado de la Alianza Partido Liberal Independiente (Bapli), Carlos Langrand, denunció en el plenario que Tumarín estaría siendo usado como “mampara”
Según el diputado, el gobierno de Daniel Ortega usa el proyecto para conseguir préstamos que favorecerían el negocio energético de allegados a la familia Ortega-Murillo.
El diputado hizo esta denuncia cuando la Asamblea aprobó un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo por 40 millones de dólares para construir subestaciones para proyectos como Tumarín que ni siquiera han iniciado.
Consultado ayer, Langrand reiteró que no sería raro ver estos proyectos más adelante en manos de Albanisa.
“No sabemos qué ha pasado con Tumarín y cada día vemos una nube negra en torno a la empresa brasileña que desarrolla el proyecto. Creo que están utilizando la figura de Tumarín para tener fondos, para que dejen pavimentada la idea de hacer otros proyectos hidroeléctricos, para eso se están utilizando estos préstamos. El Estado sirve de cama para darle entrada a Albanisa, una empresa de la familia presidencial”, sostuvo.
Mientras que los representantes de Centrales Hidroeléctricas de Nicaragua (CHN), encargados de la obra, no dan la cara para responder por Tumarín, que ha incumplido con su cronograma de trabajo y ha pedido varias prórrogas en su construcción, que tiene como plazo para entrar —en operación— hasta el 2019.
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LA PRENSA consultó a Roberto Abreu, representante de CHN, quien dijo que por el momento no podía hablar del tema.
El diputado Langrand sostuvo que Albanisa, desde el 2007 que entró el Gobierno de Daniel Ortega, está dentro del negocio de la generación con contrataciones directas, apoderándose de proyectos térmicos, eólicos y ahora han mostrado interés por entrar en la generación hidroeléctrica.
“NUNCA HA SIDO VIABLE”
Por su parte, César Zamora, presidente de la Cámara de Energía de Nicaragua (CEN), destacó la importancia de definir qué va a pasar con Tumarín, si se hará o no, debido a que es un proyecto de 253 megavatios, que cubrirá el 25 por ciento de la demanda con un precio de energía alto, que a su juicio nunca ha sido viable, más ahora que el precio del petróleo ha bajado.
“Hasta donde tengo entendido el compromiso del Gobierno es hacer la línea de transmisión para Tumarín, lo que sí es importante es saber qué van a hacer con esa línea cuando esté construida. El problema ha sido que este proyecto se ha manejado con mucho secretismo”, sostuvo Zamora.
El empresario del sector eléctrico dijo que el proyecto no se puede traspasar a terceros porque los contratos de generación no son transferibles, pero además explicó que es muy difícil que un inversionista se interese en una obra excesivamente cara, que no es competitiva.
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De igual forma el diputado Alberto Lacayo, de Bapli, no estuvo de acuerdo con el préstamo para financiar el proceso de conexión con Tumarín y propuso visitar la zona para ver el avance del proyecto.
El artículo 11 de la Ley 695, Ley especial para el desarrollo del proyecto hidroeléctrico Tumarín contempla: “Para el cumplimiento de las obligaciones derivadas de la Licencia de Generación, el desarrollador entregará al Ministerio de Energía y Minas, al momento de la suscripción del Contrato de Licencia de Generación, una garantía de cumplimiento… En caso de incumplimiento de las obligaciones contractuales durante el período de las obras iniciales contenidas en la Licencia de Generación Hidroeléctrica, la autoridad competente deberá proceder a la ejecución de las garantías otorgadas por El desarrollador”.
EMPRESAS EN INVESTIGACIÓN
A finales del mes de julio del 2014 el sitio web de Istoé Brasil reveló un escándalo en el cual se señala a Queiroz Galvão como un brazo internacional de Petrobras, que participó en un supuesto desvío de fondos. Esta empresa es la misma que desarrolla el proyecto hidroeléctrico Tumarín en Nicaragua.
Dicha información la dieron a conocer empresas que negocian acuerdos de clemencia con la Contraloría General de la Unión (CGU), que a cambio de indulgencia han ofrecido el esquema de transferencia de dinero que involucra a contratistas de Queiroz Galvão en la Operación Lava Chorro.
El periodista de Istoé Brasil, Josie Jeronimo, publicó que Petrobras utilizó dos proyectos: Tumarín en Nicaragua y la planta de energía Inambari de Perú para garantizar un margen suficiente de dinero y pagar supuestos sobornos a políticos.
Centrales Hidroeléctricas de Nicaragua (CHN) fue conformada en el 2009, por un 45 por ciento de la empresa brasileña Electrobras y un 45 por ciento de Queiroz Galvão, que se hicieron socias del Estado de Nicaragua con un diez por ciento.