Everth Cabrera, quien con su entusiasmo y velocidad alucinante emitió destellos de grandeza en las Ligas Mayores, mientras iluminaba al país con su ejemplo, pretende ahora demostrar que todavía le queda fuego en sus entrañas.
Cabrera parecía en ruta hacia su establecimiento como big leaguer, antes de ser atrapado consumiendo esteroides y en meses recientes fue atenazado por el alcohol y las drogas, pero ahora está listo para intentar su regreso al futuro.
“Ha entrenado fuerte y el plan que tenemos es que inicie como bateador designado este viernes ante Carazo. Luego lo pondremos en la segunda base”, dice el mánager de los Tiburones, Bayardo Dávila, quien no esconde el entusiasmo por su llegada al equipo.
Everth ha entrenado con intensidad y como es natural, tiene la mira puesta en una nueva oportunidad en el beisbol profesional en Estados Unidos. Pero antes tratará de probar que se ha rehabilitado de forma definitiva de sus adicciones.
“Habla bastante con los peloteros jóvenes, los aconseja y les hace correcciones técnicas. Su presencia creemos que será de gran ayuda para todos”, indicó Dávila, otrora brillante torpedero sultaneco.
DETALLES
Everth Cabrera fue un inesperado impacto en nuestro país, al debutar en las Ligas Mayores con los Padres en 2009. Su punto más alto lo logró en el 2012, cuando lideró la Liga Nacional en robos con 44. Un año después fue al Juego de Estrella.
Después de 510 partidos en las Ligas Mayores, acumula promedio de .246, con 130 bases robadas y 450 hits, después de militar con los Padres y los Orioles de Baltimore.
Luego de ser botado por Baltimore el año pasado, jugó con Culiacán en México y ahora se une al Granada.