Las empresas madereras están arrasando con los bosques de pino de la reserva natural Serranía Dipilto-Jalapa, con la autorización del Instituto Nacional Forestal (Inafor). Todos los días, al menos desde octubre del año pasado 2015, los campesinos de los municipios de Nueva Segovia ven bajar de la reserva— declarada área protegida en 1991 por ser una zona productora de agua—, a una gran cantidad de camiones cargados con tucas de pino.
LA PRENSA constató el despale tras realizar un recorrido por la reserva natural, especialmente en la “panza” del cerro Mogotón, el lugar más alto del país con sus 2,107 metros sobre el nivel del mar y donde nacen importantes ríos como el Mozonte, el Quisulí, el Achuapa y otros, los cuales a su vez riegan distintos municipios segovianos y sus comunidades como Mozonte, San Fernando, Dipilto, Ciudad Antigua, Jalapa, Macuelizo y, finalmente, alimentan el caudal del río Coco.
Solo en la mañana del martes primero de marzo, en el cerro El Avión, en Mozonte, LA PRENSA contó 12 camiones que bajaron cargados de tucas de pino. A la orilla de la trocha que sube al cerro, se observaban grandes cantidades de madera ya cortada y sin corteza, lista para ser subida a los camiones.
Al llegar a la cima del cerro la imagen causa tristeza. Un tractor de cuatro ruedas y pala mecánica avanza entre los árboles, abriendo una pequeña trocha para que, tras de la máquina, varios trabajadores con motosierra en mano se dedicaran a cometer el crimen contra la naturaleza. Al llegar el equipo de LA PRENSA, el tractor paró y las motosierras hicieron silencio. Media hora después, el ruido de las máquinas se volvió a escuchar cuando el equipo periodístico se alejaba del lugar.
El hombre que dirigía el corte, José Antonio Olivera, explicó que trabajaba para la empresa Sermar, propiedad de un Sergio Gutiérrez. “Estamos haciendo una limpieza de plan gorgojo, esa es la orden de Inafor, el árbol malo lo tumbamos y lo pelamos”, dijo Olivera.
Al ser consultado sobre el porqué la madera tumbada se mira sana y no afectada por el gorgojo, Olivera justificó que junto con la madera “mala” a veces también se va la “buena”. “Algo tiene que sacar el dueño del aserrío porque por puro gusto no se va a meter a trabajar aquí, solo para que lo miren. Mantiene a más de cien trabajadores y nosotros a más de cuatrocientos personas, cada uno tiene dos, tres hijos”, expresó.
Olivera agregó que “donde hay agua no hemos tocado, pero si a nosotros nos ordenan que donde hay agua, pues, no tenemos más que agregarle. Tenga en cuenta que aquí estamos con una orden y sin orden no movemos ni una máquina de esas, y que sepan los de la comunidad que vayan a Inafor, que les informe bien porque no creen, aquí se hace lo que ordena el Inafor”.
EL DECRETO DE ORTEGA
En toda la reserva natural Dipilto-Jalapa hay grandes parches de bosque talado, según constató LA PRENSA en su recorrido.
El director del Inafor, William Schwartz, dijo este miércoles 9 de marzo en la Asamblea Nacional, después de reunirse con la Comisión del Medio Ambiente, que actualmente en el país, en Nueva Segovia, Madriz y Estelí, hay 140 hectáreas de bosques de pino afectadas con el gorgojo descortezador, en 39 fincas, y que en “los brotes que van surgiendo vamos aprobando permisos de aprovechamiento”.
El director del Inafor dijo que “para poder hacer el control de la plaga (del gorgojo), a veces hay incomprensión por falta de conocimiento de cómo se hace un saneamiento, se hace botando árboles que están enfermos, o sea, árboles que están contaminados con el gorgojo, pero también hay que botar árboles sanos, porque el gorgojo tiene alguna capacidad de vuelo”, dijo Schwartz.
El Inafor está autorizando el corte del pino en base al decreto ejecutivo 02-2016 que el presidente inconstitucional Daniel Ortega emitió en enero de este año 2016, con el cual decreta la suspensión de la veda para el corte, aprovechamiento y comercialización de árboles de pino. En 2014 Ortega había emitido un decreto similar, suspendiendo la veda por un año.
El ingeniero forestal Carlos Hernández Raudales, quien aseguró ser “regente” —una especie de enlace entre los madereros y el Inafor—, explica que con ese decreto el mandatario “permite algún cierto tipo de aprovechamiento” del pino que está en la reserva natural Dipilto-Jalapa. Y el director del Inafor, William Schwartz, indicó que “hay lugares que son áreas protegidas, pero el gorgojo no entiende si es área protegida o si hay mantos de agua, el gorgojo es gorgojo. Si nosotros no le damos la protección, de todas maneras se va a desaparecer la fuente de agua porque los árboles se van a afectar, se van a enfermar y se van a morir, así de sencillo”.
El decreto de Ortega explica que la suspensión de la veda es para “dinamizar las actividades económicas del sector, el mejoramiento de vida de la población, la generación de empleos directos e indirectos y mayores ingresos fiscales y municipales” así como garantizar “la vigilancia fitosanitaria en áreas de bosque con afectaciones de plaga (gorgojo)” y permitir “ejecutar medidas de prevención y control de incendios forestales”.
El ecologista Jaime Incer Barquero considera que “el presidente Ortega fue sorprendido por estos mafiosos para levantar la veda so pretexto del gorgojo, pero la verdad es la siguiente: no solamente están destruyendo los árboles afectados sino están llevándose todo, porque no hay control, no hay vigilancia, las autoridades locales encargadas de supervisar eso no están o si están son fácilmente sobornables”, dijo.
CAMPESINOS “TRISTES”
A lo que el Inafor y los madereros llaman “aprovechamiento”, los campesinos, indígenas, ambientalistas y hasta líderes religiosos le llaman “despale”. “Aquí las empresas madereras están haciendo un desastre. Esta zona (cerro Mogotón) es una recarga hídrica que alimenta al río de Achuapa y esas aguas que caen van al río Coco. La preocupación nuestra es que estos afluentes de agua que están siendo destruidos por las empresas madereras y las instituciones que no hacen un alto nos pone en peligro a toda esa población que está en zona baja”, dice el líder de la comunidad Santa Rosa, Pedro Bacilio Guerrero, de 55 años de edad.
Una “recarga hídrica”, explicaron los lugareños, “es donde la lluvia cae y los árboles sirven como una esponja para captar el agua, posteriormente la liberan hacia las fuentes hídricas y mantienen los niveles de agua que desde muchos años se han mantenido en los ríos, quebradas, ojos de agua. Al quedar deforestado (un manto de agua), el agua inmediatamente sale en forma de correntilla y causa erosión”.
El párroco de Ciudad Antigua, Santiago Aguirre, explica que el clamor de la gente es muy fuerte. “Me dicen que están muy tristes porque todo ese despale va a llevar los ríos a la sequía. Los afectados más grandes son los campesinos, que viven sobre todo de las hortalizas. Yo le digo a la gente que tiene que orar porque la naturaleza no hay que destruirla, el papa (Francisco) está diciendo que hay que defender el medioambiente, porque sinceramente ya no es aquel tiempo donde antes abundaba el agua, la fauna y todas esas cosas se han perdido y yo creo que hay que luchar”, dijo el sacerdote.
EL GORGOJO, LA EXCUSA PERFECTA
La dueña de una empresa maderera de Ocotal, quien no quiso ser identificada y tampoco que LA PRENSA le realizara una entrevista formal, aseguró que la población debería estar “agradecida” con la labor de los madereros porque lo único que están haciendo es cortando los árboles que están siendo afectados por el gorgojo descortezador y que en ese proceso los madereros más bien están teniendo pérdidas, pero “son órdenes de Inafor”.
El director del Inafor señaló que en Honduras hay más de 500 mil hectáreas de pino afectadas por el gorgojo. “Ellos tienen una afectación de más de 50 millones de metros cúbicos de madera que han tenido que tumbar producto del avance de la plaga del gorgojo, allí es donde nosotros no queremos (llegar), además no lo aguantamos, porque Nicaragua apenas tiene como 300 mil hectáreas de pino, porque el gorgojo descortezador ataca específicamente al pino y es por eso que tenemos nosotros que estar alerta con eso”, dijo William Schwartz.
El diario La Prensa, de Honduras, en su edición web del 16 de enero de este año 2016, afirma que el gobierno hondureño declaró emergencia nacional por la plaga del gorgojo descortezador, ya que 57 municipios, de ocho departamentos, están afectados y el impacto negativo es de un cinco por ciento al bosque de pino nacional.
Los aserradores, que LA PRENSA encontró en el recorrido por la reserva Dipilto-Jalapa, explicaron que cuando el dueño de un bosque encuentra un brote de gorgojo informa inmediatamente a las autoridades forestales. El Inafor hace un estudio y se contabilizan los árboles afectados. Luego, cuando el Inafor da el autorizado, se corta la madera.
Además del árbol de pino afectado, también se cortan todos los árboles que estén 35 metros a la redonda, infectados o no. El ingeniero forestal Carlos Hernández explicó que han “detectado rangos de alcance de hasta dos mil metros, dependiendo de la agresividad de los brotes”.
“A veces nos da pesar tumbar árboles sanos, pequeños, jóvenes, pero tenés que hacerlo, ¿por qué? Tumbamos, caen los árboles afectados, los gorgojos salen y van a colonizar los que dejamos ahí. Por eso tenemos que tumbar todo, sin ningún pesar”, dijo Hernández.
Tanto para los campesinos como para el científico Jaime Incer Barquero, la reserva natural es “sagrada” e “intocable”. “Hemos constatado con preocupación cómo se ha incrementado el despale en la cordillera de Dipilto y Jalapa y actualmente con toda intensidad en la cordillera de Dipilto irrespetando que esa es un área protegida que tiene una gran función social: proveer agua a todos los municipios que están al pie de la cordillera”, dijo Incer Barquero.
Incer agregó que “al cortar árboles afectados se están llevando también los buenos árboles, y para eso descortezan las tucas de madera para que no se vea la diferencia entre un árbol dañado y un árbol bueno, esos son parte de los trucos madereros que aquí están siendo promovidos para engañar al Gobierno y para extorsionar al pueblo y corromper a aquellos que de alguna manera tienen la función gubernamental de cuidar y manejar esos bosques”.
Los campesinos también consideran que el gorgojo es la “excusa perfecta” para extraer el pino de la reserva natural.
El representante del Consejo Indígena de Mozonte, Pedro Pablo Pastrana, señaló que las autoridades y los madereros “lo que hacen es rolletear el palo ahí abajo, luego la tierra con hojas y el palo aparece seco encima, ese es un asesinato contra nuestro medioambiente”.
Algunos especialistas en temas forestales de la zona, que prefirieron el anonimato por temor a represalias, indicaron que los árboles que tienen gorgojo “son mínimos” y por lo tanto “no ameritan un tratamiento como el que les están aplicando (tala rasa)”.
Una de las pruebas de los campesinos en contra de la excusa del gorgojo es que esa plaga no existe en las fincas donde los madereros no tienen incidencia.
El director del Inafor, William Schwartz, aseguró que la idea de que no es necesario cortar los árboles afectados con gorgojo y dejar que siga un proceso natural es “una concepción equivocada” y aseguró que el plan es seguir otorgando permisos de aprovechamiento a los madereros en los lugares donde se detecte un brote de la plaga.
El párroco de Ciudad Antigua, Santiago Aguirre, concluyó: “Me imagino que debe haber otras maneras de combatir esa plaga, me parece a mí que no es tumbando los árboles, porque pueden controlar el gorgojo pero están destruyendo las fuentes de agua, entonces es peor. Si el agua se destruye, los ríos, las fuentes, va a ser difícil recuperarlas; los árboles que daña el gorgojo se pueden recuperar”.
UN INSECTO “TALADRADOR”
El gorgojo descortezador o gorgojo de la corteza del pino, del género Dendroctonus (Coleoptera: Scolytidae) es la plaga forestal más destructora de la región centroamericana para los pinares nativos, destaca un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
El ingeniero forestal Carlos Hernández explica que el gorgojo, al que llaman insecto “taladrador”, actúa como el tiburón en el agua cuando hay sangre. Cuando un árbol tiene una herida, ya sea por incendio o por una cortada, se le sale la savia o resina y eso atrae al gorgojo, asegura Hernández.
SCHWARTZ USA DE ESCUDO A RONALD BILLINGS
Nicaragua tiene 3.3 millones de hectáreas de bosque en su mayoría natural, asegura un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Solo 318,000 hectáreas están clasificadas como pinares, que se sitúan principalmente en el departamento de Nueva Segovia a lo largo de la frontera con Honduras.
Entre los años 1999 y 2003, una plaga de gorgojo descortezador destruyó más de 30,000 hectáreas de pinares. Según el actual director del Instituto Nacional Forestal, William Schwartz, en ese entonces se perdieron 32 mil hectáreas de pino porque las autoridades se pusieron “a experimentar qué metodología usamos, que si usábamos el control biológico, que si utilizamos hongos que ataquen el gorgojo y en esa espera se nos fueron 32 mil hectáreas”.
De acuerdo con Schwartz, lo efectivo resultó ser lo que aconsejó el experto norteamericano Ronald Billings: tala rasa de árboles afectados y buenos. “Aquí hay que cortar árboles sanos y hay que cortar árboles enfermos, para evitar que la plaga avance”, habría indicado Billings.
