La crisis por falta de agua se acentúa en Villanueva y Somotillo, municipios de Chinandega. Una decena de barrios de la ciudad fronteriza de Somotillo reciben agua de las cisternas que la Alcaldía les envía cada cuatro días.
Los ríos están secos y los finqueros achican los pozos desesperadamente para darle agua al ganado. Lo crítico es en la ciudad, donde se estima que el cuarenta por ciento de pobladores enfrenta problemas de escasez del agua.
Sterling Soriano, ambientalista norteño, señaló la crisis del agua en el pequeño poblado de San Juan de Cinco Pinos y por consiguiente en Somotillo. “Aquí hay racionamientos (Cinco Pinos), lo que pasa es que los arroyos no se recuperaron por el invierno malo del año pasado”, comentó.
En Somotillo están desabastecidos en las colonias Resistencias 1 y 2, Estadio Municipal, Sagrada Familia, Aduana, Sócrates Sandino, Barrera, San Luis, Santa Rosa, Santa Eulalia.
En el Corredor Seco, que corresponde a los seis municipios del norte fronterizo de Chinandega, el agua de los pozos está cada vez más profunda.
El río Villanueva, otrora caudaloso, igual que los afluentes Hato, Negro, El Gallo y Guasaule se secaron por completo.
Auxiliadora Montano, productora ganadera, dijo que aprovecha una pequeña corriente de un manantial para darle agua a las reses en la zona sur de Somotillo.
Un nuevo pozo fue perforado recientemente por Enacal en Somotillo, que ayuda en parte a solucionar la crisis en la zona urbana de ese pueblo. Se prevé abrir dos pozos más en ese mismo lugar.