Los Rolling Stones se reencontraron el lunes 14 de marzo con sus seguidores mexicanos después de una década desde su última visita al país, con un concierto en el que el vocalista Mick Jagger bromeó sobre la entrevista del actor estadounidense Sean Penn al capo de la droga Joaquín “El Chapo” Guzmán.
“Sean Penn vino a entrevistarme al hotel, pero me escapé”, dijo Jagger en tono de broma a las cerca de 60,000 personas reunidas en el Foro Sol de la capital mexicana, en el primero de los dos conciertos que la emblemática agrupación londinense ofrece en México como parte de su gira latinoamericana Olé.
“Hace diez años que no veníamos a México. Es chi… (bueno) estar de vuelta”, expresó en español el cantante de 72 años a la audiencia.
Visiblemente emocionado, Jagger también hizo alusión a su gusto por la lucha libre, las pirámides de Teotihuacán y el tequila, bebida que —según confesó el cantante— ahora han cambiado por el mezcal.
En tres enormes pantallas colocadas a los costados y al fondo del imponente escenario, apareció la legendaria lengua roja, imagen de la banda, con la leyenda “Ciudad de México” con la que el grupo dio la bienvenida al público mexicano.
El clásico Start Me Up marcó el inicio de la velada, en la que predominaron el baile de Jagger, los riffs de Keith Richards y Ron Wood y la simpatía y habilidad en la batería de Charlie Watts, quien lució una camiseta verde como la bandera tricolor mexicana.