Esta práctica budista es realizada por cientos de personas alrededor del mundo porque ayuda a reducir la ansiedad, el estrés y aumenta la concentración. Sin embargo Tim Lomas, psicólogo de Londres, asegura que no siempre se logran buenos resultados tras realizarla.
Él afirma que un 25 por ciento de los que practican la meditación pueden sufrir ataques de pánico y despersonalización (verse al espejo y no reconocerse), depresión extrema y episodios micropsicóticos.
Por su lado, el doctor Daniel Ingram, de Alabama, dice que es normal sufrir experiencias fuertes a causa de la meditación, pues en esta práctica existe una fase llamada “surgir y desaparecer”, en la cual la persona centra su atención en sus pensamientos, alejándose así de todo lo que lo rodea, pero en algunas ocasiones esto puede ser muy fuerte de sobrellevar, explican los expertos en un artículo de la BBC.