Durante las vacaciones de Semana Santa muchas personas en el país pierden la vida al introducirse a un cuerpo de agua profundo sin saber nadar, después de haber comido o tomado alcohol en exceso, según Vicente Maltez Montiel, especialista en Medicina Interna.
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Por eso, dijo el galeno, la mayoría de decesos ocurren por sumersión, la cual produce un tipo de asfixia mecánica motivada por la penetración de agua en los pulmones, que desplaza el oxígeno que hay en ellos.
“Cuando el sujeto cobra conciencia de que no puede dominar la situación y reconoce estar en un peligro de muerte sufre un período de dos a diez minutos en medio de una gran agonía. Se trata de un mecanismo de muerte de sumersión-asfixia”, dijo Maltez Montiel.
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LOS MINUTOS DE AGONÍA
El internista explicó que los minutos fatales de la muerte por sumersión se producen en cuatro fases: en la primera ocurre el susto o sorpresa, que lleva a que la persona trate de meter mucho aire (inspiraciones) cuando está bajo el agua y termina introduciendo agua en sus pulmones.
En la segunda se detiene brevemente la respiración y hay estimulación del nervio vago, el cual ayuda a regular los latidos del corazón.
Luego —en la tercera fase— al faltarle el aire la persona realiza fuertes respiraciones, introduce más líquidos en los pulmones y surgen las convulsiones.
Y finalmente, en la cuarta etapa, continúa introduciendo más líquido en los pulmones por la aspiración. El agónico orina y defeca y finalmente se produce un paro respiratorio que lleva a la muerte.
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Maltez también explicó que también se han registrado ahogamientos por trauma como resultado del denominado “síndrome de Tarzán”, que es cuando los bañistas realizan clavados y al caer al agua pierden la consciencia por el trauma craneal sufrido y se van al fondo, ahogándose de manera inmediata.
Finalmente recomendó a los veraneantes que cuando vayan a introducirse al agua, en especial después de “haberse asoleado mucho”, conviene acostumbrar el cuerpo al cambio de temperatura corporal a través de una ducha previa.
CUIDADO CON SU PIEL
Orlando Sarria Delgado, especialista en Dermatología, recomendó humectarse la piel antes de exponerse directamente al sol.
Además utilizar filtros solares. Las personas con piel muy blanca deben usar el de mayor potencia posible.
El dermatólogo también recomendó no protegerse bajo sombra de los árboles en las playas porque el efecto de radiación es mayor. Tampoco bañarse en horario en que el sol es más fuerte (de 10:00 a.m. a 3:00 p.m.).
Finalmente dijo que cuando la piel se ha quemado, lo mejor es humectarla y utilizar paños helados con agua de manzanilla.