Los años más felices de la vida de César Zamora fueron cuando tenía 26. Cursaba Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Texas, Estados Unidos, daba clases de Español a estudiantes de primer año y su salario llegó a ser de 1,600 dólares. “Yo me sentía en el paraíso”, dice al recordar aquellos días en los que su única preocupación, bromea, “era tener para la pizza, para unas cervezas y para estar con mi novia”.
Su novia era Florencia Castro. La conoció en la universidad y lleva 23 años casado con ella. “Yo era cero en conducta y ella era 10. Muchos me preguntaban que cómo hacía para que me hiciera caso”, recuerda con humor Zamora, quien acumula casi 18 años trabajando en el ámbito de la energía.
Hoy es el gerente país de IC Power y es presidente de la Cámara de Energía de Nicaragua. En esta entrevista habla de la mala relación que la Cámara y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) sostienen con el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), del fracaso del proyecto energético Tumarín, del préstamo de Caruna y de los cambios en la matriz energética nacional.
Las proyecciones de hace unos años eran que para el 2018 se iba a generar energía con el setenta por ciento de fuentes renovables, ¿será así?
No lo creo. Esos son números de hace dos años. El crecimiento para este año va a ser fundamentalmente en dos proyectos que van a entrar al sistema. Uno de ellos es el Ingenio Montelimar, que va a generar 30 megavatios y entró una hidroeléctrica en diciembre de 5 megavatios. De ahí no hay nada nuevo.
No lo cree, ¿pero el estimado será de mucho o poco?
Yo creo que estos 140 megas que entran vienen a sustituir el búnker (fuel oil) ineficiente. Hay plantas que ya se debieron haber ido del sistema hace años.
¿Cómo cuáles?
Como la Planta Nicaragua, que hoy genera a seis centavos, pero que a pesar del precio de generación es vieja y es menos eficiente porque calienta una caldera. No es de combustión interna como otras.
Cuando un país toma la decisión de pasar del búnker a la energía limpia, ¿tiene que ver con el precio o con el medioambiente?
Aquí se supo que la energía renovable era buena y podía competir con el búnker muy caro. Esa decisión se tomó cuando el búnker estaba a 70, 80 o 100 dólares, pero hoy con precios de 25 o 30 dólares el barril es muy difícil que ninguna de las energías renovables pueda competir. Sin embargo, los precios de compra de la distribuidora hoy son inferiores a los de hace cuatro años. El precio promedio de generación andaba entonces por 22 centavos y hoy anda por 12 centavos. En total los costos podrían ser de 16 centavos. Ese debería ser el precio del kilovatio hora para todos, pero no es así porque hay subsidios cruzados.
¿Entonces se puede atribuir a la suerte o al azar que hoy en día que las energías limpias compiten ampliamente contra el búnker, no rinda a nivel monetario para el usuario?
No. Yo creo que la tarifa es más barata hoy. Para generar es más barata que hace cuatro años.
Es más barato generar energía pero no es más barata una vez se distribuye. ¿Qué le importa al pueblo que sea más barato generar energía si al final la factura llega igual de cara?
Es que depende de quién sos vos. Aquí hay ciudadanos que pagan la energía más barata de toda Centroamérica y ciudadanos que pagan la más cara. Pagan más barato los que no tienen recursos económicos y consumen menos de 300 kilovatios. Es por consumo el corte. Estas personas representan alrededor del 40 por ciento de Nicaragua. Y resto, el 60 por ciento, pagamos la energía más cara de la región. Es la que se llama la energía industrial, comercial, residencial. Y en ese 60 hay gente que paga también más que otros. Lo que debemos hacer desde el sector privado es, está bien los subsidiados, pero con el 60 por ciento, hagamos un planteamiento más justo para todos, que no sea por el uso de la energía como está hoy, sino por el valor real que cuesta producir esa energía.
¿Por qué no se ha hecho?
Porque es político. Es un tema político. Esto no inició hace diez años con el nuevo gobierno, comenzó hace sesenta años cuando los industriales fueron donde el Gobierno a decir: “Miren, yo estoy entrando en el mercado común centroamericano, denme una tarifa especial para competir con el mercado centroamericano”. ¡Ahí comenzó todo!
¿Y en estos diez años del gobierno de Ortega no ha habido una iniciativa para solventar eso?
No, no ha habido. Pero esa discusión todavía la tenemos pendiente y la haremos este año.
¿Qué tal es el diálogo que tiene la Cámara de Energía y el Cosep con el Gobierno para que eso rinda frutos?
Hace diez años inició un nuevo gobierno y a las dos semanas de tomar posesión Daniel Ortega, nosotros como Cámara de Comercio, que en ese entonces encabezaba José Adán Aguerri, nos sentamos para dar un planteamiento de dos páginas que eran los retos del sector. Acordate que en ese entonces había apagones por ocho horas al día. Nosotros nos comprometimos a que si ya había la Ley y se respetaban las licitaciones, se iba a invertir en energías renovables para poder contrarrestar la dependencia del búnker. El Gobierno trajo como 200 megas en plantas térmicas y desde el sector privado trajimos como mil millones de dólares en inversiones. Le inyectamos al sistema cerca de 380 megas y ahí es donde empezamos a revertir la matriz energética.
Vuelvo a mi pregunta, todos estos logros con el Gobierno gracias a esos diálogos con la empresa privada… (interrumpe)
No son diálogos, son acuerdos. Si hay una política macroeconómica sana y mañana sabemos cuánto va a costar el dólar y vas a poder repatriar mi dólar para traer inversión, eso es importante para que el inversionista venga al país y eso se ha respetado. En segundo lugar, se licitaron al principio y luego se dieron por la emergencia, se asignaron proyectos y se cumplieron en tiempo y forma y se trajeron esos proyectos al país con respeto a la Ley.
Todos esos acuerdos que se han logrado en estos diez años de Gobierno, ¿en qué ayudan al bolsillo del nicaragüense pobre?
Les ha ayudado porque el año pasado la reducción fue del 10 por ciento (en la tarifa eléctrica).
Pero ese 10 por ciento no es muy palpable y la gasolina no baja tanto tampoco.
A ver, en el tema del combustible. Yo antes pagaba 1,000 córdobas para llenar el tanque. Hoy lleno mi tanque con 600 córdobas. Ya reduje en un 40 por ciento mi consumo a la semana de gasolina. Son 400 córdobas menos en la semana y eso es tangible. Y en electricidad la reducción fue del 10 por ciento para todos. No hubo reducción de tarifa por 30 años en Nicaragua, es la primera vez que se da. Y este año otro 4 por ciento. Si vos hablás con los industriales del país, las empresas tienen un impacto significativo para las familias que antes pagaban 7,000 u 8,000 córdobas y ahora están pagando 6,500.
Pero estamos pagando una energía más cara que hace diez años.
No. A ver, yo como generador ahora facturo menos que hace dos años. Esa es una realidad. A la distribuidora le facturo alrededor de 3.5 millones de dólares. Yo no lo estoy recibiendo, lo recibe la distribuidora, que es la caja del sistema. ¿Qué hace con ese ahorro la distribuidora? ¿Cómo lo asigna? Sirve para reducir la tarifa de los siguientes meses, parte sirve para pagar la deuda que en un tiempo no se incrementó la tarifa ni se subsidió eso y hay que pagarlo. Y hay otro componente que se está ocupando para reducción de la pobreza y por lo que dijo el INE (Instituto Nicaragüense de Energía) se está usando para subsidiar lo que cuesta generar las deudas de Enacal con la distribuidora. Eso está ahí.
A pesar de todo este ahorro, nosotros pagamos la energía más cara de Centroamérica…
¡De Latinoamérica!
¿Y cuándo se vuelven a reunir para revisar una próxima reducción de la tarifa?
Estamos esperando finales de marzo para sentarnos. Vamos a ver los números y a ver cuánto se puede reducir.
Sobre las pérdidas que tiene la distribuidora de energía, ellos se habían comprometido en 2013 a invertir más en infraestructura para bajarlas, ¿qué tanto han avanzado?
Yo creo que ellos se han concentrado más en tener más clientes que en reducir pérdidas. Este año estaban hablando de meter 120,000 nuevos medidores para reducción de pérdidas. Ya mandaron a comprar eso y es parte de su inversión. Yo les tomo la palabra porque ellos dicen que lo están haciendo y no tengo por qué no creerles. El próximo año vamos a ver si lo hicieron.
Pero es que de año en año se van todos esos proyectos, como esa utopía de Tumarín, que todos los años va a comenzar a construirse y nada que empieza.
¿Y qué querés que haga yo?
Yo le digo a usted como presidente de la Cámara de Energía.
Yo siempre he manifestado mis preocupaciones por Tumarín.
En concreto, ¿cuál es su preocupación?
Que no es viable. Hoy no es viable por diez razones que te puedo dar: la primera es que nadie puede competir con búnker, si vos querés poner una hidroeléctrica el Ministerio tiene una banda de 90 a 115 y esos deben ser los precios y esos no son los precios de Tumarín. Necesitan tener inversión propia de ellos. Para poner esos 1,100 millones de dólares ellos tienen que poner 300 millones. Yo creo que en tercer lugar, un banco va a ver si ese proyecto es financiable y un banco de desarrollo o el Banco Centroamericano de Integración Económica puede ver que los números no dan para que ese proyecto pueda levantarse. Aquí de lo que se trata es que si no viene Tumarín, ¿qué otros proyectos viables hay?
Y sobre la deuda de Caruna, ¿están claros de cómo se está pagando eso?
El año pasado se acumularon 45 millones de dólares para reducir esa deuda.
¿Podemos decir que en unos cuatro años se saldaría esa deuda?
Si hay precios por el orden de 40 dólares el barril de búnker, creo que en tres años se puede pagar la deuda y hay que pagarla.
¿La deuda de Caruna es la responsable de que a pesar de los bajos precios del búnker no se baje la tarifa eléctrica?
No. A ver, sé más objetivo en eso. Caruna es un banco, prestó dinero y se está pagando. No es responsable de nada. Los que son responsables de esa babosada son los políticos que tomaron la decisión a raíz de un pedimento del sector privado de qué teníamos que hacer para que no se aumentara la tarifa.
Cambiando de tema, en el pasado reciente usted ha sido muy crítico con los políticos del MRS porque dice que parecen enemigos de la empresa privada.
Son enemigos de la empresa privada.
¿Por qué piensa eso?
Por todo lo que han hecho. Las campañas que han hecho sobre el quehacer del sector privado. Ellos parten de una tesis según la cual la única forma de salir del gobierno de Daniel Ortega es a través de la violencia. Y ellos creen que eso va a suceder cuando haya un colapso económico en el país. Nosotros trabajamos con ellos (MRS) y trabajamos también como sector privado para las elecciones del 2008. Después del 2006 lo que pedimos a la clase política fue unidad. Ellos no querían al sector privado ni querían unidad de la oposición. Siempre juegan un jueguito ahí. Los vimos actuar en esas elecciones porque en ese momento se juntó el PLC (Partido Liberal Constitucionalista) y el PLI (Partido Liberal Independiente) y ellos dijeron “no entramos a esa coalición porque los PLC son somocistas y no nos vamos a mezclar con esa gente”. Les dijimos que no eran somocistas y al final toparon a Eduardo (Montealegre) y luego no hubo unidad y querían que nosotros siguiéramos en eso. Decidimos que como sector privado no nos volvíamos a meter con la clase política.
¿Cuándo tomaron esa decisión?
Inmediatamente después del 2008. Y vimos esa actuación del MRS de dividir a la familia liberal y luego empezó la campaña de que la única forma de salir de Daniel Ortega es destruyendo al país, pero no se puede levantar la gente porque el sector privado está generando crecimiento en el país y entonces no se va a dar la gran revolución. Entonces a lo que hay que destruir es al sector privado.
¿Ustedes están alejados de todos los partidos políticos?
De todos. Nos reunimos con el PLI y el PLC, los escuchamos, pero no nos involucramos en política partidaria y en lo que estamos entrados es en que haya elecciones libres y transparentes este año sin tomar posición con partidos políticos. Estamos claros que el problema en Nicaragua es que no hay oposición. El problema de las elecciones libres no es del sector privado, es de todos los nicaragüenses. Pero si encontramos una clase política que en lo que está interesada es en destruirse los unos con los otros, hombré, entonces destrúyanse los unos a los otros y luego vemos quién queda parado para que dialogue con Daniel.
¿Usted ha pensado hacer una carrera política?
No. Porque tengo doble ciudadanía. Nací en Estados Unidos y soy hijo de padres nicaragüenses. Estoy claro que no tengo ninguna posibilidad.
¿Le hubiera gustado estar en el poder?
No con los políticos que tenemos.
Plano personal
César Augusto Zamora Hinojos nació hace 53 años en los Estados Unidos. Disfruta de caminar, pasar tiempo con su familia y ver al Manchester United, aunque reconoce que no atraviesan su mejor momento en 2016.
Ha estado casado por 23 años con Florencia Castro y tiene dos hijos. El varón estudia Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Notre Dame, en el Estado norteamericano de Indiana, y su hija está a punto de comenzar la carrera de Arte en la Universidad de Texas, en la ciudad de Austin.
César Zamora tiene una colección de poemas de su autoría bajo llave y confiesa que desde pequeño se interesó por las artes. Pero su mundo es el de los negocios y en él viaja “más de lo que quisiera”, asegura con un tono algo cansado. Según él, viaja al menos dos veces al mes a diferentes destinos, en su mayoría en Estados Unidos y Europa.
